Incapaces y/o gorrones
El patio sanitario-laboral anda revuelto estos d¨ªas a base de sentencias y de empecinamientos. El orden alfab¨¦tico de los complementos salariales ha quedado trastocado despu¨¦s que el Tribunal Superior de Justicia decidiera, una vez m¨¢s, que el "C" (aquellos miles de pesetillas con que la Administraci¨®n sanitaria del PP premiara a los m¨¦dicos huelguistas para que siguieran haciendo dobletes), es ilegal. Adem¨¢s de il¨®gico, aunque ¨¦sta no sea materia a considerar por los magistrados. Lo dec¨ªa bien claro Tere Conca, secretaria de Sanidad de CC OO, sindicato que present¨® el recurso: "?Alguien se imagina a la Opel permitiendo a sus mejores t¨¦cnicos trabajar tambi¨¦n para la Renault?". Claro que obviedad y pol¨ªtica, evidencia e intereses econ¨®micos, son muchas veces an¨®nimos, antagonistas incluso, y en el caso que nos ocupa se trataba sin disimulo de agradecer la bronca protagonizada por los se?ores facultativos en plena campa?a electoral. La tendencia irrefrenable a confundir lo p¨²blico con lo privado impregna tres a?os de gesti¨®n. Y ¨¦sta, en el ¨¢mbito de la salud, ha desembocado en una traca final: la imputaci¨®n del masivo contagio de la hepatitis C a un super-anestesista pluriempleado y ubicuo que trabajaba a las ¨®rdenes de otros superjefes plurirresponsables, todos los cuales pod¨ªan ser leales a dos empresas a la vez (y hasta a tres o cuatro), y no estar locos. M¨¢s a¨²n: visto el excelente resultado que da animar a los profesionales a que se busquen las v¨¢lvulas y el chalet por donde buenamente puedan (en lugar de estimularles, retribuirles y exigirles dentro del sistema p¨²blico), se construye un hospital en Alzira y se conf¨ªa su gesti¨®n a una empresa privada. Entonces sucede que, en la octava o novena rueda de prensa celebrada para decir lo mismo o parecido, al responsable del centro se le escapa delante del conseller que "nos vamos a traer a los mejores especialistas de los hospitales". Hasta el momento no ha quedado claro si Adeslas robar¨¢ a los expertos, o si Farn¨®s permitir¨¢ que por las tardes los aludidos vayan a echar unas horitas al centro de La Ribera. Es un fen¨®meno de gorroner¨ªa, de lo privado respecto de lo p¨²blico, nada novedoso y nunca desterrado. Y en absoluto exclusivo del ¨¢mbito sanitario. Se parasita la ense?anza y la TVV, se chupa de los presupuestos para hacer homenajes y fiestas que son pura propaganda electoral, se dejan morir servicios p¨²blicos y se inventa el sistema de cheques-ayuda, cuyos destinatarios finales son empresas generalmente amigas. Vuelve a estar de moda, y a veces se convierte en una necesidad, ir de particular. De nuevo, lo dice el se?or ministro de las carreteras "el peaje es bello". Volviendo a la Sanidad, ya se nos hab¨ªa advertido que se pretend¨ªa "racionalizar el gasto y mejorar la gesti¨®n con t¨¦cnicos capaces ajenos a la Adminstraci¨®n". As¨ª que, adem¨¢s de un m¨¦todo infalible para potenciar ciertos negocios (de los que proceden y a los que probablemente volver¨¢n nuestros altos cargos), la defensa de la eficacia de lo particular frente al despilfarro con que se rige lo com¨²n ha de ser vista como el reconocimiento de la propia incapacidad: no sabemos organizar esto bien, as¨ª que mejor que lo hagan otros. Ahora que se aproximan elecciones, sus patronos deber¨ªamos recordar que en el mundo del mercado, en el que dicen sentirse tan a gusto, a los incapaces y a los improductivos se les suele despedir sin contemplaciones.
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