El Guggenheim recrea los espacios de la escultora Cristina Iglesias
La creaci¨®n de un espacio dentro de otro, una habitaci¨®n, casi un refugio, es recurrente en las obras de Cristina Iglesias (San Sebasti¨¢n, 1956) reunidas en la exposici¨®n que hoy se inaugura en el Museo Guggenheim Bilbao. La colecci¨®n est¨¢ formada por una veintena de piezas, instalaciones y serigraf¨ªas de gran formato sobre seda.
La exposici¨®n fue presentada en el verano de 1997 en el Museo Guggenheim de Nueva York y, posteriormente, en Chicago y en el Palacio de Vel¨¢zquez, en Madrid. En cada lugar, la presentaci¨®n se ha transformado para adaptarse a la arquitectura que le ha dado cobijo. En el Guggenheim Bilbao, el visitante es recibido por una gran escultura de hormig¨®n suspendida del techo. "Son obras con un gran sentido arquitect¨®nico, que se apoyan en los muros, que crean espacios precisos", se?al¨® la comisaria de la exposici¨®n, Carmen Gim¨¦nez. "El p¨²blico descubrir¨¢ su sentido ensimismado y misterioso".
Iglesias juega con materiales industriales -hormig¨®n, hierro, vidrio-, alabastro o madera recubierta por polvo de metal, y formas org¨¢nicas, que repiten una y otra vez las hojas del eucalipto o las ca?as de bamb¨² o crean sugerentes celos¨ªas. "La verdad de los materiales ya no es importante en mi generaci¨®n", dice. "Me interesa manipularlos".
Iglesias invita al p¨²blico a introducirse en sus montajes. "Mi obra es para caminarla", comenta. La exposici¨®n de Iglesias, abierta al p¨²blico en Bilbao hasta el 14 de febrero, inicia una serie que ser¨¢ dedicada a presentar monogr¨¢ficamente en el Guggenheim el trabajo de creadores espa?oles. La artista donostiarra ha donado al Museo Guggenheim Bilbao una obra, creada en 1993.
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