Se busca verdugo sin experiencia
Suazilandia ha recibido m¨¢s de 50 candidaturas para ejecutar a los ocho reos condenados a muerte
Se busca verdugo sin experiencia, pero con buena presencia. ?stos eran, aproximadamente, los t¨¦rminos del anuncio que el Reino de Suazilandia puso en febrero pasado en algunos peri¨®dicos surafricanos para intentar contratar a un empleado p¨²blico que maneje la horca. Ocho meses despu¨¦s ha recibido m¨¢s de cincuenta candidaturas, entre las que figuran algunas mujeres, con sus correspondientes curr¨ªculos y sus cartas explicando sus motivaciones. Proceden, sobre todo, de ?frica del Sur, pero tambi¨¦n de lugares tan alejados como el Reino Unido, Jap¨®n y Canad¨¢, seg¨²n inform¨® la versi¨®n electr¨®nica del rotativo Sunday Times de Johanesburgo. El Ministerio de Justicia de Suazilandia empezar¨¢ dentro de poco a efectuar la selecci¨®n entre los aspirantes al puesto.
Enclavado entre ?frica del Sur y Mozambique, el peque?o Reino de Suazilandia y sus 960.000 habitantes se quedaron sin verdugo a principios de la d¨¦cada de los ochenta. El anterior, de nacionalidad surafricana, "desapareci¨® sin dejar rastro", seg¨²n explic¨® Paul Khumalo, secretario del Ministerio de Justicia. El hombre estaba frustrado desde que le dijeron, en 1982, que no pod¨ªa ejecutar a ning¨²n nuevo condenado a muerte durante unos cuatro a?os, seg¨²n coment¨® el propio ministro de Justicia de Suazilandia, Maweni Simelane.
En 1982 falleci¨® el anterior rey de Suazilandia, Sobhuza II, y hasta que su hijo, Mswati III, acab¨® siendo coronado, en 1986, la tradici¨®n del pa¨ªs estipula que en el interregno los nuevos condenados a muerte no deben ser ejecutados. As¨ª pues, el verdugo surafricano ahorc¨® en 1983 al ¨²ltimo criminal de la era de Sobhuza II -Phillipa Mdluli, una mujer de negocios de Mbabane que asesin¨® de manera ritual al hijo de su empleada dom¨¦stica- y abandon¨® su trabajo.
El Ministerio de Justicia empez¨® por buscar en el reino a un nuevo verdugo, pero entre los pac¨ªficos ind¨ªgenas no surgi¨® ni un solo postulante. De ah¨ª que, tras a?os de espera, se decidi¨® a anunciar el empleo en el extranjero. Khumalo explic¨® otra vez el perfil del candidato ideal: "No necesitamos a alguien experimentado o con diplomas, pero s¨ª debe tratarse de una persona valiente y con una educaci¨®n cl¨¢sica. Buscamos a un hombre joven que tenga todo lo necesario" y carezca de "problemas de conciencia". "El elegido tendr¨¢ que empezar inmediatamente".
En la c¨¢rcel de seguridad de Matsapa esperan ocho condenados a muerte, y en otra prisi¨®n, la de Sidwashini, hay un pat¨ªbulo que no ha vuelto a funcionar desde hace 15 a?os. A partir de ahora se le dar¨¢, probablemente, m¨¢s juego. Adem¨¢s de los ocho reos a la espera de un verdugo, el auge de la criminalidad en Suazilandia incita a los jueces a pronunciar con m¨¢s frecuencia penas capitales.
El aumento de la violencia en este reino, gobernado con mano de hierro por el ¨²nico monarca absoluto africano, tiene, probablemente, mucho que ver con el deterioro de la situaci¨®n econ¨®mica y la falta de cauces para expresar el descontento en un pa¨ªs en el que partidos y sindicatos est¨¢n prohibidos.
Si hubiese seguido la pauta de ?frica del Sur, Suazilandia prescindir¨ªa del verdugo. En 1994, el presidente Nelson Mandela suprimi¨® la pena de muerte. De ah¨ª que entre los aspirantes al puesto figuren varios ex verdugos surafricanos en paro.
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