Las lecciones de Ford
EL CONFLICTO que mantiene la direcci¨®n de Ford de la planta valenciana de Almussafes con los sindicatos revela el choque de dos visiones del mercado laboral europeo, ambas condicionadas por la creciente internacionalizaci¨®n econ¨®mica. El vicepresidente y director de la planta, Juan Jos¨¦ Ubaghs, anunci¨® el 1 de octubre pasado que la compa?¨ªa despedir¨ªa a 1.500 trabajadores en cinco a?os, que no renovar¨ªa a m¨¢s de 400 cuyos contratos vencen el 23 de diciembre y, lo m¨¢s importante, que trasladar¨ªa la producci¨®n de 310 unidades diarias del modelo Focus a la planta alemana de Saarlouis. El motivo es que, de acuerdo con las apreciaciones de la direcci¨®n de la empresa, las pretensiones de los sindicatos espa?oles en la negociaci¨®n del convenio encarecer¨ªan el coste de la plantilla en casi el 30%. El desaf¨ªo de Ubaghs ha conmocionado a toda la Comunidad Valenciana, empezando por su presidente, Eduardo Zaplana. La planta de Almussafes, instalada en 1976, proporciona 8.000 empleos directos, otros 24.000 inducidos y es una fuente de generaci¨®n de riqueza para la Comunidad Valenciana.No es una amenaza m¨¢s para conseguir la firma de un convenio, sino la expresi¨®n m¨¢s cruda de la tensi¨®n que puede producirse entre dos concepciones laborales distintas. Los trabajadores de Saarlouis, mejor organizados aparentemente que los de Almussafes, est¨¢n dispuestos a negociar la fabricaci¨®n del Focus -el coche que sustituir¨¢ al Escort-, contando con un aumento pactado de los puestos de trabajo y aplicando con racionalidad, bajo su estricta competencia, la redistribuci¨®n del empleo que permite la jornada de 35 horas. En el complejo alem¨¢n, explican sus representantes sindicales, tres turnos durante cinco d¨ªas a la semana han convertido en laborables tres s¨¢bados al mes, pero s¨®lo por la ma?ana, voluntarios y bien pagados. Esta diferencia entre las concepciones sindicales flexibles y aut¨®nomas y las m¨¢s inflexibles, prendidas exclusivamente de la negociaci¨®n salarial, puede ser uno de los factores decisivos para que, en una Europa integrada en t¨¦rminos monetarios, la producci¨®n se desplace hacia las zonas de mejor organizaci¨®n sindical.
La direcci¨®n de Ford y los sindicatos, con la mediaci¨®n de las autoridades auton¨®micas, desbloquearon la semana pasada las negociaciones sobre los t¨¦rminos de debatir qu¨¦ volumen de empleo adicional ser¨ªa necesario para fabricar el nuevo modelo, aparcando la discusi¨®n sobre los aumentos salariales; as¨ª que es posible que el ultim¨¢tum de la empresa pueda reconducirse hacia una situaci¨®n menos tensa. Pero el hecho relevante es que, incluso aunque se salve ahora la negociaci¨®n, conflictos de este tipo pueden reproducirse en el futuro.
La direcci¨®n de Ford y los sindicatos deber¨ªan sacar las conclusiones oportunas de este conflicto. La empresa, porque aunque el mero juego de la globalizaci¨®n de la producci¨®n le favorece, deber¨ªa recordar que la planta de Almussafes ha recibido miles de millones de pesetas de fondos p¨²blicos, incluso desde antes de que empezara a funcionar. Y tambi¨¦n porque deber¨ªa ser una pol¨ªtica recomendable mantener niveles salariales y de empleo similares en el ¨¢mbito europeo, algo que hasta ahora no sucede en Ford, ni en muchas otras empresas transnacionales. La empresa deber¨ªa demostrar tambi¨¦n su flexibilidad y conceder un tercer turno, una reivindicaci¨®n antigua de los trabajadores, que hasta ahora no ha sido atendida y que probablemente arreglar¨¢ los problemas de empleo.
En cuanto a los sindicatos, deben afinar ya su capacidad para situarse en niveles de autogesti¨®n de empleo similares a las de otros pa¨ªses europeos. La condici¨®n principal debe ser que la negociaci¨®n se oriente exclusivamente en t¨¦rminos salariales. El empleo y el ocio deben ser criterios prioritarios de los nuevos esquemas sindicales en un mercado laboral con exceso de oferta.
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