Mala fe

Ya desde su t¨ªtulo -La lengua denostada-, la r¨¦plica de Henrike Kn?rr (EL PA?S, 8 de octubre) a mi art¨ªculo La lengua secuestrada, publicado en este diario el pasado 8 de septiembre, rebosa mala fe. No he lanzado denuesto alguno contra el euskera, y si Kn?rr piensa que soy poco amigo de matizaciones, como afirma, no creo que pueda ¨¦l jactarse de lo contrario. Por cierto, mi art¨ªculo conten¨ªa una larga serie de matizaciones al t¨®pico nacionalista de la persecuci¨®n implacable del euskera bajo el franquismo, que, por lo visto, Kn?rr no cree necesario o posible refutar. Por ejemplo, lo de la apat¨ªa legislativa de la dictadura en materia de lenguas.Como era de prever, Henrike Kn?rr elude tratar del asunto central de mi art¨ªculo: la llamada de ETA al linchamiento de los enemigos del euskera -en el comunicado a Radio Euskadi, el pasado 1 de septiembre-, meses despu¨¦s de que varios fundadores del Foro Ermua fu¨¦ramos denunciados como tales por el franciscano y sicofante Joan Mari Torrealdai en su Libro negro del Euskera. Comprendo que Kn?rr considere inoportuno ocuparse de esta minucia ahora que los de ETA se han convertido en modelos de virtud c¨ªvica gracias al frente nacional de Arzalluz, pero una m¨ªnima honestidad habr¨ªa exigido que se diera por enterado de dicha circunstancia, en lugar de perder el tiempo -y hac¨¦rmelo perder- con variada chismograf¨ªa alavesa sobre obispos, curas, militares y gobernadores civiles. En cuanto a los experimentos erudito-abertzales con la toponimia, all¨¢ ¨¦l. Sospecho que mis paisanos seguir¨¢n llamando a nuestra r¨ªa como siempre la hemos llamado, del mismo modo que han seguido llamando Bilbao a Bilbao, a pesar de que, en su d¨ªa, los mun¨ªcipes nacionalistas decidieran imponerle una nueva y absurda denominaci¨®n: Bilbo (como el hobbit de Tolkien).- .