Las dietas que reducen m¨¢s de dos kilos al mes son peligrosas, seg¨²n los expertos
Cuatro de los doce millones de espa?oles con sobrepeso son inconscientes de su problema
Sin llegar todav¨ªa a los extremos de Estados Unidos o Alemania, la obesidad va creciendo en Espa?a como en cualquier otro pa¨ªs occidental. Los ¨²ltimos datos revelan que m¨¢s de 12 millones de espa?oles (el 40.8% de la poblaci¨®n adulta) pesan m¨¢s de lo debido, aunque un tercio de ellos son inconscientes del problema. Pese a la infatigable creatividad de los vendedores de milagros, los expertos siguen aconsejando acudir a un m¨¦dico y conformarse con objetivos modestos: las dietas que reducen m¨¢s de dos kilos al mes son peligrosas e in¨²tiles a medio plazo.
La estrella adelgazante de la ¨²ltima temporada ha sido la llamada dieta de la sopa que, seg¨²n Basilio Moreno, jefe de Endocrinolog¨ªa del hospital Gregorio Mara?¨®n de Madrid, "no resiste ni media cr¨ªtica", como tampoco la resisten los m¨¢s a?ejos reg¨ªmenes del pomelo y del doctor Atkins, los de Montignac y de Raffaella Carr¨¢, los de los pl¨¢tanos, los de las mandarinas y los de los astronautas. Todos estos m¨¦todos m¨¢gicos carecen de fundamento cient¨ªfico, son desequilibrados, da?inos y, si el paciente padece hipertensi¨®n, diabetes u otras dolencias, simple y llanamente peligrosos, seg¨²n Moreno, que tambi¨¦n es secretario general de la Sociedad Espa?ola de Endocrinolog¨ªa Nutrici¨®n (SEEN). La primera macroencuesta espa?ola sobre la percepci¨®n social de la obesidad, basada en 5.000 entrevistas telef¨®nicas, fue presentada ayer en Madrid por la SEEN, la Sociedad Espa?ola para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) y la Organizaci¨®n de Consumidores y Usuarios. Los datos objetivos sobre el peso de los espa?oles, tambi¨¦n obtenidos por la SEEDO, se han publicado en la revista Medicina cl¨ªnica (volumen 111, n¨²mero 12).
Los cient¨ªficos y los especialistas serios llevan muchos a?os clamando en el desierto contra las dietas milagrosas y los remedios sensacionales para la gordura. Muchos de estos reg¨ªmenes logran resultados espectaculares, generalmente debido a que son dietas hipocal¨®ricas, y no a las explicaciones pseudocient¨ªficas en las que pretenden fundamentarse. Pero las personas que se someten a ellas acaban casi siempre recuperando el peso perdido, a menudo con creces, y adem¨¢s someten su organismo a riesgos considerables.
Basilio Moreno insisti¨® ayer sobre el asunto: "Las dietas sensacionales, que ofrecen p¨¦rdidas de peso r¨¢pidas y dr¨¢sticas, constituyen una estafa intelectual y a menudo econ¨®mica, y adem¨¢s son peligrosas para la salud y est¨¢n condenadas al fracaso".
La dieta debe dise?arse especialmente para cada persona, y siempre por un m¨¦dico. En casos de obesidad cl¨ªnica, conviene acudir a un endocrin¨®logo especializado, pero los m¨¦dicos de familia pueden hacerse cargo de los excesos de peso moderados.
Los tratamientos deben ser razonables: hay que conformarse con adelgazar a un ritmo de 4 o 5 kilos cada 2 o 3 meses. Las personas con sobrepeso deben ser conscientes de que su problema s¨®lo puede paliarse con un cambio razonable de sus h¨¢bitos de alimentaci¨®n y ejercicio, y de que ese cambio es para toda la vida, y, por tanto, no puede ser dr¨¢stico. Pero, pese a que el fondo de la cuesti¨®n permanece inalterado, los especialistas admiten que hasta ahora hab¨ªan enfocado el problema de la obesidad de un modo "demasiado simplista", en expresi¨®n de M¨¤rius Foz, catedr¨¢tico de la Aut¨®noma de Barcelona y presidente de la SEEDO.
Kilos y genes
La doctrina monotem¨¢tica del balance energ¨¦tico -si est¨¢ usted gordo, coma menos de lo que gasta y adelgazar¨¢- se ha revelado insuficiente. La investigaci¨®n b¨¢sica de los ¨²ltimos a?os ha mostrado que existen importantes propensiones gen¨¦ticas a la obesidad, y que afectan en distintos grados a la mayor¨ªa de la poblaci¨®n. Algunas de estas tendencias hereditarias alteran los mecanismos de regulaci¨®n del apetito, y por lo tanto acaban reduci¨¦ndose al balance energ¨¦tico de todos modos. Pero otros genes afectan a la facilidad con que una persona quema calor¨ªas: todo el mundo conoce a alg¨²n privilegiado que mantiene una l¨ªnea envidiable pese a sus evidentes excesos en la ingesta. Estos individuos, que rara vez llevan bufanda en el mes de enero, dedican buena parte de su energ¨ªa a la in¨²til pero conveniente tarea de producir calor. Los dem¨¢s engordan con m¨¢s facilidad y encima pasan m¨¢s fr¨ªo. Estas y otras peculiaridades metab¨®licas deben tenerse en cuenta a la hora de dise?ar una dieta.
Foz calcula que alrededor de un 20% de la poblaci¨®n est¨¢ "protegida" de forma innata contra la obesidad. Se trata de personas que no siguen ninguna precauci¨®n especial y, pese a ello, mantienen un peso ¨®ptimo toda su vida. El 80% restante puede adquirir en la farmacia su tabla de calor¨ªas.
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