Un testimonio peculiar

La expectaci¨®n creada el pasado lunes por el anuncio de que una testigo hab¨ªa visto a Publio Cord¨®n en fechas posteriores a su secuestro se diluy¨® ayer antes incluso de que hubiera declarado ante el tribunal.

Pilar D¨ªaz de Vargas y Dur¨¢n convers¨® ayer con los periodistas, entre las 10.30 y las 13 horas, en el exterior de la sala blindada de la Audiencia Nacional, donde se celebra el juicio por el secuestro del empresario zaragozano. La mujer explic¨® que viaj¨® desde Sevilla a Madrid sentada al lado de Cord¨®n aproximadamente en noviembre de 1996. "El 2 o el 5", dijo, "porque operaban a mi hija Pilar". No le habl¨® "porque le dio apuro". Cord¨®n llevaba un malet¨ªn grande y una bolsa de viaje de cuero.

Hasta aqu¨ª los datos. A continuaci¨®n dijo que fue ella quien se puso en contacto con los abogados de los acusados, que no conoc¨ªa previamente a Cord¨®n y que los GRAPO "han equivocado el camino, pero no los ideales", porque ella tiene "mucha confianza en la gente , a pesar de que pongan bombas". Agreg¨® que est¨¢ siendo utilizada por alguien -que no precis¨®- en contra de su voluntad, y que "eso no es cristiano".

Tambi¨¦n dijo que quer¨ªa que los acusados le explicaran qu¨¦ hac¨ªa Publio Cord¨®n en Sevilla. "Yo tengo una idea clara [de las razones de la estancia de Cord¨®n en Sevilla] por otras cosas que he denunciado de tr¨¢fico de drogas en mi finca, que puede tener relaci¨®n".

Preguntada si ella cree que Cord¨®n pudiera estar relacionado con un asunto de tr¨¢fico de armas, respondi¨®: "Esto es como soltar a una persona con una mano y cogerla con la otra".

Tras asegurar que todo lo hace "por Cristo", se?al¨® que la est¨¢n siguiendo. A la persona que, seg¨²n ella, le sigue s¨ª la identific¨®: "Un se?or muy alto, con una gabardina azul, muy larga y muy amplia, con una hechura muy rara que yo no he visto en los escaparates de las tiendas". Pilar D¨ªaz de Vargas no ha declarado a¨²n pero ni la defensa ni la acusaci¨®n le otorgan credibilidad.