Juan Pablo II canoniza a la monja de origen jud¨ªo Edith Stein
El centro Wiesenthal considera "ultrajante" la decisi¨®n del Papa
El Papa, Juan Pablo II, rindi¨® ayer un homenaje a las v¨ªctimas del Holocausto en la solemne ceremonia de canonizaci¨®n de la monja carmelita, nacida jud¨ªa, Edith Stein. Stein, de origen polaco-alem¨¢n muri¨® el 9 de agosto de 1942, a los 51 a?os de edad, en el campo de concentraci¨®n de Auschwitz. Su testimonio de dolor, dijo el Pont¨ªfice ante la multitud de fieles que llenaban ayer la plaza de San Pedro del Vaticano, "har¨¢ m¨¢s s¨®lida la comprensi¨®n rec¨ªproca entre jud¨ªos y cristianos". Con esta nueva santa, la primera de origen jud¨ªo desde los tiempos de los Ap¨®stoles, la Iglesia cat¨®lica introduce en su calendario de conmemoraciones la memoria de la Shoah (el Holocausto) que ser¨¢ recordado a partir de ahora cada 9 de agosto.La canonizaci¨®n de Stein ha sido duramente criticada por l¨ªderes jud¨ªos en Israel. "Es ultrajante. Es una bofetada en la cara para la comunidad jud¨ªa", ha declarado Efraim Zuroff, jefe de la oficina en Jerusal¨¦n del Centro Simon Wiesenthal, informa Reuters. "El Papa env¨ªa un mensaje muy negativo a la comunidad jud¨ªa en el sentido de que a los ojos de la Iglesia Cat¨®lica, los mejores jud¨ªos son los que se convierten al catolicismo", dice Zuroff.
La historia de Stein, que adopt¨® el nombre de Sor Teresa Benedicta de la Cruz al profesar como monja carmelita, es la historia de una fuerte personalidad en busca de un territorio espiritual en el que descansar. Tras estudiar psicolog¨ªa en la universidad de Breslau, Stein encuentra moment¨¢neamente la verdad en la Fenomenolog¨ªa de Edmund Husserl. Se convierte en asistente del fil¨®sofo en la Universidad de Friburgo e incluso, prueba suerte en pol¨ªtica. A los 21 a?os, la joven Stein se declara absolutamente atea. "Me siento incapaz de creer en la existencia de un Dios", escribir¨ªa entonces a su amigo el fil¨®sofo polaco Roman Ingarden. La correspondencia mantenida entre ambos entre 1917 y 1937, publicada en Italia por la revista Studium, ofrece una visi¨®n profundamente humana de la nueva santa.
De carne y hueso
A trav¨¦s de estas cartas, Stein se revela como una persona de carne y hueso, sujeta a las ambiciones profesionales, los celos, capaz de sentir desprecio por el profesor Husserl, o por otros colegas seguidores del movimiento como Max Scheler o Martin Heidegger. En esos mismos a?os, la Stein desarrolla una intensa b¨²squeda interior que la lleva a leer de un tir¨®n la vida de Santa Teresa de ?vila. El ejemplo de la fundadora del Carmelo le causa tal impacto que decide profesar y comienza una nueva fase en su vida. Detenida en Holanda el 2 de agosto de 1942, es deportada a Auschwitz donde morir¨ªa en las c¨¢maras de gas siete d¨ªas m¨¢s tarde. El Papa P¨ªo XII no lleg¨® a pedir clemencia ni para ella ni para las decenas de miles de personas detenidas por los nazis como represalia a las cr¨ªticas al r¨¦gimen nacional socialista expresadas en una carta que fue le¨ªda en todas las iglesias del pa¨ªs por los obispos holandeses.Con la canonizaci¨®n de Stein, Juan Pablo II, un abanderado de la causa de la reconciliaci¨®n entre jud¨ªos y cristianos, quiere tender un nuevo puente a la comunidad jud¨ªa. A iniciativa suya la Santa Sede ha expresado ya su "mea culpa" por la responsabilidad del cristianismo en la formaci¨®n de un esp¨ªritu antijudaico que ha dominado la historia de Occidente. Pero el documento vaticano, presentado la primavera pasada bajo el t¨ªtulo Nosotros Recordamos. Una reflexi¨®n sobre la Shoah, dej¨® insatisfechos a la mayor¨ªa de los l¨ªderes jud¨ªos. En una carta enviada al cardenal Edward Cassidy, prefecto del Consejo para las relaciones entre las religiones, los dirigentes del centro Wiesenthal, dedicado a la b¨²squeda de criminales nazis, expresan su temor a que la Santa Sede haya ca¨ªdo en la tentaci¨®n de "cristianizar el Holocausto".
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