El factor humano

Par¨ªs ha estrenado una l¨ªnea del metro sin conductor, lo que se considera un gran avance de la ciencia, no sabemos por qu¨¦. ?Qu¨¦ tienen las autoridades m¨¦tricas contra los conductores? ?Por qu¨¦ no inventan un ej¨¦rcito sin generales? O un cuarto de banderas sin banderas. O un polvor¨ªn sin armas. Con lo que cuestan los generales, las bombas y las banderas, aunque sean de trapo, se podr¨ªa pagar el sueldo de millones de conductores durante miles de a?os. Siempre se tiende a economizar por donde menos duele. Imag¨ªnense qu¨¦ tonter¨ªa: un veh¨ªculo sin conductor. Lo malo es que la noticia sale en el peri¨®dico como si constituyera un hallazgo y nosotros la leemos en esa direcci¨®n: cada d¨ªa somos m¨¢s obedientes. La segunda parte de este invento diab¨®lico, en buena l¨®gica, ser¨ªa un metro sin pasajeros dando vueltas con las luces encendidas por debajo de las ciudades durante toda la eternidad. Un tren fantasma, en fin, que cuando nos hubi¨¦ramos convertido en los neardentales de nuestros descendientes continuara circulando con disciplina por los subterr¨¢neos de la historia como un monumento a la locura.Esta man¨ªa de eliminar puestos de trabajo, cuyo coste es el del chocolate del loro, est¨¢ llegando tambi¨¦n a muchos servicios telef¨®nicos de informaci¨®n, que nos obligan a hablar con programas inform¨¢ticos de cociente intelectual m¨¢s bien escaso. Dado que, para bien o para mal, estamos dotados de sentimientos, agradecemos encontrar al otro lado de la l¨ªnea telef¨®nica a un ser humano de verdad, aunque sea antip¨¢tico. De hecho, cuando nos quieren vender algo por tel¨¦fono no utilizan ordenadores. Y en los aviones todav¨ªa hay pilotos, no porque sean necesarios, que ya est¨¢ inventada la aeronave autista, sino porque a la gente le tranquiliza mucho saber que en caso de apuro hay en la cabina un ser humano dispuesto, si se lo pides, a mentirte con conocimiento de causa.

Las m¨¢quinas parlantes producen mucha desaz¨®n. El otro d¨ªa telefone¨¦ a Tr¨¢fico para hacer una consulta y me contest¨® un artefacto. "Para su comodidad", me dijo, "le atiende un sistema asistido por ordenador. ?Qu¨¦ desea?". Colgu¨¦ espantado y apunt¨¦ en una hoja lo que deseaba, por miedo a titubear. Despu¨¦s volv¨ª a marcar y pregunt¨¦ a la m¨¢quina qu¨¦ hac¨ªa falta para renovar el carnet de conducir. "A ver, un momento", dijo ella, y me dio la impresi¨®n de que hablaba con alguien para transmitirle a su vez mi pregunta. Al poco, la voz sint¨¦tica regres¨® y pidi¨® que tomara nota de la documentaci¨®n requerida.

Asombrado por la experiencia, volv¨ª a marcar m¨¢s tarde el n¨²mero y expuse lo siguiente:

A mi cu?ado, que vive en Galicia y es amigo de Fraga Iribarne, le ha caducado el carnet de conducir. ?Qu¨¦ debe hacer?

-A ver, un momento -respondi¨® el ordenador, que, tras unos segundos de espera, enumer¨® con toda naturalidad los requisitos necesarios para que mi cu?ado se pusiera al d¨ªa.

-?Quiere hacer alguna otra consulta? -a?adi¨®-. En caso afirmativo, diga s¨ª.

-S¨ª -dije, vocalizando mucho-, ?puede mi cu?ado conducir con el carnet caducado teniendo en cuenta que es amigo de Fraga?

-La respuesta es no -afirm¨® la m¨¢quina tras evacuar las consultas oportunas.

Colgu¨¦, perplejo y asustado, pero inmediatamente volv¨ª a marcar el n¨²mero y expuse el siguiente galimat¨ªas:

-?Qu¨¦ puede sucederle a un sobrino m¨ªo que est¨¢ conduciendo sin carnet, no porque no lo tenga, sino porque le ha caducado debido a la fecha de expedici¨®n?

El ordenador, hecho un l¨ªo, me pidi¨® un par de veces que esperara, y finalmente, completamente derrotado, aunque sin perder el tono de neutralidad, a?adi¨®:

-Le pasamos con un operador.

No se puso un operador, ¨¦sa es la verdad, sino una operadora, amabil¨ªsima por cierto, a la que plante¨¦ varios acertijos burocr¨¢ticos que respondi¨® con absoluta generosidad y entrega.

Colgu¨¦ aliviado, sabiendo que en una situaci¨®n de emergencia disponen en Tr¨¢fico de personas verdaderas a las que puedes confiar tus temores, por fant¨¢sticos que sean. No sucede lo mismo con el sistema de conducci¨®n fantasma del metro de Par¨ªs, que esperamos no copien los responsables del nuestro. Si se trata de un problema de salarios, preferimos que suban el billete. Muchas gracias.