Par¨ªs muestra 5.000 a?os de cultura china
El Grand Palais expone 250 objetos de la fabulosa colecci¨®n del museo de Taipei
Es la primera vez que viajan a Europa. Se trata de los Tesoros del Museo Nacional del Palacio de Taipei, en Taiwan, o mejor dicho, de una muestra de ellos, una selecci¨®n de 250 objetos -jades, bronces, cer¨¢micas...- y 108 pinturas y caligraf¨ªas, una gota de agua dentro de un patrimonio cuantitativamente impresionante: 649.662 obras. "Quien posee los tesoros imperiales tiene el poder celeste", explica Jean-Paul Desroches, uno de los comisarios de la exposici¨®n, que se abre ma?ana en el Grand Palais de Par¨ªs hasta el pr¨®ximo 25 de enero.
El valor de legitimaci¨®n del poder que daba el citado adagio determin¨® el empe?o de Chang Kai-Chek en llevarse en 1948 la colecci¨®n imperial a la isla de Taiwan. Antes, durante m¨¢s de quince a?os -concretamente desde 1931, cuando los japoneses invaden Manchuria-, los hab¨ªa paseado por toda la geograf¨ªa china encerrados en 19.557 cajas, escapando a los sucesivos frentes b¨¦licos en cami¨®n, tren o barco. Una vez acabada la II Guerra Mundial se reanuda la guerra civil. La victoria ser¨¢ para los comunistas de Mao, la investidura celeste para Chang Kai-Chek, que gobernar¨¢ en su China insular y exigir¨¢ de los guardianes de su museo una continua rotaci¨®n de los fondos. "Vendr¨¦ de improviso y no quiero ver dos veces la misma pieza", les dijo el general. Y sus deseos eran ¨®rdenes. El museo de Taipei ya hab¨ªa accedido en dos ocasiones a que una peque?¨ªsima parte de sus colecciones viajase. En ambos casos a Estados Unidos. "La muestra siempre tuvo un car¨¢cter enciclop¨¦dico", precisa Desroches, "mientras que la de Par¨ªs no pretende ofrecer de todo un poco sino profundizar en ciertos aspectos, temas o ¨¦pocas". Todo empieza con el jade, con los bi y los cong, con el cielo y la tierra, con el c¨ªrculo y el cubo, ambos con el centro -circular- vac¨ªo. "El jade es una roca metam¨®rfica, que parece conservar tanto las convulsiones geol¨®gicas de la tierra como la historia de los hombres", dice el comisario para poner de relieve su valor acumulativo.
Confucio cuenta que los sabios de la antig¨¹edad consideraban el jade como la imagen de la bondad, de la prudencia o de la justicia pero tambi¨¦n de la urbanidad, de la m¨²sica o de la sinceridad "porque su brillo no queda oculto por sus defectos ni sus defectos por su brillo".
En una sociedad en la que el lenguaje de la magia o de los s¨ªmbolos ha sido la convenci¨®n dominante durante siglos no es extra?o que el bronce sirva para que un p¨¢jaro o un drag¨®n sean en realidad un jarr¨®n y un tintero y luego, mejor a¨²n, sus formas de animal mitol¨®gico contengan un sistema de pesos y medidas oficial. De lo legendario a lo administrativo hay s¨®lo un paso, el mismo que convirti¨® a los adivinos en funcionarios.
Durante la dinast¨ªa de los Song -entre el 960 y 1279- la cer¨¢mica conocer¨¢ uno de sus momentos de mayor creatividad. El tratamiento que se da al gres, la pureza de las formas, el dominio de los colores y, sobre todo, su extraordinaria textura opalina hacen que los vasos, platos o jarrones de esta ¨¦poca atraviesen los siglos sin problemas.
Esplendor pict¨®rico
La pintura conoce tambi¨¦n un periodo de esplendor. La amenaza mongol aparece en los paisajes del Norte, en su recreaci¨®n a trav¨¦s de ¨¢rboles torturados o de bamb¨²es que resisten al temporal, pero tambi¨¦n de esas monta?as imposibles que quieren erigirse en muralla protectora. La evocaci¨®n del Sur es siempre m¨¢s amable, centrada a menudo en la descripci¨®n de peque?os detalles dom¨¦sticos. En cualquier caso, la pintura china, y en eso reside su originalidad, tal y como subraya Desroches, "ha conservado intacto, junto al desarrollo del pensamiento filos¨®fico, el car¨¢cter arcaico del poder m¨¢gico". Para el comisario parisino "esta exposici¨®n se complementa a la perfecci¨®n con la de Bilbao. La del Guggenheim es excelente en los periodos en que la de Par¨ªs es menos buena y al rev¨¦s. Es l¨®gico que sea as¨ª, que la estatuaria, por ejemplo, se quedase en la China continental debido a que su gran tama?o hac¨ªa muy dif¨ªcil su transporte. Tambi¨¦n tiene que ver la distinta actitud de las autoridades comunistas respecto a las anteriores a la hora de buscar en las tumbas. Hay que ver las dos para completar el puzzle".
La exposici¨®n revela tambi¨¦n c¨®mo se remonta en el tiempo esa idea de asociar arte y poder. El emperador Wudi -rein¨® entre los a?os 140 y 87 antes de Cristo-, de la dinast¨ªa de los Han, ya colecciona caligraf¨ªa, pinturas y bronces y es ¨¦l quien hace edificar el almac¨¦n imperial de Bige para guardar los objetos que compra, encarga o encuentra en su labor de primer arque¨®logo. Es una tradici¨®n que se mantendr¨¢ viva hasta Pu Yi, el ¨²ltimo emperador, psicoanalizado a la fuerza por Mao y de manera m¨¢s suave por Bertolucci.
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