La otra boda del a?o
Un enlace gitano congrega en Cuevas de Almanzora (Almer¨ªa) a m¨¢s de 1.500 invitados
Ni duquesas, ni toreros, ni familias de alta cuna instaladas en el papel cuch¨¦. Los vecinos de Cuevas de Almanzora - un municipio almeriense de algo m¨¢s de 9.000 habitantes- no fechar¨ªan la boda del a?o un 23 de octubre en la catedral de Sevilla. Para los cuevanos y vecinos de dem¨¢s pueblos lim¨ªtrofes, la boda del a?o fue ayer. No era en una catedral, pero para el caso tampoco desmerec¨ªa el castillo de Cuevas. Se casaba la nieta del se?or Juanito y todo el pueblo estaba invitado. El se?or Juanito- Juan Moreno Nieto como reza en su DNI- es el patriarca de una de las familias gitanas m¨¢s conocidas en toda la comarca. Ayer, su nieta, Carmen Fern¨¢ndez Moreno, de 23 a?os, se un¨ªa en matrimonio con Jos¨¦ Nieto Moreno, un a?o mayor que la novia. El patriarca decidi¨® echar el resto. La ilusi¨®n estaba m¨¢s que justificada: es la primera de los nueve nietos que tiene a la que el se?or Juanito casa. M¨¢s de 1.300 invitados, cientos de kilos de peladillas, un cortejo custodiado por ocho jinetes a lomos de elegantes caballos y la expectaci¨®n de todo un pueblo, anunciaban un enlace espectacular. La ceremonia se celebr¨® por el rito evang¨¦lico, fe que profesan las familias de ambos contrayentes. Los novios llegaron con algo m¨¢s de una hora de retraso. Atravesaron la alfombra roja que se hab¨ªa tendido a las puertas del castillo y soportaron con una mezcla de paciencia y sorpresa los flashes de los fot¨®grafos que acudieron a inmortalizar el momento de la boda m¨¢s esperada, al menos en la provincia almeriense. La joven Carmen, del brazo de su t¨ªo, atrajo con m¨¦ritos propios la atenci¨®n de todas las c¨¢maras. Guapa y sencilla, la novia se convirti¨® en la protagonista indiscutida. A partir de ese momento cada cual se acomod¨® como pudo. Nadie quer¨ªa perderse ni un detalle de la ceremonia. Pedro Manuel Santiago D¨ªaz, el pastor de la iglesia evang¨¦lica de Cuevas, comenz¨® la ceremonia. A partir de ese momento se iniciaron los cantos. A ritmo aflamencado los altavoces reconoc¨ªan que nada somos en este mundo... Nadie sab¨ªa ayer a ciencia cierta cuantas personas estaban invitadas al convite. Hasta Cuevas llegaron gitanos de todos los rincones de Espa?a. Ellas, las m¨¢s, con lentejuelas, plumas, y sombreros elegantes. Ellos, de traje inmaculado. Un par de d¨ªas antes de que se celebrara la ceremonia, el se?or Juanito -que se dedica a la venta de antiguedades y es hermano del abuelo del novio- reconoc¨ªa que se hab¨ªa formado un revuelo considerable alrededor de la boda de su nieta. "Y ahora hay un problema, porque el local donde ¨ªbamos a celebrar la boda tiene capacidad para unas mil personas pero yo creo que tengo ya m¨¢s de 1.600 invitados", comentaba el viernes. "Muchos, al enterarse, me han llamado y me han dicho que ven¨ªan. Yo les dec¨ªa que ya no hab¨ªa sitio pero ellos me dec¨ªan que daba igual, que iban a venir. Los gitanos somos as¨ª", explicaba el patriarca, aunque sin mostrar excesiva preocupaci¨®n por el n¨²mero de invitados: "Los gitanos nos apa?amos de cualquier manera". En la provincia no se recuerda un evento similar desde hace m¨¢s de veinte a?os. En aquella ocasi¨®n tambi¨¦n fue en Cuevas de Almanzora. Entonces tambi¨¦n se reuniron muchos gitanos para celebrar una boda: la de la madre de la novia que ayer se cas¨®. Al t¨¦rmino de la ceremonia, una limusina blanca esperaba a los reci¨¦n desposados para trasladarlos hasta Lorca (Murcia), donde la celebraci¨®n del enlace de seguro di¨® pie para que muchos se partieran la camisa en honor de los novios.
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