Con la Iglesia hemos topado
MIGUEL A. S?NCHEZ e IGNACIO GALLEGOLas parejas de hecho est¨¢n de enhorabuena en Francia. Las buenas noticias que provienen de la Asamblea Nacional no ocultan, sin embargo, que el PACS (pacto civil de solidaridad) ha tenido un duro discurrir hasta llegar a su aprobaci¨®n. Los ataques al mismo han sido excepcionalmente duros por parte de sectores inmovilistas y ultras; veremos s¨®lo algunos ejemplos significativos. El pasado d¨ªa 15 de abril se present¨® en Par¨ªs una declaraci¨®n firmada por 12.000 alcaldes franceses en contra del proyecto gubernamental para regular las parejas no matrimoniales. La declaraci¨®n formaba parte de una gran campa?a nacional coordinada por el Colectivo por el Matrimonio Republicano, una organizaci¨®n que afirma estar fuera de toda etiqueta pol¨ªtica y que aparece dirigida por el alcalde, perteneciente a la UDF, de la aldea de Felletin (Creuse), Michel Pinton.La carta de presentaci¨®n del colectivo a todos los alcaldes de Francia estaba firmada por su secretaria general, Isabelle Schneider, "una madre de familia que se prest¨® espont¨¢neamente a echar una mano". La rapidez y el ¨¦xito de la campa?a resultaron sorprendentes, pero, d¨ªas despu¨¦s de la presentaci¨®n de la declaraci¨®n, el diario Lib¨¦ration ofrec¨ªa algunas claves para entender el porqu¨¦.
El peri¨®dico parisino informaba que la se?ora Schneider es m¨¢s conocida por su nombre de casada, Isabelle Muller, y que con este nombre ejerce como vicepresidenta de la Asociaci¨®n para la Promoci¨®n de la Familia (APPF), una entidad fundada en 1994 por miembros del Opus Dei. Aunque la presidenta de esta asociaci¨®n, Marguerite Devolv¨¦, ha negado cualquier relaci¨®n con la campa?a, s¨ª es cierto, seg¨²n Lib¨¦ration, que la APPF trabaja en estrecha relaci¨®n con el cardenal Alfonso L¨®pez Trujillo, presidente del Consejo Pontificio de la Familia, instituci¨®n vaticana encargada de luchar en Europa y EE UU contra la legislaci¨®n de parejas homosexuales.
Pese a la actitud aparente de la se?ora Muller, lo cierto es que, en nombre de la APPF, se lanz¨® el 26 de marzo pasado un llamamiento en la edici¨®n francesa de la revista Familia Cristiana a todos los responsables de asociaciones familiares cat¨®licas pidi¨¦ndoles que se opusieran a "todo proyecto de vida que nada tenga que ver con la familia". A ello se sumaba una campa?a de faxes "s¨ª a la familia, por los ni?os del ma?ana" en contra de la regulaci¨®n de las parejas homosexuales; en esta ocasi¨®n se aconsejaba dirigirse a la asociaci¨®n "apol¨ªtica y aconfesional" Alianza por los Derechos de la Vida, dirigida por Christine Boutin, diputada de la UDF por Yvelines y consultora del ya mencionado Consejo Pontificio de la Familia, que se ocupa, bajo el control del Opus Dei, de la coordinaci¨®n de las asociaciones familiaristas cat¨®licas en todo el mundo.
La siguiente ofensiva fue denunciada nuevamente en la portada de Lib¨¦ration a principios del mes de agosto; la asociaci¨®n Porvenir de la Cultura inundaba con decenas de miles de cartas la residencia del primer ministro Jospin con un lenguaje apocal¨ªptico: "La sodom¨ªa es un vicio abominable, contra natura severamente condenado por la Iglesia cat¨®lica y las Sagradas Escrituras". Lib¨¦ration, de nuevo, nos otorga las claves de qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de la campa?a: Porvenir de la Cultura pertenece a una secta cristiana de extrema derecha, Tradici¨®n, Familia y Propiedad (TFP), cuyos objetivos son, seg¨²n el centro especialista en sectas Roger-Ikor, oponerse a la reforma agraria en Brasil (su origen es brasile?o), luchar contra el marxismo, el comunismo y el socialismo.
En Espa?a, la campa?a vaticana contra la regulaci¨®n de las parejas homosexuales tom¨® forma oficialmente con la audiencia que Juan Pablo II concedi¨® a los obispos espa?oles el pasado 19 de febrero. En aquella ocasi¨®n afirm¨® que "hay que proclamar con firmeza pastoral la verdad sobre el matrimonio y la familia, tal como Dios lo ha establecido, y defender el matrimonio tradicional, un activo irremplazable de la sociedad que no puede estar indiferente ante su degradaci¨®n o destrucci¨®n". Tras esta proclama inicial, el pasado d¨ªa 11 de junio se reuni¨® en Barcelona la Conferencia Episcopal Espa?ola con el objeto de denunciar el proyecto de ley de uniones estables de pareja, iniciativa legislativa consensuada en el Parlament de Catalu?a por la izquierda y la coalici¨®n convergente CiU.
A las iniciativas de la jerarqu¨ªa cat¨®lica se suma la "oportuna" rueda de prensa de la asociaci¨®n Acci¨®n Familiar a finales del pasado mes de mayo, denunciando, tras a?os de silencio, "una campa?a de activistas homosexuales que intenta imponer una legislaci¨®n que ir¨ªa en contra de la mayor¨ªa de los espa?oles", un m¨¢s que extra?o argumento cuando las encuestas del CIS (bar¨®metro de mayo de 1997) ratifican que s¨®lo un 33% de los espa?oles est¨¢ en contra de regular las parejas homosexuales y un a¨²n m¨¢s exiguo 19% est¨¢ en contra de regular las parejas de hecho heterosexuales.
De la misma manera, SOS Familia, la filial espa?ola de TFP, realiz¨® su salvaje campa?a contra la regulaci¨®n de las parejas de hecho, aunque ¨¦sta pasara pr¨¢cticamente desapercibida en los medios de comunicaci¨®n espa?oles.
A la hora de analizar los resultados que esta feroz campa?a ha obtenido tanto en Francia como en Espa?a podemos encontrar algunas diferencias. En Francia consigue llegar a buen fin el ya mencionado PACS (pacto civil de solidaridad), heredero del anterior contrato de uni¨®n social (CUS), muy similar a ¨¦l, pero centrado en la idea de pareja (tanto homosexual como heterosexual), abandonando, por tanto, la peregrina idea de una regulaci¨®n abierta a uniones de hermanos, amigos, vecinos o cu?ados. Este aspecto dispersador del CUS fue duramente criticado por la prestigiosa soci¨®loga y directora de estudios del EHESS (Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales), Ir¨¨ne Th¨¦ry, defensora de la extensi¨®n de los derechos matrimoniales a las parejas de hecho heterosexuales y homosexuales, y que afirmaba en Le Monde, en noviembre pasado, que "la mala idea del CUS es mezclarlo todo".
Para marcar la diferencia, en Espa?a, la ofensiva eclesi¨¢stica s¨ª parece hacer mella en el Partido Popular, que despu¨¦s de haber prometido antes de las elecciones una ley de parejas de hecho, de haber defendido lo indefendible con una in¨²til subcomisi¨®n parlamentaria de estudio e innumerables retrasos en el plazo de enmiendas, de haber presentado un texto como el CUS, abandonado ahora en Francia, enmiendan su propio texto cercen¨¢ndolo a¨²n m¨¢s. Mientras tanto, la ¨²nica ley de parejas de hecho, el proyecto de Coalici¨®n Canaria, languidece en la Comisi¨®n de Justicia, ante la indiferencia de los canarios obtenidos ya los r¨¦ditos con la imagen de su presentaci¨®n.
El Partido Popular no tiene otra opci¨®n; deber¨ªa retirar su proyecto de uniones civiles (versi¨®n espa?ola del CUS) y permitir la creaci¨®n de la ponencia correspondiente para que los partidos, bas¨¢ndose en el texto canario, hagan uso de la responsabilidad de la que ha hecho gala la mayor¨ªa parlamentaria que en Catalu?a ha consensuado la tan necesaria ley de parejas. Una amplia mayor¨ªa social est¨¢ por la labor, como reflej¨® una reveladora encuesta de la Comisi¨®n Europea realizada en 1994 en la que el apoyo social al reconocimiento legal de las parejas homosexuales estaba encabezado por Holanda, Dinamarca y... ?Espa?a! La sociedad espa?ola es de las m¨¢s abiertas, modernas y tolerantes de Europa, nada raro despu¨¦s de haber sufrido todo lo contrario durante una larga dictadura. Eso s¨ª, parece ser que algunos todav¨ªa no se han enterado del cambio y pretenden que Espa?a, o quiz¨¢ se deber¨ªa decir Castilla, pues Catalu?a ya va delante, vuelva a ser la reserva espiritual de Occidente.
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