Verdi frente a Rachmaninov
Como es habitual en los grandes teatros oper¨ªsticos, junto a las representaciones l¨ªricas se organizan conciertos sinf¨®nicos, series de c¨¢mara, conferencias, debates y exposiciones. El Real no es excepci¨®n y ya tiene en marcha un ciclo sinf¨®nico. Bien es verdad que en el programa del domingo y lunes se sumaban los atractivos: Concierto n¨²mero 2, el m¨¢s famoso de Rachmaninov, con Joaqu¨ªn Ach¨²carro al piano, y las Piezas sacras, de Verdi, todo ello dirigido por el titular de la casa, Garc¨ªa Navarro.Dentro de poco cumplir¨¢ un siglo el Concierto en do menor, de Serge Rachmaninov y, sin embargo, seguimos escuch¨¢ndolo y continuamos leyendo comentarios, recensiones en las que se perdona la vida o se comprende con media sonrisa el lirismo y el saber del maestro ruso. Verdaderamente el inconmensurable pianista y excelente creador que fue Rachmaninov no precisa de tales gestos y actitudes: le basta con la perduraci¨®n de sus pentagramas.
Joaqu¨ªn Ach¨²carro es un formidable int¨¦rprete y, desde hace un cuarto de siglo, una figura internacional de primer orden y un pianista enteramente responsable. Su concepto del concierto de Rachmaninov no se separa del que ten¨ªa el propio autor y que se conserva en registros de bastante calidad sonora. Compositor e int¨¦rprete supieron hacer lo contrario de lo que tantos critican: medir inteligentemente la elocuencia, poner puertas al campo de la pasi¨®n l¨ªrica o pat¨¦tica y evidenciar la belleza y la gracia de tantas soluciones mel¨®dicas, r¨ªtmicas, arm¨®nicas e instrumentales.
El juego de intensidades, la afectividad del sonido, la b¨²squeda y hallazgo de espacios ¨ªntimos, la gran peroraci¨®n y la rutilante t¨¦cnica virtuosista se nos dieron unidas en el pianista bilba¨ªno a trav¨¦s de un sentimiento no por controlado menos evidente. Y tuvo en Garc¨ªa Navarro un atinado y temperamental colaborador; m¨¢s a¨²n, un coprotagonista identificado. Hubo encuentro entre los dos y, naturalmente, con la Orquesta Sinf¨®nica de Madrid, y el p¨²blico respondi¨® con largas ovaciones.
Uno de los grandes milagros de Verdi es el conjunto de cuatro piezas religiosas para coro a capella o con orquesta: Laudi a la vergine, Ave Mar¨ªa, Stabat Mater y Te Deum. No son f¨¢ciles de desentra?ar pero el Coro de la RTVE, con su titular actual, Laszlo Heltay, y la soprano Ewa Zamoyska hicieron esta alta m¨²sica, por la que circulan siglos de tradici¨®n, con tersura, emoci¨®n y naturalidad, valores compartidos por la Sinf¨®nica de Madrid y el director Garc¨ªa Navarro.
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