La prensa independiente argelina desaf¨ªa con una larga huelga las sanciones del Gobierno
Los diarios privados quieren sacudirse la mordaza del monopolio estatal de las imprentas
Acorralados entre dos fuegos en un pa¨ªs desangrado por m¨¢s de seis a?os de guerra civil, los periodistas de los principales diarios privados argelinos llevan una semana en huelga contra las sanciones del Gobierno. El monopolio estatal sobre las imprentas, el papel para rotativas y una gran parte de la publicidad siguen amordazando a una prensa considerada como la m¨¢s cr¨ªtica de todo el Magreb. Sus editores parecen haber pagado ahora el precio de airear esc¨¢ndalos que han provocado unas elecciones presidenciales anticipadas y dimisiones en las m¨¢s altas esferas.
Cerca de setenta periodistas, fot¨®grafos o empleados de medios de comunicaci¨®n de Argelia han sido asesinados desde 1993 por grupos armados islamistas y al menos otros cuatro han sido dados por desaparecidos tras ser detenidos por los servicios de seguridad, seg¨²n datos de Reporteros Sin Fronteras (RSF). Las sanciones gubernamentales -secuestro de ediciones, suspensi¨®n o prohibici¨®n de publicaciones- ascienden a m¨¢s de sesenta. Y hasta la pasada primavera, los denominados comit¨¦s de lectura ejerc¨ªan la censura previa de hecho en las imprentas estatales. RSF define la situaci¨®n actual de la prensa argelina como de "censura encubierta por las presiones financieras". En medio del terror de las explosiones de coches bomba -a veces en la misma Casa de la Prensa, el complejo de Argel donde se agrupan la mayor¨ªa de las redacciones-, muchos periodistas de los medios independientes no han dudado en arriesgarse a hacer el recuento de los cad¨¢veres en los hospitales para desmentir las cifras oficiales de matanzas de civiles. Tampoco han dudado en airear a lo largo del pasado verano esc¨¢ndalos que implicaban al exgeneral Mohamed Betchin, principal consejero del presidente de la Rep¨²blica, Liam¨ªn Zerual, o al ministro de Justicia, Mohamed Adami. Ante lo que consider¨® como una campa?a medi¨¢tica contra su brazo derecho, Zerual anunci¨® que renunciaba a completar su mandato y anticip¨® al pr¨®ximo mes de febrero los comicios presidenciales. Betchin y Adami acababan de presentar su dimisi¨®n cuando, el pasado d¨ªa 17, los directores de El Watan, Le Matin, La Tribune y Le Soir fueron advertidos por la empresa estatal de imprentas de que deb¨ªan pagar sus facturas atrasadas en un plazo de 24 horas si quer¨ªan seguir sacando a la calle sus diarios. Otros tres rotativos privados -El Jabar, Libert¨¦ y Le Quotidien d'Oran- se solidarizaron con los sancionados y suspendieron su publicaci¨®n. Desde entonces, s¨®lo acuden a su cita con los lectores a trav¨¦s de Internet (a t¨ªtulo de ejemplo, http://www.elwatan.com).
El Sindicato Nacional de Periodistas Argelinos denunci¨® en un comunicado que la suspensi¨®n forzada de los cuatro diarios "expresa un trasfondo pol¨ªtico que intenta acallar a la prensa que se niega a ser d¨®cil". Pero el Gobierno se lava las manos en lo que califica de conflicto comercial entre los editores y la empresa estatal de imprentas, a pesar del acuerdo suscrito para el pago fraccionado de las deudas. No es la primera vez que esto sucede. A finales de 1996, el semanario independiente La Nation, dirigido por Salima Ghezali, tuvo que dejar de publicarse al no poder pagar a la imprenta estatal. Sus deudas no eran mayores que las del resto de los peri¨®dicos. Pero sus cr¨ªticas al r¨¦gimen argelino ten¨ªan el m¨¢s amplio eco.
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