Maier, el nuevo Tomba, bajo sospecha
El mejor esquiador del mundo asombra con una corpulencia que justifica por haber sido alba?il
"A¨²n necesito adquirir m¨¢s potencia para estar tan fuerte como la temporada pasada", dijo el pasado d¨ªa 25 Hermann Maier tras ganar de forma aplastante la primera prueba de la nueva Copa del Mundo tras arrasar en la anterior. El esquiador austriaco, de 25 a?os, hizo otra exhibici¨®n en el eslalon gigante de S?lden, en su pa¨ªs, y sus declaraciones incidieron todav¨ªa m¨¢s en su musculatura, motivo de la ¨²ltima pol¨¦mica en el deporte de alta competici¨®n. Maier ha sido acusado de dopaje por los entrenadores del equipo italiano, Herbert Schonhuber, el pasado agosto, y del suizo, Theo Nadig, en v¨ªsperas del comienzo del circuito blanco. Aunque ¨¦ste se disculp¨®, matizando sus palabras, los hechos en los manchados tiempos que corren han dado lugar a dudas l¨®gicas.El mismo Maier admiti¨® haber engordado 14 kilos en s¨®lo dos a?os, y se ha entrenado en Obertauern, un centro de alto rendimiento cercano a Salzburgo en el que trabaja el doctor Pansold, uno de los m¨¦dicos de las nadadoras de la antigua RDA implicados en su dopaje sistem¨¢tico. "S¨®lo me hac¨ªa los test, pero no me entrenaba", dijo el doble campe¨®n ol¨ªmpico en Nagano, que se contradijo, sin embargo, comentando que su musculatura proviene de su trabajo de alba?il, largos a?os ayudando a su padre, y que ahora no hace tanta preparaci¨®n f¨ªsica.
Justamente en la ¨¦poca de la RDA s¨ª hubo casos de atletas fornidos, como el campe¨®n ol¨ªmpico y plusmarquista mundial de lanzamiento de peso Udo Beyer, cuya fortaleza parec¨ªa natural, como de le?ador. En el esqu¨ª ha habido el precedente de Tomba, que nada m¨¢s retirarse, curiosamente, ha reclamado m¨¢s controles por sorpresa, incluso fuera de las competiciones. Lo dijo en su presentaci¨®n como actor en una pel¨ªcula de ciencia-ficci¨®n y hasta a?adi¨® que para ¨¦l eran mejores los controles de sangre que los de orina.
Seg¨²n Maier, ha pasado en 1998 cuatro controles de orina, m¨¢s otros dos de sangre que anualmente hace la federaci¨®n austriaca. Hans Pum, el director t¨¦cnico del equipo que domina absolutamente el esqu¨ª alpino actual (en S?lden los cuatro primeros fueron austriacos), dijo que cada mes se hace un control por sorteo, lo cual es un tanto ambiguo. Pero acept¨® las disculpas de su colega suizo, Nadig, que para arreglar sus acusaciones a Maier no se retract¨® del todo al decir unas frases significativas: "El esqu¨ª ha cambiado, se ha convertido en un deporte de fuerza en el que el factor de la condici¨®n f¨ªsica es ya muy importante, por lo que hay que estar muy atentos ante el peligro de que los esquiadores recurran al dopaje". Las pr¨¢cticas de dopaje ya han tenido carta de naturaleza oficial en la modalidad de fondo, donde su dureza inmensa requiri¨® las primeras transfusiones sangu¨ªneas al estilo de las de atletas finlandeses de distancias largas, como el m¨ªtico Lasse Viren o Martti Vainio. Los noruegos, y su gran estrella, Bjorn Daehlie, plusmarquista de triunfos ol¨ªmpicos, o los italianos (seg¨²n se puede deducir m¨¢s ahora con los esc¨¢ndalos que asolan al pa¨ªs), encabezados por Manuela di Centa, la reina de Lillehammer 94, han sido sospechosos de oficio. La mayor¨ªa de los controles de la federaci¨®n internacional corresponden a las disciplinas n¨®rdicas, pioneras en los controles de sangre, por ejemplo.
Mientras tanto, Maier volvi¨® a asombrar en el gigante de S?lden. Especialmente en el primer recorrido, hizo m¨¢s que nunca de Tomba. A mitad del trazado, en la puerta m¨¢s dif¨ªcil con giro a la izquierda, donde todos sus rivales casi se fueron de la pista, sus potent¨ªsimas piernas no cedieron ni un cent¨ªmetro al clavar los cantos en la nieve. Un alarde en un muro de la prueba como los que ¨¦l hac¨ªa de alba?il. La duda es que se ha reconvertido a un oficio distinto de una forma demasiado espectacular.
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