V¨ªctimas de la paz
Ofuscados como est¨¢n entre la consigna que reciben de ahorrar a toda costa (ya se sabe: cuanto m¨¢s arriba, m¨¢s obedecer) y las ansias de justificar su brillantegesti¨®n convenci¨¦ndonos de sus desvelos hacia nosotros mientras se nos estruja m¨¢s y m¨¢s como asegurados, nuestros queridos responsables de Sanidad -con la ausencia del gremio farmac¨¦utico y la ayuda c¨®mplice de la Uni¨®n de consumidores de Vizcaya, todos "uniendo sus esfuerzos"- quieren dejarnos ahora sin antibi¨®ticos a quienes nos servimos de ellos cuando lo necesitamos, sin mediar la bendici¨®n de un facultativo. Cuando no es el ahorro la excusa, se sirven de la "racionalidad", noble concepto. Para ir dejando sin cobertura la medicaci¨®n de los pensionistas que se pasan pag¨¢ndola toda la vida, por ejemplo, ah¨ª no hay racionalidad que valga. Si no es la econ¨®mica, claro, que por desgracia sabemos demasiado en qu¨¦ consiste. Se saldr¨¢n con la suya, como de costumbre, pues a los de abajo, fuera de ir a votar cuando se nos manda, no nos queda mucha opini¨®n. Ah¨®rrense, pues, los dineros de nuestras medicinas y empl¨¦enlos si les apetece en pagar "peonadas" a los doctores de sus centros, que se lo agradecer¨¢n (conozco de cerca al estamento; lame la mano que lo enriquece). Por m¨ª, como si retiran los millones de la asistencia sanitaria para invertirlos todos en euskaldunizar al paciente. Pero, eso s¨ª, sin ofender. Denigrar p¨²blicamente el buen nombre de la automedicaci¨®n, convirti¨¦ndola una y otra vez en sin¨®nimo autom¨¢tico de irresponsabilidad y de ignorancia, no tiene nada de inocente. De hecho, chorrea una demagogia que a muchos nos pone enfermos: de indignaci¨®n. Tengo mayor¨ªa de edad, una cierta cultura general y al menos tantos estudios de medicina como el se?or Consejero de Sanidad -am¨¦n de alguna carrerilla m¨¢s- y, aparte de formaci¨®n, perfecto derecho impl¨ªcito -como cualquier hijo de vecino, as¨ª sea de baba- a automedicarme, cosa que llevo haciendo sistem¨¢ticamente sobre todo desde que supe qui¨¦n me toc¨® por m¨¦dico de cabecera. Este derecho y esa formaci¨®n se ha de suponer a todos y cada uno de los ciudadanos: por principio. Si en alguno fallan, para eso est¨¢n ustedes: para garantiz¨¢rselos, en lugar de andar por ah¨ª enmendando la plana al Papa de Roma. Eso es lo ¨²nico racional. Lo contrario atufa a fascio que tumba. Por la misma regla de tres sus antecesores nos prohibieron la masturbaci¨®n, los anovulatorios, votar (a todo quisque), votar (a las mujeres) y hasta coger Radio Par¨ªs. Tiene bemoles esto del pensamiento ¨²nico: al paso que vamos, terminaremos todos en el mercado negro y armados hasta los dientes, lo mismo para poder echar un pitillo que para cuidarnos personalmente las anginas. Bien mirado, igual es eso lo que buscan. Y despu¨¦s, ?qu¨¦?, ?la ley de fugas? ?Eso s¨ª que ser¨ªa ahorrar!.- Gonzalo Ayuso Remiro (Portugalete).Hace unos a?os se celebr¨® frente al ayuntamiento de Bayona un acto convocado por Gesto por la Paz, donde se pretend¨ªa recordar a las v¨ªctimas de GAL. Entre los asistentes se encontraba Laura Mart¨ªn, viuda de Garc¨ªa Goena, objetor de conciencia asesinado por este banda terrorista, hasta el momento no reconocida como tal. El acto fue reventado por un colectivo de apoyo a los refugiados vascos que lanz¨® diversos objetos, arranc¨® de nuestras manos una pancarta y pisote¨® las flores depositadas sobre los nombres de los asesinados. Todo un ejercicio de tolerancia. Nunca supe si aquellos individuos conoc¨ªan a Laura Mart¨ªn. En cualquier caso su acci¨®n me pareci¨® reflejo de una situaci¨®n delirante: la viuda de un asesinado por los GAL carec¨ªa de legitimidad para reclamar el castigo de los culpables, al no estar vinculada al mundo del MLNV. La pasada semana tuvo lugar uno de los primeros m¨ªtines de la campa?a del PSOE en Ermua. Laura Mart¨ªn volv¨ªa a reclamar pac¨ªficamente el esclarecimiento del asesinato de su marido y volv¨ªa a vivir otra de esas situaciones incomprensibles, otro ejemplo de tolerancia. Arrastrados por la fuerza, ella y sus acompa?antes fueron increpados y expulsados por el servicio de orden del PSOE. Sigo sin saber si los militantes all¨ª reunidos conoc¨ªan quien era aquella mujer, pero estoy seguro de que los l¨ªderes que intervinieron en el mitin, incluido Felipe Gonz¨¢lez, Secretario General del PSOE y Presidente del Gobierno en las fechas en que fue asesinado su marido, la conocen perfectamente. La nueva situaci¨®n creada tras la tregua de ETA abre, adem¨¢s de un periodo de esperanza, un cap¨ªtulo incierto donde las v¨ªctimas de la violencia pueden llegar a convertirse en las v¨ªctimas de la paz. Estorban demasiado porque recuerdan sus miserias a aquellos que organizaron, ejecutaron, jalearon o justificaron el terrorismo de ETA y de los GAL. Estorban demasiado porque mientras que vivan, personificar¨¢n el dolor y la "nobleza" de unos actos cometidos en favor de la libertad del pueblo vasco o en nombre de las razones de Estado.- Jos¨¦ Antonio P¨¦rez (Bilbao).
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