Un estudio europeo demuestra que se puede adelgazar sin prescindir del pan y el az¨²car
Es posible perder peso aumentando los hidratos de carbono si se reducen las grasas
Los hidratos de carbono (el pan, las f¨¦culas, el arroz, la pasta y los az¨²cares) han sido consideradas hasta ahora la bestia negra en las dietas de adelgazamiento. Un estudio europeo ha demostrado que se puede perder peso aumentando un 10% el consumo de este tipo de alimentos, siempre que este incremento vaya acompa?ado de una reducci¨®n, en el mismo porcentaje, de la ingesta de grasas. El estudio demuestra, por primera vez, que con una una correcta proporci¨®n entre nutrientes en la dieta se puede controlar el peso sin necesidad de pasar hambre.
El estudio, bautizado como proyecto CARMEN (Carbohydrate Ratio Management in European National Diets), cuestiona la eficacia de los "milagrosos" productos de adelgazamiento que inundan el mercado y de las dietas restrictivas de adelgazamiento, que, precisamente por introducir tantas limitaciones, son muy dif¨ªciles de seguir y suelen producir el denominado efecto yoy¨®, es decir, la r¨¢pida recuperaci¨®n del peso en cuanto se abandonan. Y estas dietas pueden adem¨¢s comportar modificaciones del metabolismo que hagan aumentar el peso por encima del que se ten¨ªa antes de iniciarla.Los responsables de la investigaci¨®n han demostrado que para reducir peso basta con modificar la composici¨®n de la dieta con el prop¨®sito de conseguir una correcta proporci¨®n entre grasas e hidratos de carbono. "Ante la inefectividad de los reg¨ªmenes de adelgazamiento, modificar la correlaci¨®n de alimentos en la dieta representa una soluci¨®n pr¨¢ctica para un problema m¨¦dico mundial, que afecta a 250 millones de personas de los pa¨ªses desarrollados o en v¨ªas de desarollo", aseguran los investigadores.
En Espa?a, seg¨²n los estudios epidemiol¨®gicos m¨¢s recientes, m¨¢s de cinco millones de personas son obesas y padecen o est¨¢n expuestas a patolog¨ªas asociadas, como hipertensi¨®n o enfermedades cardiovasculares. Recientes estudios han demostrado tambi¨¦n que el exceso de grasa provoca intolerancia a la glucosa y puede desencadenar diabetes.
Compensaci¨®n
En la dieta de los espa?oles, la aportaci¨®n cal¨®rica procede de las grasas en una proporci¨®n de entre el 38% y el 40%. Para conseguir una dieta ideal, este porcentaje deber¨ªa reducirse en un 10% . El valor cal¨®rico de las grasas que son eliminadas tendr¨ªa que compensarse con el mayor consumo de hidratos de carbono complejos (pasta, arroz, pan, legumbres) o simples (az¨²cares).La reducci¨®n del 10% de grasas se puede conseguir, por ejemplo, sustituyendo un producto de boller¨ªa en el desayuno por una tostada con mermelada. En el almuerzo, tomar un plato de pasta con salsa de tomate en lugar de mantequilla y un filete de pescado o carne cocido a la parrilla en lugar de fre¨ªrlo. Para la cena, las verduras o las ensaladas, seguidas de una tortilla a la francesa constituyen un buen sustitutivo de unos huevos fritos, unos embutidos o un plato en salsa.
El proyecto CARMEN se desarroll¨® durante seis meses con la participaci¨®n de 400 voluntarios de cinco pa¨ªses europeos (Espa?a, Reino Unido, Dinamarca, Alemania y Holanda). El equipo espa?ol que ha participado en el estudio ha sido dirigido por el doctor Xavier Formiguera, jefe de la unidad de trastornos alimentarios del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol de Badalona. Durante el estudio, los 400 voluntarios investigados siguieron una vida normal y no tuvieron que reducir el n¨²mero total de calor¨ªas ingeridas habitualmente. Un primer grupo de voluntarios sigui¨® una dieta con un 30% de energ¨ªa procedente de la grasa -un 10% menos de la que tomaban habitualmente- reemplazando este porcentaje por hidratos de carbono complejos.
Un segundo grupo sigui¨® tambi¨¦n una dieta baja en grasas, aunque compens¨® la disminuci¨®n de energ¨ªa con un 5% procedente de hidratos de carbono simples y un porcentaje id¨¦ntico procedente de az¨²car o alimentos azucarados.
Un tercer grupo continu¨® con sus h¨¢bitos alimentarios habituales, con una ingesta de calor¨ªas procedentes en un 40% de las grasas.
Despu¨¦s de seis meses, los voluntarios de los dos primeros grupos hab¨ªan perdido entre 1.200 y 1.800 gramos, adem¨¢s de reducir los niveles de colesterol total. Esta p¨¦rdida de peso se sustent¨®, fundamentalmente, en una disminuci¨®n de la masa grasa corporal. Las personas que no modificaron su h¨¢bitos alimentarios, en cambio, aumentaron de peso.
Formiguera destac¨® ayer el car¨¢cter revolucionario del estudio: "El malo de la pel¨ªcula en las dietas de adelgazamiento ha sido hasta hoy el pan y todos los dem¨¢s alimentos ricos en hidratos de carbono. El estudio demuestra que esto no es cierto", afirm¨®.
Formiguera resalt¨® ayer que el proyecto es el primero que ha distinguido entre los hidratos de carbono simples y complejos. El resultado de la investigaci¨®n demuestra que las grasas pueden sustituirse por cualquiera de los dos tipos de hidratos de carbono, ya que los voluntarios que aumentaron la ingesta de az¨²cares perdieron tanto peso como los que sustituyeron las grasas por arroz, pastas, pan o legumbres. La clave est¨¢ en reducir la proporci¨®n de grasas.
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