Ox¨ªgeno
JOSEP TORRENT Hubo que correr con la lengua fuera hasta el final del and¨¦n para engancharse al estribo del ¨²ltimo tren hacia el pacto ling¨¹¨ªstico. Y ya son muchas las carreras y demasiadas las ocasiones en que ha habido que saltar al vac¨ªo para no tener que quedarse en la estaci¨®n viendo como se alejaba la oportunidad, irrepetible en mucho tiempo, de sentar las bases que puedan poner fin a una pol¨¦mica est¨¦ril que envenena la convivencia entre valencianos. Populares y socialistas son conscientes de que se encuentran ante una situaci¨®n excepcional que, caso de no resolverse con habilidad, inteligencia y sensatez, s¨®lo generar¨ªa frustraci¨®n y rabia entre amplios sectores sociales, hastiados del pim-pam-pum dial¨¦ctico que protagonizan ambos partidos. Esa misma excepcionalidad, y las esperanzas que suscita, obliga a PP y PSOE a no levantarse de la mesa y a seguir negociando hasta el final. Ninguno de los dos quiere aparecer como responsable de la ruptura porque saben que el coste pol¨ªtico ser¨ªa brutal; pero no estar¨ªa de m¨¢s que todo el tiempo que utilizan en dinamitar las posiciones del contrario para presentarlo como el art¨ªfice de un previsible fracaso, lo emplearan en alcanzar el consenso. Todo el ruido y el alboroto organizado alrededor de la Acad¨¨mia en estos ¨²ltimos d¨ªas ha tenido tambi¨¦n alg¨²n aspecto positivo: el debate suscitado en torno a la figura de Manuel Taranc¨®n como hipot¨¦tico presidente de la instituci¨®n se ha saldado con menos rechazos de los previsibles, de tal manera que el titular de la Diputaci¨®n de Valencia podr¨ªa ser asumido, entre otros, como candidato, siempre y cuando el PP aceptara la literalidad de la disposici¨®n transitoria primera de la ley por la que se crea la Acad¨¨mia. No parece que esta sea una mala f¨®rmula para desatascar un proceso que amenaza con embarrancar si no se dan las condiciones de generosidad, cintura y autonom¨ªa pol¨ªtica. Ayer, populares y socialistas instalaron una campana de ox¨ªgeno en las Cortes Valencianas para recuperar el fuelle y engancharse al estribo del ¨²ltimo tren.
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