Los comunistas convocan una gran jornada de protesta contra Yeltsin
Tres moscovitas murieron congelados la semana pasada. Este pr¨®logo de un invierno que promete ser extremadamente crudo no ha sido tal vez ajeno a que buena parte de los mineros que desde junio vivaqueaban frente a la Casa Blanca, la sede del Gobierno, decidieran ayer dar por terminada su protesta. Algunas decenas, sin embargo, decidieron aguantar al menos hasta ma?ana. Si el llamamiento comunista a una huelga general tiene ¨¦xito, millones de personas se manifestar¨¢n este mi¨¦rcoles en toda Rusia para exigir la dimisi¨®n del presidente Bor¨ªs Yeltsin y el cambio de rumbo pol¨ªtico y econ¨®mico.
Los mineros cambiar¨¢n el fr¨ªo de la capital por otro tal vez peor, ya que la mayor¨ªa de ellos procede de las cuencas carbon¨ªferas del ?rtico, donde el term¨®metro puede bajar de cero incluso en verano. La desactivaci¨®n de esta protesta, que fue insensible al ¨²ltimo cambio de Gobierno, ha sido posible porque el primer vicejefe de Gobierno, Yuri Masliukov, ha prometido hacer revivir el sector y pagar los salarios atrasados.
En el pasado, promesas similares fueron incumplidas, y los mineros hicieron estallar su frustraci¨®n cortando Rusia en dos con el bloqueo del ferrocarril transiberiano y dando conciertos de casco en la Duma, la C¨¢mara baja del Parlamento. Su protesta no ha servido de mucho. "Intentamos despertar a toda Rusia, pero el pa¨ªs est¨¢ dormido", reconoc¨ªa ayer V¨ªktor Semi¨®nov, l¨ªder sindical de la regi¨®n norte?a de Komi.
El l¨ªder comunista, Guennadi Ziug¨¢nov, y el presidente de la Federaci¨®n de Sindicatos Independientes, Mija¨ªl Shmakov, son las cabezas visibles del movimiento de protesta que ma?ana debe traducirse en miles de manifestaciones en todo el pa¨ªs. Supuestamente, cerca de 40.000 empresas, estatales y privadas, han confirmado ya que ir¨¢n a la huelga.
S¨®lo unos cientos de miles
En abril, Ziug¨¢nov dec¨ªa ser capaz de sacar a 20 millones de rusos a la calle, pero no pasaron de unos cientos de miles. Un a?o antes, la afluencia tampoco fue mucho mayor. Aunque el pa¨ªs atraviesa la m¨¢s grave crisis desde la fragmentaci¨®n de la URSS, hace siete a?os, el escepticismo y la apat¨ªa moderar¨¢n muy probablemente el volumen de la protesta.Falta por ver si se manifiesta o no en la calle la furia de la gente que ha perdido su trabajo, lleva hasta m¨¢s de un a?o sin cobrar su salario o pensi¨®n, tiene sus ahorros bloqueados en bancos al borde de la quiebra y ve c¨®mo se doblan los precios, se deval¨²a el rublo y aparece el fantasma del desabastecimiento. El objetivo de los comunistas es que esta ira se ponga al servicio de un objetivo: expulsar a Yeltsin del Kremlin. El presidente, debilitado como nunca en sus siete a?os de mandato, es considerado por la mayor¨ªa de la poblaci¨®n como el principal responsable de la crisis. Junto a las consignas que pidan su renuncia, abundar¨¢n las que exijan el pago de los atrasos y que se forme una coalici¨®n que cambie el rumbo de la reforma.
Aunque el Gobierno de Yevgueni Primakov sea el de tonalidad m¨¢s izquierdista desde 1991, a¨²n no da la impresi¨®n de saber hacia d¨®nde va, y lleva tres semanas dando palos de ciego, ya sean de car¨¢cter estatalista, ya sean liberal.
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