A favor de la convivencia
El Proyecto de decreto por el que se regulan los derechos y deberes del alumnado y las normas de convivencia en los centros no universitarios, conocido como "decreto de convivencia", es necesario. S¨®lo desde la demagogia o desde la cobard¨ªa colectiva es posible oponerse globalmente a ¨¦l. Compartimos muchos, aunque pocos lo digan en p¨²blico, la preocupaci¨®n del Consejero -expresada en la presentaci¨®n del proyecto- por "las interferencias que pueden llegar a bloquear el hecho comunicativo o, en alg¨²n caso, a desvirtuar el significado de los mensajes". Compartimos su convicci¨®n de la necesidad de "encauzar y resolver los conflictos, pues de lo contrario se enquistan y se agravan, constituyendo una amenaza para el proceso mismo de comunicaci¨®n educativa". Y creemos que el proyecto puede ser un instrumento ¨²til para "garantizar el clima de armon¨ªa y convivencia de los centros y plantear desde una ¨®ptica progresista el desarrollo de los derechos y deberes de los estudiantes". Escrito lo cual, habremos incurrido en las iras de quienes parecen empe?ados en transmitir a los j¨®venes la m¨¢s vulgar seudo-ideolog¨ªa consumista disfrazada de radicalidad progresista y el m¨¢s b¨¢rbaro (y reaccionario) antihumanismo disfrazado de transgresi¨®n ¨¢crata. Hay que desenmascarar a estos agentes. Que digan lo que quieran, est¨¢n en su derecho, pero no tras una m¨¢scara, no enga?ando y confundiendo, no sirviendo a los se?ores del consumo, de lo reaccionario y del conformismo tras la careta de la rebeli¨®n contra el sistema. Alguien habr¨¢ de decirles a los j¨®venes que solo la conciencia cr¨ªtica que se adquiere a trav¨¦s del proceso educativo les har¨¢ libres, que no hay otra libertad posible. Alguien habr¨¢ de decirles que hoy el fascismo -pero para saberlo hay que leer: a Pasolini, a Sartori, a tantos- es la barbarie ultraliberal, la aculturaci¨®n masiva y el desprecio hacia la cultura. Una de las citas que encabezan el proyecto es de Hannah Arendt: oportuna, ahora que Taurus ha reeditado su obra Los or¨ªgenes del totalitarismo: que la lean los demagogos que se oponen irracionalmente a ¨¦l, si es que leen. Desde las Juventudes Andalucistas se ha hablado de pisotear los derechos de los alumnos y se han utilizado t¨¦rminos como "borregos serviles". Otros han acusado al decreto de franquista. Habr¨ªa que aclarar, no a quienes lo han dicho, porque saben que mienten, sino a los alumnos a los que pretenden enga?ar, que el franquismo odiaba a la cultura, y que su grito de guerra fue "?muera la inteligencia!". Entender que la convivencia en libertad era inviable y que hab¨ªa que elegir entre represi¨®n y caos era la justificaci¨®n de la dictadura. Por el contrario, creer firmemente que a trav¨¦s de la Paideia, que es la hermosa palabra griega que designaba el proceso de educaci¨®n del joven, es posible unir libertad y convivencia, es lo m¨¢s pr¨®ximo a tradiciones educativas de progreso que fueron masacradas por el franquismo, como la Instituci¨®n Libre de Ense?anza. La otra libertad que les quieren vender es falsa: la del zorro en gallinero para elegir que gallina se come (o hacer que las gallinas consuman d¨®cilmente).
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