Un estudio de profesores de Biolog¨ªa se?ala que las alumnas rinden m¨¢s que los alumnos Las estudiantes aprovechan m¨¢s el tiempo y est¨¢n m¨¢s "¨¢vidas de aprender"
Clase pr¨¢ctica de Geograf¨ªa F¨ªsica. Los alumnos de tercer curso de Biolog¨ªa ocupan sus sitios en el laboratorio. Comienzan las pruebas. Los profesores de los distintos grupos, Lourdes Encina, Dora Rodr¨ªguez, el catedr¨¢tico de Ecolog¨ªa Francisco Garc¨ªa Novo, Laura Serrano y Roc¨ªo de Juan, se han propuesto evaluar doblemente a sus alumnos y han elaborado un cuestionario que 276 estudiantes rellenaron al final del curso 96/97, una vez acabadas las pr¨¢cticas. "Pretend¨ªamos analizar el rendimiento del alumnado en estas clases, no s¨®lo a nivel de conocimientos sino tambi¨¦n de inter¨¦s por esta tarea", explica Encina. Y las conclusiones han sido curiosas. "Una gran parte de los alumnos consideran la parte pr¨¢ctica de la asignatura como "una molesta rutina obligatoria" m¨¢s que una oportunidad para su enriquecimiento personal, explica Lourdes Encina, una de las profesoras. El resumen de este trabajo ofrece otra conclusi¨®n a resaltar: "las mujeres llegan a alcanzar significativamente mejores resultados que sus colegas masculinos". Los datos extra¨ªdos del cuestionario que los alumnos rellenaron de forma an¨®nima en el que se les interrogaba sobre sus gustos, preferencias, sugerencias y todo lo relacionado con las pr¨¢cticas en laboratorio, aporta a los profesores una opini¨®n tajante: "El 80% de los alumnos no est¨¢n preparados para afrontar un trabajo cient¨ªfico. No tienen madurez intelectual pero es que tampoco tienen inter¨¦s ni ilusi¨®n. Son m¨¢quinas de aprobar ex¨¢menes y han perdido el esp¨ªritu universitario del saber por saber, de aprender cada d¨ªa", se lamenta Encina. En una de las cuestiones se interrogaba al estudiante sobre la prueba pr¨¢ctica que prefer¨ªan de entre todas las realizadas. "Nos dimos cuenta que las que m¨¢s les gustaban eran las que m¨¢s cacharreo ten¨ªan, m¨¢s colores, como si fuera un juego de ni?os, como Barrio S¨¦samo", contin¨²a Encina. En una de las pruebas se mostraba una columna de agua, mezcla de salada y dulce, con capas de sedimentos. El alumno ten¨ªa que averiguar qu¨¦ ecosistema simulaba el preparado en la cubeta. "Lo ten¨ªan aqu¨ª al lado, en el estuario del Guadalquivir, con el agua salada debajo y la dulce del r¨ªo encima, pero no eran capaces de averiguarlo y sin embargo les llam¨® much¨ªsimo la atenci¨®n la prueba s¨®lo porque hab¨ªamos te?ido el agua de dos colores", prosigue Encina. Incluso se interesaron por el proceso de te?ir el agua como elemento de decoraci¨®n para sus casas. Pero el inter¨¦s cient¨ªfico se qued¨® al fondo, como los sedimentos. En cuanto a la valoraci¨®n que los alumnos hacen de las clases pr¨¢cticas, tambi¨¦n se observan diferencias entre ambos sexos. Ellas est¨¢n m¨¢s "¨¢vidas" de aprender y "reivindican con m¨¢s frecuencia que los hombres un mayor n¨²mero de pr¨¢cticas, m¨¢s profesores o m¨¢s material, mientras que para ellos el problema parece ser la falta de tiempo, algo que las alumnas no acusan pr¨¢cticamente. El 97,3% de los alumnos frente al 90,6% de las alumnas consideran que el programa pr¨¢ctico del curso es m¨¢s bien extenso y en algunos casos les roba tiempo para otras tareas. A juzgar por las respuestas obtenidas, los profesores de Geograf¨ªa F¨ªsica entienden que los estudiantes le dan m¨¢s importancia a las clases te¨®ricas que a las pr¨¢cticas. Esta apreciaci¨®n incluye las excursiones, el trabajo de campo. El 40% de los alumnos encuestados consideran que deber¨ªan reducirse a una o ninguna, casi la mayor¨ªa opina que deber¨ªan ser voluntarias y un 61% gratuitas. Otro dato que los profesores consideran parad¨®jico es que los alumnos mostraron una mayor predilecci¨®n por aquellas pr¨¢cticas en las que luego sacaron peores resultados. A los profesores les ha servido el estudio para reorganizar las clases pr¨¢cticas en cursos sucesivos revisando las carencias.
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