Ni?os prodigio y padres suplicio
Svetlana Vas¨ªlkova, de 10 a?os, termina el equivalente al COU y ya ha sido admitida en la Universidad de Mosc¨² para estudiar Bioelectr¨®nica desde 1999 y especializarse en la investigaci¨®n de los males de Alzheimer y Parkinson; adem¨¢s domina el Mundial de ajedrez sub-10 en Oropesa (Castell¨®n). Desde los semiprofesionales de sub-18 hasta los que a duras penas llegan al tablero, desde los an¨¢rquicos indios hasta los rigurosos cubanos, abundan los ni?os prodigio y los padres suplicio. Todos sufren y gozan de la pasi¨®n de la inteligencia y del morbo de la competici¨®n.
Son las 15.15 horas del s¨¢bado. Svetlana, campeona de Mosc¨² y de Rusia, y subcampeona de Europa, se concentra en un rinc¨®n del vest¨ªbulo del hotel para una partida muy importante frente a su compatriota Vera Neb¨®lsina, que tambi¨¦n se las trae: va tres cursos adelantada a su edad, lee a Shakespeare y a Pushkin, y s¨®lo pisa el colegio en Novosibirsk (Siberia) para los ex¨¢menes porque su padre (Valeri N¨¦bolsin), maestro y entrenador, considera que "ir a clase normalmente es una p¨¦rdida de tiempo y una frustraci¨®n para los ni?os prodigio". Esa actitud no es nueva entre los portentos del ajedrez ruso: Mar¨ªa Kursova y Tatiana Kos¨ªntseva, que ahora dominan en sub-12 tras ser fieles al podio en sub-10, dejaron de acudir a la escuela desde los cinco a?os.
El caso de Svetlana
Pero el caso de Svetlana, que sigue un plan de estudios especial, es asombroso: sab¨ªa leer con un a?o, comprend¨ªa el sistema m¨¦trico decimal con dos y hablaba un ruso perfecto a los siete. Ahora se expresa con soltura en ingl¨¦s, incluso en conversaciones profundas: "A los 7 a?os decid¨ª que luchar¨ªa contra las enfermedades degenerativas porque dif¨ªcilmente puede haber algo m¨¢s interesante que contribuir a alargar la vida y evitar el sufrimiento de la gente", coment¨® mientras se dirig¨ªa a la sala de juego tras besar a su padre.?ste, Alex¨¢nder Vas¨ªlkov, militar retirado, traductor de varios idiomas y vicepresidente de una fundaci¨®n reci¨¦n creada en Mosc¨² para fomentar las carreras cient¨ªficas y el ajedrez entre los ni?os prodigio, revela el secreto: "Estimul¨¦ la mente de Svetlana desde el d¨ªa en que naci¨®. Por ejemplo, coloqu¨¦ un cartel con el alfabeto cir¨ªlico en un pared enfrente de la cuna. Estoy convencido de que todo ni?o puede ser un genio si se cuida su salud, su desarrollo intelectual y su entorno familiar y social". Considera "aberrante que Michael Jordan gane una fortuna cada a?o por meter un bal¨®n en una canasta mientras los cient¨ªficos que pueden mejorar el destino de la humanidad est¨¢n desasistidos en casi todas partes". Y dice estar "avergonzado" del Gobierno de su pa¨ªs: "Con la excusa de la crisis, no nos han prestado ninguna ayuda para venir aqu¨ª. Busco un terreno para la sede internacional de mi fundaci¨®n y estoy abierto a cooperar con organismos espa?oles".
Sin amigos
Tras su candorosa apariencia, y a pesar de sus buenas relaciones personales, Svetlana y Vera libran una batalla feroz en el tablero, incluyendo miradas terribles y trucos psicol¨®gicos, durante cuatro horas, como si fueran profesionales. La victoria de Svetlana es celebrada con moderaci¨®n por su padre: "En el ajedrez es autodidacta, no tiene entrenador. Lo eligi¨® porque su pr¨¢ctica alarga la vida intelectual". Cuando el periodista aborda la parte negativa del asunto, Alex¨¢nder se sincera: "Svetlana no tiene amigos de su edad. Espero que la convivencia con otros portentos en mi fundaci¨®n arregle ese problema. En realidad, un hijo superdotado es casi tan problem¨¢tico como un subnormal".
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