Incriminados nueve polic¨ªas por vejar y detener ilegalmente a unos inmigrantes

La fiscal¨ªa de Madrid solicita penas de entre tres y siete a?os de inhabilitaci¨®n y arrestos de un mes para nueve polic¨ªas de la antigua comisar¨ªa de la calle de la Luna. Les acusa de vejar, golpear y detener ilegalmente a los miembros de una familia de inmigrantes h¨²ngaros que se ganaba la vida en la Puerta del Sol, tocando un instrumento musical, la nochevieja de 1991. La detenci¨®n de la familia se produjo sobre las tres y media de la madrugada, tras mantener los m¨²sicos un altercado con los barrenderos que retiraban los desperdicios. Una patrulla policial zanj¨® la refriega y se llev¨® detenida a toda la familia, incluidos dos ni?os.

Una vez en comisar¨ªa, los polic¨ªas, seg¨²n el fiscal, obviaron informarles de sus derechos, y, tras separar a los hombres de las mujeres, les encerraron. Se dio la circunstancia ese d¨ªa de que durante la detenci¨®n de la familia en Sol, uno de los polic¨ªas perdi¨® su reloj. Otro agente lo encontr¨® en el suelo y grit¨®: ?Es de alguien este reloj". Una t¨ªa de los detenidos contest¨®: "Creo que es de mi hermano [era un reloj com¨²n y de escaso valor]", y se lo qued¨®.

El polic¨ªa due?o del reloj no repar¨® en la alerta de su compa?ero sobre el hallazgo y se march¨® a otro servicio. M¨¢s tarde not¨® la p¨¦rdida y un compa?ero le dijo que se lo hab¨ªan quedado los detenidos. Con ayuda de otros compa?eros, acudi¨® a la comisar¨ªa y emprendi¨® un esquizofr¨¦nico registro -con cacheos, golpes y desnudos- entre los detenidos varones, que segu¨ªan separados de la mujeres. Las palabras del padre del clan, un hombre de complexi¨®n f¨ªsica d¨¦bil, y las de sus dos hijos, de 12 y 15 a?os, diciendo que nada sab¨ªan del reloj, no sirvieron de nada. "Tanto golpes y patadas me dieron que, para que no me pegasen m¨¢s, termin¨¦ diciendo que a lo mejor lo ten¨ªa mi padre", indic¨® Antonio K. el lunes a este peri¨®dico en la Audiencia de Madrid. Antonio esperaba, junto con su padre, el inicio del juicio contra los nueve polic¨ªas (que finalmente fue aplazado). Antonio ten¨ªa entonces 12 a?os. "Yo lloraba mucho, era un ni?o, pero ni por esas se compadec¨ªan de m¨ª", indic¨®. Su padre, ocho a?os m¨¢s envejecido, record¨®: "A m¨ª, que tampoco sab¨ªa nada del reloj, me dieron por todas partes; del susto, me cagu¨¦; y me hicieron limpiar la caca con mis propios pantalones." "Lo que nos hicieron fue una gran injusticia, ?sabe usted?", terci¨® la madre. "Nos detuvieron, incluidos los ni?os, por nada. Est¨¢bamos gan¨¢ndonos la vida, era nochevieja, y tuvimos un altercado sin importancia con los barranderos, y mire lo que nos pas¨®".

Tras cuatro horas de supuestas agresiones, que el fiscal da como ver¨ªdicas en su escrito de acusaci¨®n, les dejaron marchar por donde hab¨ªan venido. Oficialmente, nunca estuvo all¨ª detenida esta familia. De ah¨ª que, aparte de los supuestos agresores, tambi¨¦n figuren como acusados los jefes policiales que hab¨ªa esa noche en la comisar¨ªa.