La doble pelea de un transexual
Lina, Mar¨ªa Jos¨¦, Sira y Margaret, las Spontex Girls, como bromean ellas mismas, tienen cara de cansadas esta ma?ana. Se han levantado de madrugada para incorporarse al primer turno de limpieza en una empresa valenciana. Las cuatro son transexuales. Tienen de momento un contrato a tiempo parcial y si las dejaran echar¨ªan m¨¢s horas, aunque el sueldo est¨¢ muy lejos de las 200.000 o 300.000 mensuales que, aseguran, se sacaban hace dos a?os ejerciendo la prostituci¨®n. "No exist¨ªa otro medio de vida. O eso, o espect¨¢culos de transformismo para no morirte de hambre", dice Sira, transexual valenciana de 35 a?os.La pelea que libran estas personas en la vida siempre es doble. La mente se les rompi¨® cuando percibieron en la ni?ez o adolescencia que sus cuerpos masculinos no eran sino la jaula de otro sexo. Y cuando pudieron recomponerla, la sociedad las excluy¨® de ambos bandos.
Bien saben las mujeres lo que represent¨® el trabajo en su lucha por la autoestima, independencia y presencia social. Por la misma raz¨®n es vital para una persona transexual. A la hora de discriminarlas, la mujer no se ha quedado distinguida mucho del hombre, se queja Mar¨ªa Jos¨¦, nacida en Badajoz hace 38 a?os. Lo que no entiende es "c¨®mo las mujeres, que tanto luchan, comprenden tan poco".
Como hija de un celador en un hospital, Sira ten¨ªa derecho a un puesto en el centro a la jubilaci¨®n de su padre. "Me exigieron que me cortara el pelo y que vistiera como un hombre. Como no acept¨¦, le dieron el trabajo a mi hermana a los pocos d¨ªas".
Sus compa?eras pasaron por empleos en el comercio o la hosteler¨ªa antes de apostarse en la calle. Tambi¨¦n lo intentaron en algunos trabajos. "Pero, hija, en cuanto ven el carn¨¦ con la foto de mujer, el sexo y el nombre de var¨®n, se acaba todo", explica Mar¨ªa Jos¨¦ con su deje extreme?o.
Ahora est¨¢n "divinas". Se les ocurri¨® desde la asociaci¨®n Transexualia, que dirige Lina, valenciana de 32 a?os, pedir una beca de las que concede la Generalitat valenciana para grupos con dificultades de integraci¨®n. La empresa de servicios Sercoval se encarg¨® de su formaci¨®n y posteriormente las contrat¨® para su divisi¨®n especializada en limpieza. El curso fue seguido por 10 transexuales que hoy est¨¢n trabajando.
Una beca de 1.800 pesetas diarias ha sido su pasaporte a la normalidad, a la integraci¨®n. Se acabaron aquellos d¨ªas de prostituci¨®n, "de sentir rechazo hacia ti misma como persona", de "sentirte sucia", de "estar por obligaci¨®n con una persona por la que no sientes nada", se interrumpen unas a otras.
Ahora se ven como si les hubiera tocado la loter¨ªa. "?T¨² sabes qu¨¦ alegr¨ªa da levantarte a las cinco de la madrugada, coger tu bolsito y salir de casa a trabajar cantando un fandango?", se r¨ªe Mar¨ªa Jos¨¦. ?Que ganan poco?, no importa. "Hoy lentejas y ma?ana lentejas con arroz", zanja Sira. La esperanza brilla en las caras minuciosamente maquilladas antes del alba. "Ahora nos sentimos m¨¢s alegres, menos agresivas", aseguran.
El curso de 500 horas, que incluy¨® formaci¨®n general, profesional y h¨¢bitos de empresa, fue duro al principio. Tuvieron que compatibilizarlo en sus inicios con su antiguo oficio. Lo que m¨¢s impresion¨® de estas mujeres a la jefa de formaci¨®n de Sercoval, Cecilia Herr¨¢iz, "fue su capacidad de sufrimiento. En comparaci¨®n con otros colectivos con problemas, destaca su actitud. Tienen un objetivo muy claro y un ansia de luchar muy de verdad".
Las irreductibles Spontex Girls acaban de finalizar un segundo curso, esta vez con el rimbombante nombre de maquinista de impresi¨®n en offset (imprenta y fotocopia industrial). El futuro es imparable. "Hay que cambiar esta imagen de que transexualidad es igual a prostituci¨®n, pero para ello se requiere que la sociedad te d¨¦ una oportunidad", concluye Lina.
La prostituci¨®n est¨¢ dejando de ser una opci¨®n frecuente para las personas transexuales que no han tenido recursos o formaci¨®n, explica el abogado de la Asociaci¨®n Espa?ola de Transexuales, Juan V¨¢zquez. Adem¨¢s de la propia organizaci¨®n de este colectivo para apoyarse, desde distintos organismos han surgido iniciativas de integraci¨®n, aunque no todas han prosperado. V¨¢zquez recuerda el programa que puso en marcha C¨¢ritas en 1994 con fondos europeos para montar un taller de patronaje dirigido a transexuales. En aquella misma ¨¦poca, la Consejer¨ªa de Integraci¨®n Social de la Comunidad de Madrid dio facilidades para que se incorporaran a cursos oficiales de inform¨¢tica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Transexuales
- Prostituci¨®n
- Identidad sexual
- Transexualidad
- Comunidades aut¨®nomas
- Gobierno auton¨®mico
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Comunidad Valenciana
- Explotaci¨®n sexual
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Delitos sexuales
- Sexualidad
- Pol¨ªtica laboral
- Delitos
- Problemas sociales
- Espa?a
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Trabajo
- Justicia
- Sociedad