Un comunista en Justicia, la elecci¨®n m¨¢s pol¨¦mica
El pulso entre el centro y la izquierda por la n¨®mina del titular del Ministerio de Justicia ha sido, junto al mantenido en torno a la cartera de Educaci¨®n, el m¨¢s duro. Pero mientras en este ¨²ltimo caso la subdivisi¨®n en dos departamentos (Instrucci¨®n P¨²blica y Universidad e Investigaci¨®n) ha permitido a Massimo D'Alema conjugar los intereses de su propio partido y los del sector cat¨®lico, en el caso de Justicia la decisi¨®n ha tenido que ser salom¨®nica. Oliviero Diliberto, la persona elegida para sustituir a Giovanni Mar¨ªa Flick, es uno de los hombres m¨¢s pr¨®ximos al partido de los Dem¨®cratas de Izquierda, dentro de la formaci¨®n comunista creada al hilo de la crisis pol¨ªtica por Armando Cossutta.
Su nombre apareci¨® por primera vez en la lista de ministrables el martes, como una de las apuestas m¨¢s sorprendentes. Al hacerse cargo ayer de este ministerio particulamente delicado, Diliberto reconoci¨® la pesada carga que asume, pero subray¨® "por fortuna tengo las espaldad anchas". Alguno de los colegas en el Partido de los Comunistas Italianos (PDCI) record¨® que el Ministerio de Justicia ya fue asignado en los a?os cuarenta a otro comunista, nada menos que a Palmiro Togliatti, dirigente hist¨®rico del PCI.
Todo apunta a que Oliviero Diliberto, nacido en Cagliari, la capital sarda hace 42 a?os, casado el a?o pasado, portavoz del partido de Refundaci¨®n Comunista en la C¨¢mara desde las elecciones del 21 de abril de 1996, ser¨¢ un hombre d¨²ctil y en perfecta sinton¨ªa con la persona que le ha colocado en tan codiciado puesto. Profesor de Derecho Romano en la Universidad de Cagliari, Diliberto procede del extinto Partido Comunista de Italia en cuyas juventudes milit¨® como el nuevo primer ministro, y tiene adem¨¢s todo el look postmoderno que conviene para neutralizar la carga de seriedad de un Ejecutivo acaso demasiado escorado hacia la tercera edad, como es el caso del que ayer prest¨® juramento en el Quirinal.
Asuntos peliagudos
A Diliberto corresponde ahora enfrentarse a uno de los temas m¨¢s pol¨¦micos y peliagudos que tiene pendientes este Gobierno, el de la Justicia, motivo en su d¨ªa, de que saltara por los aires la comisi¨®n bicameral, presidida por D'Alema que ten¨ªa como misi¨®n reformar el T¨ªtulo II de la Constituci¨®n. El nudo te¨®rico de la cuesti¨®n reside en el enfrentamiento que se ha producido entre la Magistratura -en Italia, jueces y fiscales forman parte de la misma carrera judicial- y la coalici¨®n de oposici¨®n, el Polo de la Libertad, y, m¨¢s concretamente su l¨ªder, Silvio Berlusconi, presidente del principal partido que la integra, que reclama desde hace tiempo una divisi¨®n de las carreras, como ocurre en la mayor parte de los pa¨ªses europeos.
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