M¨¢s libre que nunca
"Los partidos estatales necesitan que vote m¨¢s del 70% del censo para poder ganar el d¨ªa 25". Es un titular de este diario el pasado 5 de octubre. Pues bien, ha votado m¨¢s del 70% y no s¨®lo no han ganado sino que el Parlamento Vasco sigue teniendo la misma relaci¨®n entre fuerzas nacionalistas y fuerzas estatalistas que anteriormente: 41 a 34. La situaci¨®n, cuantitativamente, es la misma, pero cualitativamente ha variado sustancialmente. En primer lugar, por el desarrollo de la campa?a. En ninguna ha estado tan presente ETA en los discursos , y eso precisamente cuando ETA ha abandonado su actividad, y, a juzgar por sus palabras en el reportaje de la BBC, con car¨¢cter pr¨¢cticamente definitivo. Nunca como hasta ahora se ha identificado a las fuerzas nacionalistas con la autodeterminaci¨®n y la independencia y se las ha tachado de compa?eros de viaje de ETA. Nunca como hasta ahora se ha apelado al voto, m¨¢s que del miedo al ogro, de la revancha contra los presuntos amigos o parientes del ogro. Todo eso ha cambiado el sentido de la campa?a. No se ha votado en ella gesti¨®n o alternativas de gobierno para una comunidad aut¨®noma. Se han convertido las elecciones vascas en una cita donde parec¨ªa que se ventilaba no s¨®lo el futuro de Euskadi, sino el de Espa?a. Y se ha votado en ellas masivamente, como en unas generales, pero el resultado no ha sido el esperado por quienes confiaban en esa alta participaci¨®n para cambiar la relaci¨®n de fuerzas en el espectro pol¨ªtico vasco. En segundo lugar, ha variado porque los 41 parlamentarios nacionalistas representan hoy algo completamente distinto de lo que ese mismo n¨²mero representaba antes. Y esa diferencia est¨¢ en que si los 11 esca?os de HB eran s¨®lo esca?os contables a efectos aritm¨¦ticos, pero pr¨¢cticamente in¨²tiles a efectos de alternativas pol¨ªticas reales, por propia y expl¨ªcita voluntad de los interesados, hoy los 14 esca?os de EH van a entrar a formar parte inmediatamente del juego de mayor¨ªas y minor¨ªas parlamentarias, aunque de momento, y tambi¨¦n por expl¨ªcita voluntad, no de las alternativas de participaci¨®n directa en el gobierno. Y en tercer lugar, porque efectivamente no hab¨ªa frentes en liza. Por parte nacionalista, lo que ha habido es un acuerdo pol¨ªtico, el Lizarra, para dar cobertura a un proceso que llevara al abandono de las armas por parte de ETA. Era un objetivo que merec¨ªa la pena y sobre el cual, adem¨¢s, habr¨¢ que recordar que el PNV dijo, antes de la campa?a, que estaba dispuesto a asumir un coste electoral si serv¨ªa para llegar a buen puerto. Por parte estatalista, lo que ha habido es una conjunci¨®n de estrategias propagand¨ªsticas, pero ma?ana vuelve a empezar para ellos la pelea por la finca grande y lo que han demostrado las elecciones vascas es que al ¨²nico que beneficia de verdad esa conjunci¨®n es al PP. Han comenzado ya las c¨¢balas sobre la formaci¨®n del Gobierno vasco, pero la pregunta m¨¢s importante no es cu¨¢l va a ser la mayor¨ªa que se configure, sino para qu¨¦ se va a hacer esa mayor¨ªa. Lo que lleva directamente a otra cuesti¨®n: si va a haber o no va a haber un desbloqueo de las grandes cuestiones relativas al autogobierno y a la capacidad de decisi¨®n, por parte de los vascos, sobre los asuntos que les conciernen. Que no se despiste nadie. Detr¨¢s de todos los votos hay un mandato para que ese desbloqueo se produzca, para que el cese de la violencia articule un nuevo consenso en una sociedad que, naturalmente es plural, pero que tambi¨¦n acaba de emitir un veredicto sobre cu¨¢l es la representatividad de cada opci¨®n pol¨ªtica. Y que tampoco se confunda nadie. Las declaraciones de Xabier Arzalluz en la noche electoral expresan un sentimiento que es compartido por varios cientos de miles de ciudadanos. Ser¨¢ dif¨ªcil de entender para algunos, pero los vascos no estamos acostumbrados al enga?o y lo soportamos mal. Alguien ha querido quebrar, y ha quebrado, v¨ªnculos de confianza que son fundamentales para las relaciones pol¨ªticas. Tras la prueba de fuego de ese 70% de participaci¨®n, el nacionalismo vasco est¨¢ m¨¢s fuerte que antes. Y se siente, y est¨¢, mucho m¨¢s libre que nunca.
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