Superliga y negocio
EL F?TBOL ser¨¢, sin duda, el gran espect¨¢culo de masas del siglo XXI, con un p¨²blico al que se van incorporando las mujeres en progresi¨®n aritm¨¦tica. Como el cine, como el teatro, este divertimento puede emplearse con fines secundarios de gran utilidad: igual que las pel¨ªculas y las representaciones dram¨¢ticas llevan impl¨ªcitos indudables elementos culturales, el f¨²tbol constituye un factor educativo para los j¨®venes porque simboliza el trabajo en equipo, el cuidado de la forma f¨ªsica y el esfuerzo ajeno a las drogas o el alcohol.La UEFA, el m¨¢ximo organismo federativo europeo, decidi¨® el mi¨¦rcoles crear una gran Liga continental de f¨²tbol, con 132 equipos participantes y una fase final de 32 clubes. Era su respuesta defensiva ante una iniciativa privada -de la empresa Media Partners- apoyada por varios de los grandes clubes. El ¨²nico objetivo de la UEFA parece consistir en conservar el negocio, y aumentarlo. Los equipos que participan en las competiciones que ese organismo controla reciben s¨®lo la mitad de los beneficios que generan. Ahora tal vez se aumenten el porcentaje y la cantidad total, pero habr¨¢ de examinarse el precio que todos pagar¨¢n.
Para empezar, el estiramiento de la competici¨®n obligar¨¢ a jugar muchos m¨¢s partidos, pero eso no implica mayor calidad del juego; dar¨¢ a los clubes m¨¢s dinero, pero habr¨¢n de alargar sus plantillas y bajar, por tanto, su nivel medio; se estimular¨¢ el mercado de futbolistas, pero desaparecer¨¢n las inversiones en la propia cantera; la abundancia de partidos europeos devaluar¨¢ las competiciones nacionales, y tal vez la saturaci¨®n de unos y otros erosione el inter¨¦s por este espect¨¢culo.
El Real Madrid y el Barcelona, que cada a?o sol¨ªan disputar dos partidos del siglo, podr¨¢n encontrarse con el nuevo panorama hasta seis veces en una sola temporada (Liga europea, Liga espa?ola, Copa del Rey); los jugadores ganar¨¢n todav¨ªa m¨¢s dinero, pero estar¨¢n sometidos a un esfuerzo casi inhumano: continuos viajes, encuentros de mayor desgaste f¨ªsico y psicol¨®gico... Y lo peor de todo, se agrandar¨¢ el riesgo de acudir a estimulantes y drogas que hagan a los jugadores capaces de soportar el nuevo tinglado. El f¨²tbol espa?ol recibi¨® hace dos a?os una descomunal inyecci¨®n de dinero, consecuencia de la pugna entre las televisiones. Transcurrido este tiempo, los ¨²nicos beneficiados parecen haber sido los jugadores, que han aumentado su cotizaci¨®n merced a una inflaci¨®n artificial de sus fichas, y los intermediarios que negocian los traspasos. Ni se ha mejorado la comodidad de los estadios ni se han destinado m¨¢s recursos al f¨²tbol juvenil ni se ha elevado el nivel profesional de los directivos, ni siquiera han aumentado los beneficios de las sociedades an¨®nimas deportivas, sino sus deudas. ?Para qu¨¦ entonces el negocio?
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