El Tour pide que los Juegos excluyan a los pa¨ªses sin ley penal antidopaje
La carrera se reserva el derecho de exclusi¨®n sobre cualquier corredor
Fue un comienzo ensayado, dram¨¢tico y espectacular. Las luces de la sala se apagaron de repente. S¨®lo un foco qued¨® encendido. Apuntaba directamente al rostro grave de Jean Claude Killy, todopoderoso presidente de la Sociedad del Tour de Francia. Empez¨® a hablar. Un discurso a la altura del escenario. El discurso m¨¢s esperado. Cuatro meses despu¨¦s de que el Tour viviera la crisis m¨¢s grave de su historia. Una primera frase impactante. "Nosotros todos, todos tocamos fondo el 17 de julio de 1998 en la carretera del Tour [expulsi¨®n del equipo Festina], pero a pesar de que los corredores se sentaran sobre el asfalto, el Tour permaneci¨® de pie". Todas las atenciones presentes (corredores, directores, anunciantes, periodistas) concentradas en sus palabras. El escenario del golpe de efecto. No fue una sorpresa. Pese a que muchos pudieran pensar que el tiempo pasado ablandar¨ªa las decisiones y dejar¨ªa a la lucha antidopaje convertida en una pol¨ªtica de gestos, el Tour no ha olvidado. Ha visto muy cerca la muerte la carrera fetiche del ciclismo mundial. "Seremos absolutamente intransigentes", proclam¨® Killy. Y explic¨® c¨®mo, con la fuerza y el poder que da poseer el derecho de admisi¨®n a la prueba que justifica todo un deporte. Porque, como dijo Killy (campe¨®n ol¨ªmpico de esqu¨ª en 1968), "el Tour es grande, y por eso fue elegido por la historia para vivir el calvario de 1998".
Y porque el Tour es grande, su presidente, imbuido de la pureza moral necesaria, habl¨® de algo m¨¢s que de ciclismo. "El deporte corre hacia su muerte", dijo. "Y no quiero dramatizar". No quiso dramatizar, pero ofreci¨® soluciones y decisiones para todo, como proponi¨¦ndose para ministro mundial del deporte. Y pidi¨® que el COI, gran garante de la limpieza del deporte mundial, no invitara a participar en los pr¨®ximos Juegos Ol¨ªmpicos a todos aquellos pa¨ªses que no aprueben lo m¨¢s r¨¢pidamente posible una legislaci¨®n penal contra el dopaje, siguiendo el ejemplo franc¨¦s. "As¨ª, Francia no tendr¨ªa la exclusiva mundial de la firmeza, sino de la dureza". Y a?adi¨®, como quien no quiere la cosa, que la "armonizaci¨®n" favorecer¨ªa la "eventual candidatura francesa a un gran evento, como unos Mundiales o unos Juegos".
At¨®nitos se quedaron los asistentes. At¨®nito se qued¨® Manolo S¨¢iz. Porque el mi¨¦rcoles, a altas horas de la noche, Manolo S¨¢iz, director del ONCE-Deutsche Bank, hab¨ªa sido elegido presidente de la asociaci¨®n internacional de equipos. Una sorpresa: la facci¨®n radical de los equipos, gracias al apoyo italiano, se hab¨ªa impuesto a la pragm¨¢tica. La victoria de S¨¢iz, el hombre que abandon¨® el Tour insultando a su director, Jean Marie Leblanc, supuso, de entrada, la paralizaci¨®n del c¨®digo deontol¨®gico de los equipos, una iniciativa de la anterior presidencia, que inclu¨ªa un par de art¨ªculos inaceptables para los equipos espa?oles (no dejar correr a un ciclista desde que se conociera que hubiera dado positivo hasta que se produjera la sanci¨®n federativa, lo que supondr¨ªa no reconocer su presunci¨®n de inocencia; despedir a todo corredor que hubiera dado positivo en una carrera, lo que contravendr¨ªa la normativa laboral y el convenio colectivo de los ciclistas-trabajadores) y que pocos finalmente aceptaron.
Fue una victoria, pero la alegr¨ªa dur¨® poco. Porque subi¨® al estrado Jean Marie Leblanc, el capataz de Killy, y desgran¨® las condiciones "¨¦ticas" de admisi¨®n al Tour, complementarias de las puramente deportivas: "Los organizadores se reservan el derecho de recusar hasta el comienzo de la prueba a todo aquel corredor o todo aquel equipo que da?e la imagen y la reputaci¨®n del Tour por dopaje, especialmente. Los organizadores se reservan el derecho, durante el desarrollo de la carrera, de expulsar a todo aquel corredor o todo aquel equipo que da?e la imagen y la reputaci¨®n del Tour por dopaje. Los organizadores recusar¨¢n a todo aquel equipo que no se adhiera a los c¨®digos ¨¦ticos que han puesto en marcha los patrones o al que est¨¢n elaborando los equipos. Y el Giro est¨¢ en la misma l¨ªnea". Adem¨¢s, Leblanc anunci¨® que al tradicional reconocimiento m¨¦dico que tiene lugar al comienzo del Tour se a?adir¨¢ en 1999 un an¨¢lisis biol¨®gico. "Y aunque el tope de admisi¨®n ser¨¢ de 20 equipos de nueve corredores", a?adi¨® Leblanc, "al Tour no le importar¨¢ nada comenzar la carrera con 14, 15 o 16".
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