Rev¨®lver cierra una etapa con un lleno en el Palacio de Congresos de Valencia Carlos Go?i se despide de la escena musical

Fue una noche de estrenos y despedidas. Rev¨®lver o, lo que es lo mismo, Carlos Go?i conclu¨ªa su gira de 1998 y lo hac¨ªa con un lleno (unos 1.400 espectadores, las entradas agotadas d¨ªas antes) como los que han jalonado su trayectoria. Go?i se desped¨ªa, asimismo, de la escena musical por una temporada que ser¨¢ tan larga como ¨¦l quiera, aunque, seg¨²n ha confesado, podr¨ªa ser por espacio de dos a?os.

Durante el concierto, no hizo una menci¨®n expl¨ªcita a tal circunstancia, m¨¢s bien se refiri¨® al hipot¨¦tico regreso, pero es evidente que no hay regreso sin despedida previa. Y es que, como comentaba dos d¨ªas antes, "despu¨¦s de cuatro discos con temas nuevos, adem¨¢s de los dos b¨¢sicos, y m¨¢s de 500 conciertos en los ¨²ltimos a?os, ha llegado el momento de hacer un alto en el camino". Un alto que las buenas relaciones con su compa?¨ªa de discos, para la que firm¨® por 10 a?os con ocasi¨®n de su ¨²ltimo ¨¢lbum, le permite. El Palacio de Congresos se estrenaba como auditorio de m¨²sica pop y no son¨® mal, aunque se revel¨® m¨¢s id¨®nea para propuestas musicales orientadas a la escucha apacible que a la tromba de una banda de rock como la que ocup¨® la mitad del concierto. El guitarrista valenciano, que empu?¨® en todo momento guitarras ac¨²sticas, estren¨® tambi¨¦n una canci¨®n de la que coment¨®: "No creo que llegue a grabarla". Un tema titulado Roberto y Teresa que, dedicado a contar la decepcionante peripecia de dos inmigrantes ilegales en su camino hacia Estados Unidos, entronca con la mirada social que salpica algunas piezas de su repertorio. El resto fue un repaso a la trayectoria de Rev¨®lver. El arranque tuvo un tono intimista, con Go?i en solitario, sentado en medio del escenario y apoyado en la guitarra y la arm¨®nica, la viva imagen de un cantautor rockero que evoca en la distancia a los Springteen y Knopfler m¨¢s rom¨¢nticos. Seis canciones interpretadas en clave de balada, como Esta noche tengo m¨¢s de lo normal o Lisa Fran, se sucedieron en una introducci¨®n que dio paso a la que Go?i calific¨® como su "mejor banda", un quinteto compuesto por bajo, una segunda guitarra, gaita, viol¨ªn y bater¨ªa que arranc¨® con los aires celtas de Una lluvia violenta y salvaje y que, salvo un nuevo interludio intimista, le acompa?¨® hasta la descarga final, casi dos horas y media despu¨¦s, y que tuvo un tono latino, puesto que reminiscencias tex-mex de El aire sabe a veneno, la ¨²ltima canci¨®n de la noche, acabaron derivando en guajira, con Carlos Go?i cantando Guantamera y el p¨²blico pidiendo un tercer o cuarto bis que ya no tuvo lugar.