Caspio: esturiones y petr¨®leo
En Mosc¨² y Teher¨¢n -anta?o los dos ¨²nicos ribere?os del Caspio- se tiene nostalgia de los buenos tiempos. Eran los a?os en que dos imperios, el sovi¨¦tico y el del sha, se asomaban a ese mar interior con el solo prop¨®sito de dar buena cuenta de los esturiones que albergaba y competir en el consumo, pero sobre todo en la exportaci¨®n, del caviar. Sab¨ªan de la existencia en su lecho de gigantescas reservas de petr¨®leo y gas (hoy se ha comprobado que son las mayores del mundo, tras las del golfo ar¨¢bigo-p¨¦rsico), pero por entonces el tema no les obsesionaba. As¨ª, concluyeron sendos tratados, de Amistad (1921) y de Comercio y Navegaci¨®n (1940), que hicieron posible que durante muchas d¨¦cadas los 170.000 kil¨®metros cuadrados del Caspio constituyeran un ¨¢rea pac¨ªfica, casi buc¨®lica, en Asia Central. Las aguas comenzaron a agitarse no con la revoluci¨®n jomeinista de 1979, sino con la desintegraci¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica en 1991. Desgajados de ella nacieron tres nuevos Estados: Azerbaiy¨¢n, Kazajast¨¢n y Turkmenist¨¢n, todos con considerables reservas energ¨¦ticas en su parte correspondiente de mar, a diferencia de Ir¨¢n y de la actual Rusia, que tienen escaso o ning¨²n petr¨®leo en su litoral.Desde entonces, dos conflictos maduran en el Caspio. Uno es el relativo a la propiedad de los yacimientos energ¨¦ticos. Las tres antiguas rep¨²blicas sovi¨¦ticas mencionadas -que tienen el gas y el petr¨®leo a pie de costa- sostienen que, a estos efectos, el mar debe ser dividido en sectores nacionales. Mi petr¨®leo es para m¨ª, ser¨ªa la consigna, y mientras se dirime la cuesti¨®n, no pierden el tiempo y ya han otorgado concesiones millonarias a compa?¨ªas occidentales y a China. Ir¨¢n y Rusia -que saben que de sus respectivas costas no podr¨¢n obtener m¨¢s que esturiones- proponen que los recursos en litigio se repartan entre los cinco Estados. Sin embargo, Rusia, que aparte de afici¨®n al caviar tiene aspiraciones de potencia en Asia y desea mantener su antigua influencia por otras v¨ªas, acaba de abandonar a Teher¨¢n al haber firmado un acuerdo con Kazajast¨¢n que reconoce la tesis del reparto en funci¨®n de criterios nacionales. La concesi¨®n realizada no es ajena al cosm¨®dromo construido en territorio kazajo durante la ¨¦poca sovi¨¦tica y que Mosc¨² retiene para sus aventuras espaciales en virtud de un acuerdo de 1994. El otro conflicto deriva de la necesaria construcci¨®n de la red para transportar energ¨ªa a Occidente. La m¨¢s barata es a trav¨¦s de Ir¨¢n. La m¨¢s cara desemboca en Turqu¨ªa. Motivados por la lenta pero perceptible evoluci¨®n desde la llegada del presidente Jatam¨ª, EE UU manifest¨® hace un a?o que no se opondr¨ªa a la hip¨®tesis iran¨ª. Varios pa¨ªses europeos, compa?¨ªas norteamericanas y China apoyan esta opci¨®n. Tres meses m¨¢s tarde, el lobby jud¨ªo norteamericano, empe?ado en aislar a Ir¨¢n, consigui¨® que Washington se desdijera.
Todos estos dimes y diretes tienen lugar en una zona del mundo sensiblemente estrat¨¦gica, donde el autoritarismo, el abuso de los derechos humanos, la corrupci¨®n y, en buena medida, el hambre y las desigualdades sociales son end¨¦micas. Y donde las rebeliones armadas, incursiones, invasiones y limpiezas ¨¦tnicas est¨¢n a la orden del d¨ªa. Una regi¨®n donde se entrecruzan islam y cristianismo y donde las fracturas ¨¦tnicas dentro de un mismo Estado alcanzan niveles aberrantes. No hay m¨¢s que pensar en un peque?o pa¨ªs, Georgia, tan desgarrado por el impulso etnonacionalista de Abjazia, Osetia y Ajaria que oblig¨® al presidente Eduard Shevardnadze a proponer el pasado 26 de julio la creaci¨®n de un "ministerio para la soluci¨®n de los conflictos". Entre la frontera china y el mar Negro viven casi 80 millones de personas en ocho Estados inexistentes hace escasos a?os. Las fronteras trazadas entre ellos son hist¨®ricas, cultural y ling¨¹¨ªsticamente artificiales. El presidente kazajo, Nursult¨¢n Nazarb¨¢iev, ha dicho que "el petr¨®leo puede significar tanto riqueza como sangre". Esperemos que el modelo elegido por las potencias petroleras del Caspio se aproxime m¨¢s a Noruega que a Nigeria.
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