Los asesinos en serie cuentan historias
"Tendremos que acostumbrarnos a casos como ¨¦ste porque aparecer¨¢n m¨¢s", afirma Vicente Garrido, profesor titular de la Universidad de Valencia, especializado en criminolog¨ªa, que ahora prepara el informe pericial sobre Joaqu¨ªn Ferr¨¢ndiz Ventura, de 35 a?os, que se ha confesado autor de los asesinatos de cinco mujeres en Castell¨®n. Garrido ha estudiado los casos de varios asesinos en serie y aunque no puede referirse a Ferr¨¢ndiz, con el que lleva trabajando dos meses, porque est¨¢ sujeto al secreto sumarial, s¨ª accede a hablar de su conocimiento profesional en este campo. Mantiene que no hay una definici¨®n tajante que pueda abarcar a todos los criminales en serie y asegura que lo que s¨ª se puede afirmar es que son "contadores de historias". "Cuando una persona se implica en distintas muertes, las motivaciones, la forma de seleccionar a sus v¨ªctimas y el modus operandi transmiten el mensaje o la historia en la que el agresor pretende reflejar sus necesidades b¨¢sicas". El an¨¢lisis que ha de hacerse del criminal es el de "comprender qu¨¦ est¨¢ intentando decir con ese tipo de hechos". Garrido ha estudiado durante a?os la psicolog¨ªa de los agresores sistem¨¢ticos. Su nombre aparece en el Who is who de los intelectuales de la Universidad de Cambridge, ha sido consultor de Naciones Unidas para la prevenci¨®n de la delincuencia en Latinoam¨¦rica, y el Ministerio de Justicia le concedi¨® recientemente la medalla de San Raimundo de Pe?afort. Sus ¨²ltimos trabajos se han centrado en la comisi¨®n que ha elaborado el proyecto de ley de responsabilidad penal del menor, y en la redacci¨®n, junto a la doctora Ana G¨®mez, del primer diccionario de criminolog¨ªa en lengua castellana. Sobre las pocas caracter¨ªsticas comunes entre los asesinos en serie, Garrido apunta que "se puede considerar la existencia, m¨¢s o menos mayoritaria, de una adicci¨®n a sensaciones, un deseo irrefrenable, que s¨®lo pueden vivenciar cuando cometen actos de agresi¨®n sobre otras personas". Esta adicci¨®n, como otras, tiene un patr¨®n de comportamiento que tiende a repetirse sobre una idea -en el caso de Ferr¨¢ndiz, la agresi¨®n sexual y el asesinato- "que ayuda a mantener el nivel de activaci¨®n emocional". Esto explicar¨ªa que algunos de estos delincuentes puedan mantener una perfecta integraci¨®n social, excepto cuando necesitan una nueva dosis. Garrido explica que "muchos se consideran agraviados y tratados de manera injusta, pero no s¨®lo como un sentimiento, sino tambi¨¦n motivados por el deseo de satisfacer necesidades que no son posibles de alcanzar de otro modo". Los autores de agresiones sistem¨¢ticas pueden conocer momentos de arrepentimiento. "En algunos casos, el sujeto es consciente de que sus acciones han causado un da?o extraordinario y puede llegar a contemplarlas como una pesadilla", dice Garrido. Se entremezcla la ansiedad, el miedo y la c¨®lera hacia s¨ª mismos "pero con una necesidad de autoconcepto en positivo para disociar sus agresiones de su vida normalizada". As¨ª, acaban por "acostumbrarse a lo ordinario y se instaura el fen¨®meno de la disociaci¨®n". ?sta puede ser tan fuerte que el sujeto perciba los acontecimientos como ajenos a ¨¦l, "con un sentido de negaci¨®n de la realidad", lo que no significa que necesariamente sufra el fen¨®meno de la doble personalidad. Para Garrido, los asesinos en serie no son siempre enfermos mentales. "Obviamente no se trata de personas ordinarias", indica, "algunos est¨¢n profundamente enfermos y los que no lo est¨¢n tienen peculiaridades se?aladas en su personalidad, pero no es dar un s¨ª tajante a la enfermedad mental". Sobre la descripci¨®n que se ha dado de Ferr¨¢ndiz, Garrido advierte: "Hay que tener cautela y no ofrecer opiniones aventuradas porque el responsable de varias muertes tiene un mundo que no puede ser calificado y resumido en dos l¨ªneas".
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