Fischer confirma a Solana su pleno respaldo a la Alianza Atl¨¢ntica

El pragmatismo, que en los ¨²ltimos decenios ha estado impregnado de un rojo cada vez m¨¢s p¨¢lido, es ahora de color verde. As¨ª lo demostr¨® ayer el nuevo ministro de Asuntos Exteriores alem¨¢n, el verde Joshka Fischer, en su primera visita a Bruselas como jefe de la diplomacia alemana en su entrevista con el secretario general de la OTAN, Javier Solana, otro converso a las bondades de la Alianza. Fischer reiter¨® el pleno respaldo de su Gobierno a la Alianza Atl¨¢ntica, la antigua bestia negra de Los Verdes.

Fischer no se conform¨® con afirmar en la sede de la Comisi¨®n Europea que en la ampliaci¨®n al Este de Europa "lo importante no son las fechas, sino llegar a un buen acuerdo", sino que a continuaci¨®n visit¨® la sede de lo que para un ecopacifista como ¨¦l era en tiempos no muy lejanos el templo del diablo: la sede de la OTAN, s¨ªmbolo del poder b¨¦lico de Occidente.Los fot¨®grafos y los c¨¢maras de televisi¨®n tuvieron ocasi¨®n de inmortalizar un momento inolvidable: el encuentro de dos grandes conversos, de dos s¨ªmbolos de los tiempos de pragmatismo que vive Europa y con ella el mundo entero. En la sede de la Alianza Atl¨¢ntica se encontraron el l¨ªder de los pacifistas alemanes en su nuevo papel de estratega de la pol¨ªtica exterior federal, Fischer, con un hombre que ha pasado de abominar de la OTAN y reclamar el cierre de las bases militares de Estados Unidos en Espa?a a dirigir la poderosa organizaci¨®n militar, Javier Solana. Las sonrisas que intercambiaron Fischer y Solana son todo un s¨ªmbolo de c¨®mo, para bien o para mal, el pragmatismo es el man¨¢ del nuevo orden mundial.

"No he discutido con el secretario general sobre la disoluci¨®n de la OTAN porque esto no forma parte del programa de Gobierno acordado entre mi partido y el SPD", brome¨® tras la distendida entrevista un Fischer que al menos ya ha demostrado que tiene bastante m¨¢s sentido del humor y simpat¨ªa que su antecesor, el r¨ªgido y casi siempre malhumorado Klaus Kinkel.

Pero el pragmatismo del ecopacifista no se queda en los gestos y alcanza tambi¨¦n a las intenciones y los calendarios pol¨ªticos. En su primera visita a la sede de la Comisi¨®n Europea en Bruselas, poco antes de visitar la de la OTAN, Fischer hizo un auto de fe en el realismo pol¨ªtico al anteponer la eficacia al voluntarismo. O como dijo ¨¦l, "una cosa es la visi¨®n y otra la realidad". Una cosa es el deseo de ampliar Europa y otra la posibilidad de hacerlo. "Lo importante no es la fecha sino llegar a un resultado positivo", admiti¨®.

El nuevo jefe de la diplomacia germana tuvo mucho inter¨¦s en aparecer como un pol¨ªtico serio y responsable y evitar que fuera de su pa¨ªs se pueda confundir a un ministro verde con un ministro caprichoso o radical. Su gesti¨®n se fundamentar¨¢ en "mantener en l¨ªneas generales lo que ha sido la pol¨ªtica exterior alemana tradicional", dijo. Y al descender a la arena de los hechos se peg¨® una vez m¨¢s al pragmatismo. "El Fondo de Cohesi¨®n se cre¨® con una finalidad muy concreta para ayudar a los pa¨ªses menos desarrollados a alcanzar el euro y no est¨¢ concebido como algo eterno en el tiempo", aventur¨® en una l¨ªnea coherente con la del Gobierno anterior. La misma firmeza en la austeridad presupuestaria que preconiza Bonn desde hace tiempo, aunque con m¨¢s suavidad en las formas que Kinkel y con menos carga imperativa que Theo Waigel, el poderoso ministro de Finanzas de Helmut Kohl partidario de de reducir el gasto comunitario.