Verdes

La fracci¨®n del ecologismo que se ha organizado en Partido Verde es la m¨¢s joven de las opciones ideol¨®gicas. Tanto que podemos considerarla como reci¨¦n llegada al tapete pol¨ªtico y con un dinamismo tal que, aunque no hubiera alcanzado una porci¨®n de poder en la segunda potencia del planeta, ya estar¨ªa demostrando que ni la historia ni las ideas se han terminado. Que los verdes alemanes vayan a gobernar merece algunos comentarios. El primero es que su periodo de incubaci¨®n ha culminado en bastante menos tiempo que cualquiera de los otros idearios pol¨ªticos de los dos ¨²ltimos siglos. En poco m¨¢s de 15 a?os se ha pasado de la formaci¨®n de las primeras agrupaciones a tener ministros, en Francia primero y en Alemania ahora, donde tambi¨¦n han detentado poder en gobiernos de los l?nder. El segundo es que intento aportar algo acerca de lo que son y pretenden esos tan inc¨®modos y peligrosos verdes para el pensamiento exclusivo y excluyente. No menos conviene ampliar algo lo que se ha dicho: necesidad insoslayable tras el penoso espect¨¢culo ofrecido por varios de los cl¨¢sicos tertulianos de radio, que hacen de su ignorancia una norma y de la redundancia un estilo. Una condena, pues, para demasiada audiencia pasiva.

Vaya por delante que no soy partidario del Partido Verde. Es m¨¢s, he rechazado en varias ocasiones encabezar las listas electorales por Madrid de esa formaci¨®n que, por cierto, en nuestro pa¨ªs padece una pandemia fragmentadora poco menos que insoportable. Siempre me ha parecido m¨¢s corto y hermoso trabajar por algunos imposibles como es sensibilizar ambientalmente a los due?os de medios de comunicaci¨®n, a empresarios, agricultores, ministros, cient¨ªficos y docentes que dedicar ingentes recursos a tomar el poder o cualquiera de sus migajas. Que puedo equivocarme de nuevo pueden demostrarlo en breve los verdes alemanes en el Gobierno. Pero que no se apoye a un partido no excluye que se desconozca lo que pretende o su capacidad para plantear alg¨²n cambio.

Los verdes son ante todo pacifistas, consideran que nada debe tener una respuesta militar. Como ya adelant¨® Carl Sagan, el ¨²nico conflicto que carece de cualquier posible soluci¨®n militar es la generalizada degradaci¨®n de la naturaleza. Que ahora acepten estar dentro de una alianza militar se debe a que apenas quedan vestigios de la guerra fr¨ªa.

Los verdes son uno de los principales motores de uno de los sectores m¨¢s din¨¢micos de la industria alemana y el que m¨¢s puestos de trabajo ha creado en el ¨²ltimo decenio: la protecci¨®n al medio ambiente. Cuando se les considera peligrosos para el autom¨®vil se falta a la verdad. Las compa?¨ªas del sector deben a los ecologistas que al menos en Alemania todos los veh¨ªculos lleven catalizadores y gasolina sin plomo. Hacer las cosas mejor conlleva formidables nuevos negocios que adem¨¢s se saldan con menos pulmones enfermos o bosques defoliados.

Abogan por sistemas de producci¨®n m¨¢s limpios, baratos, que precisen m¨¢s mano de obra y que se salden con beneficios m¨¢s generalizados y progresistas. Los verdes son feministas, indigenistas y ecologistas porque est¨¢n al lado de la fracci¨®n d¨¦bil del humano, de sus culturas y de la vida en este planeta. Y porque defender a esas partes de este todo es una de las formas de seguir profundizando en la democracia y la justicia.

Ah¨ª est¨¢n, son adolescentes, y conviene recordar que cuentan con el respaldo de casi tres millones de votos.