Espa?a espera
DE PASADAEra lunes. Atardec¨ªa en mi M¨¢laga la bella. Esa Espa?a centenaria en ¨®leo sobre lienzo que iba a inaugurarse -La mirada del 98- nos rodeaba amenazante y, m¨¢s que doler, daba una calor impresionante. Resulta delicado tal como anda el patio patrio, pero all¨ª pegaba rectificar a don Miguel y gritar "me suda Espa?a". Esper¨¢bamos a Espe periodistas, pol¨ªticos, aspirantes a vuecencia y fanes, creando un microclima tal de bochorno alrededor de los Zuloaga y Anglada Camarasa que de haberse tratado de paleol¨ªticas pinturas de Altamira en vez de recios ¨®leos espa?oles, las figuras noventayochistas se habr¨ªan disuelto en supiros de Espa?a. La masa ocupaba la nueva Sala Alameda montada por Diputaci¨®n: sala maja, para ponernos en sinton¨ªa ministril, pero a la que han cebado mucho -a la sala, no a la ministra- para que parezca m¨¢s de lo que es: la expo parec¨ªa un laberinto borgiano, donde hasta los t¨¦cnicos del ministerio se santiguaban para que nadie se cargase un cuadro. Y ahora suena un rumor: esta sala albergar¨¢ el Patronato de Turismo en un par de a?os para que Unicaja recupere la sede actual del patronato. Por fin lleg¨® Esperanza Aguirre y nos pusimos muy contentos, que sud¨¢bamos a chorros y ansi¨¢bamos chapar jornada. La verdad es que en persona se equivoca menos que en la tele. Celia se puso a su lado y rob¨® plano, porque la alcaldesa le quita foco hasta a Sharon Stone con un Gremlin en la liga. Deber¨ªa combatir a Lina Morgan desde Antena 3 con la teleserie Vaya par de edilas: Celia y Te¨®fila compartiendo piso y confesiones sobre lo dif¨ªcil que es ser mujer y mandar en el pep¨¦. A la ministra se la ve tensa, presintiendo buitres a la caza de un "Sara Mago, majetes", que echarse al chanzar. No es de extra?ar que confundiese al pintor Moreno Carbonero con Moreno Carbonell, sacando a Pablo ¨ªdem de su obsesi¨®n telem¨¢tica. Lleg¨® do?a Espe a improvisar sobre su discurso le¨ªdo pidiendo que nadie se apoyase en los cuadros, en clara advertencia que no pill¨® el concejal Antonio Garrido, que ten¨ªa a una gitana pintada por Manuel Benedito de guardaespaldas. Una se?ora que llevaba a su nietecita vestida de uniforme colegial logr¨® colarse en la comitiva para ver de cerca a su ministra favorita. Fueron im¨¢genes entra?ables como la aparici¨®n de la hija de Dar¨ªo de Regoyos. Habl¨® la ministra al fin a los periodistas y no dijo mucho. Tanta Espa?a cansa hasta a Unamuno. H?CTOR M?RQUEZ
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