Los republicanos buscan apoyos dem¨®cratas para el proceso de destituci¨®n de Clinton
El gran misterio de la votaci¨®n que ma?ana o el viernes celebrar¨¢ el pleno de la C¨¢mara de Representantes de EEUU es saber cu¨¢ntos dem¨®cratas votar¨¢n con la mayor¨ªa republicana a favor del inicio del proceso que puede llevar a la destituci¨®n de Bill Clinton. Los republicanos intentaban ayer atraer a sus posiciones a una docena de dem¨®cratas m¨¢s centristas o conservadores que el resto. Y es que, a diferencia del Watergate, la instrucci¨®n parlamentaria del caso Lewinsky ha comenzado con un marcado sesgo partidista, lo que ayer denunci¨® Joe Lockhart, el nuevo portavoz de la Casa Blanca.
En la madrugada de ayer, tras m¨¢s de 10 horas de debates vivos pero corteses, el Comit¨¦ de Asuntos Judiciales de la C¨¢mara de Representantes equipar¨® a Clinton con Richard Nixon. Con los votos a favor de todos sus miembros republicanos, 21, y la oposici¨®n de todos los dem¨®cratas, 16, el comit¨¦ pidi¨® permiso al pleno para iniciar una instrucci¨®n sobre 15 presuntos hechos delictivos relacionados con perjurio, intimidaci¨®n de testigos y obstrucci¨®n a la justicia. Esos delitos habr¨ªan sido cometidos por Clinton al intentar ocultar sus relaciones sexuales con Monica Lewinsky ante los abogados de Paula Jones, la mujer que le denuncia por acoso sexual, y el gran jurado que orquest¨® el fiscal independiente Kenneth Starr.Fue un arranque similar al del proceso que termin¨® conduciendo a la dimisi¨®n de Nixon en 1974 y tuvo como marco la misma sala del Capitolio, la Rayburn 2141. Pero hubo una importante diferencia. En el Watergate, todos los miembros del comit¨¦, fueran de la entonces mayor¨ªa dem¨®crata o de la minor¨ªa republicana, votaron a favor de iniciar la instrucci¨®n. Esa unanimidad quiz¨¢ sell¨® el destino de Nixon.
Sin l¨ªmite
En cambio, la instrucci¨®n que aprobar¨¢ antes del fin de semana el pleno de la C¨¢mara de Representantes ser¨¢ semejante a la que sufri¨® Nixon en dos aspectos: no tiene l¨ªmites temporales y no se centrar¨¢ exclusivamente en el caso Lewinsky. Nixon fue investigado por el Congreso no s¨®lo por el espionaje pol¨ªtico del Watergate, sino por el empleo del FBI y la CIA en otros asuntos, como la lucha contra los opositores a la guerra de Vietnam. Los republicanos han querido que Clinton tenga el mismo tratamiento.Clinton no s¨®lo tendr¨¢ que responder del caso Lewinsky, sino tambi¨¦n de otros presuntos abusos de poder, como Whitewater, el uso por la Casa Blanca de fichas del FBI de pol¨ªticos conservadores y la financiaci¨®n irregular de su ¨²ltima campa?a. Se abre un horizonte de meses en el que el hombre m¨¢s poderoso del planeta va a trabajar bajo una espada de Damocles.
Clinton resistir¨¢ hasta el ¨²ltimo aliento y es probable que logre terminar su segundo mandato, pero la mayor¨ªa republicana en las dos c¨¢maras del Congreso le tiene bien amarrado. Los republicanos no tienen ganas de que abandone prematuramente la Casa Blanca y sea sustituido por un Al Gore que podr¨ªa crearse as¨ª una imagen de estadista para las elecciones del 2000. Pero tampoco quieren privarse de la posibilidad de cocerle a fuego lento hasta el ¨²ltimo segundo.
En busca de la mayor legitimidad, los republicanos han escogido como jefe de su equipo de asesores legales a un jurista dem¨®crata, David Schippers. El lunes, en su intervenci¨®n ante el Comit¨¦ de Asuntos Jur¨ªdicos, Schippers desestim¨® algunas de las acusaciones de abuso de poder presentadas por Starr y a?adi¨® otras. Al final, su c¨¢lculo de presuntos hechos delictivos, 15, result¨® superior al del fiscal, 11.
Schippers y los congresistas republicanos que intervinieron pusieron el acento en que el juramento de decir "la verdad, toda la verdad y nada m¨¢s que la verdad" es la "base del sistema legal estadounidense".
Clinton, entretanto, sigue perdiendo escudos. Erskine Bowles, el jefe de gabinete del presidente, abandonar¨¢ la semana pr¨®xima la Casa Blanca para volver a la escena pol¨ªtica de su Estado natal de Carolina del Norte. "Estoy enfadado con el presidente. Me ha decepcionado. Me ha herido que me enga?ara y enga?ara al pueblo norteamericano", dijo ayer Bowles.
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