Un hogar sin rejas El ¨²nico piso para ex reclusos del Pa¨ªs Vasco cumple su primer a?o de vida en Vitoria
Son cuatro ex reclusos de Nanclares de la Oca que disfrutan de libertad condicional y, en teor¨ªa, de los mismos derechos que cualquier otro ciudadano de Vitoria. Sin embargo, ninguno de sus vecinos lo sabe, y este ejercicio de discreci¨®n ha servido para que el primer piso "de larga estancia" para presos haya sido una experiencia altamente positiva en su primer a?o de funcionamiento. El anonimato es la base del ¨¦xito. El colectivo Salhaketa, impulsor de la iniciativa, no desvela ni el lugar en el que se encuentra la vivienda ni las identidades de sus cuatro inquilinos. "Hemos tenido que pedir un cr¨¦dito en nuestro nombre, porque sumamos al problema de vivienda que existe en la ciudad el etiquetaje social que recae sobre estas personas", indica C¨¦sar Manzanos, portavoz de Salhaketa. La particularidad de esta iniciativa, que s¨®lo cuenta con antecedentes puntuales en Madrid, se centra en los destinatarios, antiguos internos en situaci¨®n de libertad condicional o definitiva. "La b¨²squeda de la integraci¨®n social y la libertad para trabajar nos lleva a depender lo m¨ªnimo de las instituciones a trav¨¦s de la autogesti¨®n", se?ala Manzanos. As¨ª, el departamento foral de Bienestar Social se limita a aportar ayudas para el programa socio-educativo, que imparten monitores de manera personalizada con cada uno de los beneficiarios. A lo largo del primer a?o de funcionamiento ocho personas han pasado por la vivienda, que cuenta con cuatro habitaciones individuales, cocina-comedor y un cuarto de ba?o. Los responsables del proyecto han constatado en este periodo un solo fracaso -"m¨¢s nuestro que de ellos"- y, a pesar de los recelos iniciales, han comprobado la inexistencia de problemas derivados de la convivencia de hombres y mujeres bajo el mismo techo. Tres de los actuales inquilinos disponen de trabajo y el cuarto percibe ayudas sociales, con las que pueden financiar una parte del pr¨¦stamo a 25 a?os con el que se cubre el alquiler del piso. Uno de los educadores desta que su funci¨®n se basa en "ayudarles de manera individual, bien sea en la b¨²squeda de un trabajo o en los problemas personales o de integraci¨®n que les puedan surgir". El recluso que lleva desde el principio residiendo en la vivienda puso de relieve las bondades de un servicio "que me ha permitido encontrar un trabajo, sin el cual pod¨ªa haber ca¨ªdo de nuevo". En este sentido, los representantes de Salhaketa inciden en las dificultades de inserci¨®n social que acompa?a a los internos que acceden a la libertad provisional y aseguran que, desde el punto de vista de la econom¨ªa social, una experiencia de este tipo "supone m¨¢s que 25 o 30 agentes patrullando por las calles". A partir de ahora, Salhaketa pretende crear una red de "miniresidencias¡¤ o pisos similares que ampl¨ªe las expectativas de los reclusos que salen de los centros penitenciarios. El pr¨®ximo d¨ªa 30 presentar¨¢ p¨²blica mente la experiencia para "crear una mayor sensibilizaci¨®n social".
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