P¨ªtimas
Si tiene usted la intenci¨®n de matar pr¨®ximamente a alguien, sea un pariente pr¨®ximo o alguien tan ajeno a la especie humana como un directivo de TVE, tome la precauci¨®n, horas antes del crimen, de agarrarse una cogorza de las de aqu¨ª te espero. El sistema legislativo espa?ol le pondr¨¢ entonces bajo su protecci¨®n, jueces y polic¨ªas le acunar¨¢n en sus poderosos brazos, y podr¨¢ usted dormir pl¨¢cidamente mientras ellos vigilan para que las v¨ªctimas no se aprovechen de su debilidad. En Espa?a, un borracho, ese enemigo de la bebida, es un signo de identidad nacional, un ejemplo de cultura aut¨®ctona. En verano importamos millones de borrachos extranjeros para dar a conocer nuestra vida intelectual e intercambiar experiencias. ?Qu¨¦ bonito es verlos en Mallorca y c¨®mo lo agradecen los mallorquines! Innumerables chavales conocen la primera tajada mucho antes de abrir el primer libro. Asombra que en las Cortes sus se?or¨ªas no canten el himno de Asturias o duerman la curda bajo el pupitre con la nariz como un pimiento. ?Qu¨¦ falta de patriotismo!En mayo de 1996, un ciudadano conduc¨ªa beodo su lujoso todoterreno por el Vall¨¦s Occidental, y aprovech¨® una recta con perfecta visibilidad para matar a dos ciclistas que iban como caracolillos por el arc¨¦n. El juez no lo ha considerado delictivo, s¨®lo "imprudente", y el conductor no tendr¨¢ que molestarse en pisar la c¨¢rcel. Dos a?os m¨¢s tarde, en 1998, casi coincidiendo con la sentencia, otro ciudadano mataba a tres ciclistas en el mismo lugar. El conductor aprovech¨® aquella recta tan bonita para ponerse a 130 kil¨®metros/ hora. Si cometi¨® la imprudencia de ir sereno, se le ha ca¨ªdo el pelo, pero si iba trompa est¨¢ salvado. As¨ª que, seamos prudentes, antes de conducir, y aunque nos d¨¦ mucho asco, pong¨¢monos ciegos de cazalla.
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