El trabajo y sus circunstancias
Neoliberalismo, econom¨ªa de mercado, globalizaci¨®n, mercados financieros, macroeconom¨ªa. ?stos son conceptos utilizados diariamente por los medios de comunicaci¨®n, nos los cuentan a todos, pero s¨®lo unos pocos podr¨ªan definirlos.Distinto es cuando nos hablan de incrementos salariales, beneficios, horas extraordinarias, desempleo; aqu¨ª sabemos todos de qu¨¦ se nos est¨¢ hablando. Porque, ?qui¨¦n no ha sufrido o tiene a alguien cercano cubriendo el paro o un empleo precario?; ?qui¨¦n no tiene que firmar contratos de trabajo que luego la realidad del d¨ªa a d¨ªa desmiente lo pactado? Efectivamente, el mundo laboral no est¨¢ en su mejor momento. La mayor¨ªa de los trabajadores de este pa¨ªs reniegan: cuando no tienen unos contratos por obra (estando siempre vendidos), los sueldos son para llorar, y si no, han de hacer decenas de horas extraordinarias sin cobrar, por no hablar de la presi¨®n a la que est¨¢n sometidos por la exigencia del aumento de la productividad o el mal ambiente que genera dentro de la empresa la competitividad y la inseguridad en el empleo.
Nos estamos moviendo en la m¨¢s absoluta inmoralidad e injusticia por culpa del sacrosanto mercado y el beneficio como bien supremo. Hoy, rara es la peque?a empresa, multinacional, banco, comercio, mediana o gran empresa que no cometa alg¨²n abuso utilizando los recovecos legales, y, en algunos casos, las m¨¢s absolutas y descaradas arbitrariedades que uno se pueda imaginar. Y ante eso, ?qu¨¦ puede hacer un trabajador que sabe que tiene dos millones de parados esperando que su empleo quede libre?, y muchos de ellos, incluso, dispuestos a hacer cualquier cosa por conseguirlo y mantenerlo, y esto no s¨®lo lo sabe el trabajador, tambi¨¦n lo sabe el empresario. Otro gallo nos cantar¨ªa si esos millones de horas extraordinarias que se hacen en este pa¨ªs anualmente y no constan en ning¨²n sitio se tradujeran en puestos de trabajo y si el incremento de beneficios no estuviera supeditado a presionar hasta lo indecible a muchos trabajadores de este pa¨ªs, ser¨ªa mucho m¨¢s leg¨ªtimo. El problema es que el capitalismo no tiene qui¨¦n lo conteste, y aunque no echo de menos el muro de Berl¨ªn, no estar¨ªa de m¨¢s
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