Plaza de las Gl¨°riesJOSEP MARIA MONTANER
Durante estos meses, Barcelona est¨¢ comprometida en el intento de solucionar algunas de las plazas que act¨²an como cruciales nudos de tr¨¢fico y que todav¨ªa no han alcanzado un resultado satisfactorio. ?reas de nueva centralidad como la plaza de Cerd¨¤, actualmente en reconstrucci¨®n, y plazas hist¨®ricas sometidas a procesos de cambio como la plaza de Lesseps, cuya soluci¨®n viaria introducida en los a?os setenta, primando burdamente el tr¨¢fico rodado, nunca ha satisfecho a la ciudadan¨ªa. Afortunadamente, ya est¨¢n aprobados los proyectos de ingenier¨ªa y arquitectura para que en breve empiecen las obras para disponer de una plaza de Lesseps totalmente reformada, con m¨¢s espacios verdes y equipamientos, y con la voluntad de recrear su memoria. Sin embargo, una pieza urbana maldita donde las haya, end¨¦micamente irresuelta, es la plaza de las Gl¨°ries. Lo que Cerd¨¤ propuso en 1859 como centro de Barcelona se pas¨® un siglo abandonado como tierra de nadie hasta que en los a?os sesenta el terreno ¨¢rido y an¨®nimo fue sembrado de v¨ªas r¨¢pidas y bucles inconclusos que a¨²n degradaron m¨¢s la zona. En febrero de 1992, con el impulso ol¨ªmpico, se inauguraba provisionalmente a toda prisa una nueva plaza de las Gl¨°ries con el paso elevado para la Gran Via -no se pod¨ªa utilizar el subsuelo debido a la superposici¨®n de l¨ªneas de metro y ferrocarril- y un gran tambor el¨ªptico para aparcamientos que albergaba en su interior un parque. Con el paso de los a?os, el entorno se ha ido enriqueciendo con el Centro Comercial de Barcelona Gl¨°ries y, bastante cerca, con el pante¨®n del Teatre Nacional de Catalunya y el eternamente inconcluso Auditorio. Tambi¨¦n el sistema viario se ha ido transformando con la apertura y urbanizaci¨®n de los tramos de dos grandes avenidas: la Diagonal y la Meridiana. Actualmente, el entorno de la plaza necesita una reforma que la complete y encontrar una soluci¨®n para otra cuesti¨®n pendiente desde hace a?os: la resituaci¨®n y consolidaci¨®n del mercadillo de los Encantes para poder liberar la zona verde que ocupan a precario. En los ¨²ltimos a?os se ha previsto una docena de ubicaciones alternativas distintas, pero ninguna ha cuajado. De hecho, y desde muchos aspectos, la realidad actual de la plaza no es satisfactoria. Con la paulatina y lenta apertura de la Diagonal y la urbanizaci¨®n peatonal de la Meridiana se evidencian graves contradicciones: las dos grandes avenidas, a medida que van tomando entidad topan con la masa construida de la plaza; el tr¨¢fico rodado s¨®lo prima la salida principal por la Gran Via y penaliza el paso por los laterales que provienen de la Diagonal, la Gran Via y la Meridiana; los itinerarios peatonales de dichas v¨ªas se pierden en vueltas y sem¨¢foros alrededor del tambor; y del aparcamiento de la plaza, con sus 800 plazas existentes, no se utiliza ni la mitad: 400 de ellas fueron destinadas a aparcamiento de disuasi¨®n combinado con transporte p¨²blico -el objetivo m¨¢ximo para el que fue construido el gran edificio-, y est¨¢n casi siempre vac¨ªas. Tras dos a?os de negociaciones y pactos, el Ayuntamiento de Barcelona ha convocado un concurso restringido de proyectos para completar el anillo viario de Gl¨°ries; un concurso que el pasado 15 de septiembre fue declarado desierto a causa de que ninguno de los tres proyectos presentados, a pesar de su calidad, resolv¨ªa satisfactoriamente la gran complejidad y singularidad de este nudo urbano y su ¨¢rea colindante. Aparte de que la publicitaci¨®n de dicho concurso hubiera debido tener m¨¢s ¨¦nfasis y de que entre los arquitectos catalanes contin¨²an el desencanto, el conformismo y la baja intenci¨®n de presentarse a concursos, es sintom¨¢tico que dos de los tres ¨²nicos participantes propusieran de una manera u otra poner en crisis el anillo viario tal como fue resuelto no hace m¨¢s de seis a?os; y por esta raz¨®n, al no cumplir las bases, no pod¨ªan ganar el concurso. Uno de los autores -uno de los planificadores de la Barcelona ol¨ªmpica- propon¨ªa eliminar las conexiones elevadas de la Gran Via, conservar el tambor construido como contenedor de los n¨®madas Encantes y realizar una especie de gran plaza decimon¨®nica, abierta y circular, un gran vac¨ªo en el que confluir¨ªan todas las calles y avenidas al mismo nivel del suelo. Otro de los autores -uno de los arquitectos catalanes de m¨¢s prestigio internacional- planteaba una serie de actuaciones residenciales que descentrasen el peso de la plaza y consideraba id¨®nea la desaparici¨®n de todo el tambor que recubre la estructura viaria elevada, convirtiendo el nudo viario en lo m¨¢s transparente, permeable, escult¨®rico y ligero posible; pura estructura sin ning¨²n recubrimiento. La ¨²nica propuesta que manten¨ªa la plaza tal como est¨¢ -con la Gran Via elevada y la masa del edificio de aparcamientos- era, precisamente, la de los mismos autores del proyecto ol¨ªmpico ya realizado. Por tanto, el problema de la plaza m¨¢s representativa del Plan Cerd¨¤ sigue sin resolverse de forma satisfactoria. Va a ser necesaria una nueva convocatoria del concurso, y m¨¢s necesario que esto ser¨¢ abrir de nuevo el debate, especialmente entre la Administraci¨®n, los t¨¦cnicos y los ciudadanos. Una correcta resoluci¨®n de la plaza es motivo suficiente para que el Ayuntamiento y los arquitectos pongan en juego toda su capacidad de mediaci¨®n y todas sus posibilidades creativas. A principios de 1992, cuando las obras se estaban terminando, cinco asociaciones de vecinos colindantes -El Clot, La Llacuna, Poblenou, Fort Pius y Sagrada Familia- contestaron con una dura cr¨ªtica lo que estaba a punto de inaugurarse, y lo calificaban de "aberrante" por el impacto negativo en el entorno. Aunque aquellas cr¨ªticas parecen olvidadas y hoy rigen pactos para completar la plaza y reubicar los Encantes, existe una conciencia latente y certera de que la creciente complejidad y disparidad de funciones de toda el ¨¢rea no ha sido resuelta correctamente, que lo realizado hipoteca negativamente el futuro y que ser¨ªa necesario volver a pensar lo que parec¨ªa inapelable. Se?alemos s¨®lo dos hechos. Uno: no s¨®lo el peat¨®n ha quedado en segundo t¨¦rmino con la soluci¨®n vigente, sino que el automovilista que circula por los laterales de Gran Via, Diagonal y Meridiana tambi¨¦n sale perdiendo -recordemos los frecuentes atascos alrededor de la plaza-. Dos: y lo que es m¨¢s curioso, uno de los mejores puntos panor¨¢micos para contemplar Barcelona -hacia el este, el sur y poniente- es precisamente la parte elevada de la plaza, y s¨®lo lo pueden disfrutar de ello los automovilistas durante unas fracciones de segundo cuando circulan velozmente; mientras, los ciudadanos, desde el parque dentro del anillo el¨ªptico, quedan privados de toda vista. Posiblemente el mayor error inicial ha sido resolver como masa construida un espacio urbano pensado por Cerd¨¤ como gran vac¨ªo, tal como ya han vuelto a proponer dos de los concursantes citados. Por ello, los planteamientos de la plaza deber¨ªan poder pensarse totalmente de nuevo reconociendo que a¨²n no se ha sabido resolver satisfactoriamente esta pieza urbana clave en la herencia de Cerd¨¤. El reto a la capacidad creativa y resolutiva de la ciudad contin¨²a abierto.
Josep Maria Montaner es arquitecto.
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