El Valencia cicatriza la herida de la UEFA
Tarde pl¨¢cida para el grupo de Ranieri, que supera a un Racing difuminado
Inesperadamente, el Valencia vivi¨® una tarde muy pl¨¢cida. La que le facilit¨® un Racing que abdic¨® del partido a la media hora de juego. Y sin raz¨®n aparente. El equipo de Nando Yosu pic¨® espuelas y se esfum¨®. Por las buenas. El Valencia, que ven¨ªa cabizbajo tras su eliminaci¨®n europea, tan s¨®lo tuvo que engullir el azucarillo en que se hab¨ªa convertido el duro hueso que supuso la primera media hora racinguista. Para aprovecharlo, el Valencia cont¨® con Milla, que dio lecciones t¨¢cticas desde el eje del campo, y, por supuesto, con Ilie, que sirvi¨® dos goles a pesar de su ya famosa haraganer¨ªa. Visto en perspectiva, se echa ahora m¨¢s en falta la ausencia de Milla en el choque europeo ante el Liverpool. Menos facilidades hubiese tenido Redknapp en la direcci¨®n de su equipo. Seguro.El primer gol del Valencia dio la impresi¨®n de producirse a c¨¢mara lenta. Penetr¨® Ilie con mucha calma por el flanco izquierdo, se adentr¨® hacia el coraz¨®n del ¨¢rea, centro raso y Djukic, que pasaba por all¨ª con su flema habitual, empuj¨® suave el cuero hacia adentro.
VALENCIA 3 - RACING 0
Valencia: Ca?izares; Angulo (Popescu, m. 75), Soria (Camarasa, m. 74), Djukic, Carboni, Juanfran; Mendieta, Milla, Schwarz; Claudio L¨®pez e Ilie (Lucarelli, m. 69).Racing: Ceballos; Merino, Arzeno, Txema (S¨¢nchez Jara, m.68), Neru; Tais, Ismael, V¨ªctor (Vivar Dorado, m. 68), Shustikov, Munitis (Preciado, m. 75); Bestchasnykh. Goles: 1-0. M.47. Ilie penetra por la banda izquierda, dribla a V¨ªctor, centra raso y Djukic empuja el bal¨®n. 2-0. M. 55. Ilie retrasa a Schwarz, que dispara y, tras rebotar en un defensa, el bal¨®n entra en la porter¨ªa de Ceballos. 3-0. M. 62. Claudio L¨®pez supera con la puntera la salida de Ceballos tras un centro largo de Angulo. ?rbitro: L¨®pez Nieto. Amonest¨® a Angulo. Expuls¨® por doble amonestaci¨®n a Ismael (m. 44). Unos 43.000 espectadores en el estadio de Mestalla.
Era un gol fabricado por los dos jugadores m¨¢s fr¨ªos del Valencia, que despu¨¦s lo celebraron como correspond¨ªa: se marcharon hacia el centro del campo como si nada, con una celebraci¨®n muy asc¨¦tica. El tanto lleg¨® porque el Racing, en un ataque de racaner¨ªa, se hab¨ªa ido encerrando cada vez m¨¢s en su musculoso caparaz¨®n, apostatando del buen aspecto ofrecido en el primer tramo del encuentro: el de un conjunto muy armado en el centro del campo, que distribu¨ªa la pelota con criterio y que abastec¨ªa el intermitente talento de V¨ªctor y la explosividad en punta de Munitis, que fue un demonio para la defensa valencianista. Se trata de un zurdo diminuto y veloc¨ªsimo, imposible de parar a ca?onazos, que es lo que pretend¨ªa Soria. Sin ¨¦xito, claro.
Tanto recul¨® el Racing qe qued¨® con las posaderas al viento cuando sufri¨®, al borde del descanso, la expulsi¨®n de su cerebro Ismael, que acababa de atropellar a Ilie. Coincidi¨® la expulsi¨®n con el momento ¨¢lgido del Valencia, que sac¨® fuerzas de verdadera flaqueza creativa y empuj¨® con m¨¢s coraje que clase. Tras este tanto, el Racing atac¨® cual animal herido en estos albores del descanso. Como si supiera que eran sus ¨²ltimos coletazos. Lo fueron.
El Racing ya no existi¨® tras la reanudaci¨®n. Asumi¨® su inferioridad -en n¨²mero y en ambici¨®n- y se convirti¨® en un equipito de entrenamiento para el Valencia, que se dispuso a disfrutar de la tarde. Entonces refulgi¨® Milla. Sus botas fabricaron todo el f¨²tbol del Valencia. Al primer toque o al tercero, seg¨²n convino, Milla hizo rodar a su antojo a sus compa?eros. Y reivindic¨® su titularidad, despu¨¦s de que Ranieri lo mandara al banquillo el martes ante el Liverpool.
Ranieri aprovech¨® la bonanza para que Lucarelli demostrara lo que sabe. Por lo visto hasta el momento, m¨¢s bien poco. Sigui¨® atropellando a unos y a otros ante la mirada inquisidora de la grada, que no entiende c¨®mo el Valencia dej¨® escapar este verano al goleador del Celta S¨¢nchez, y se fich¨® en cambio al delantero italiano.
Ranieri, por fin, decidi¨® complacer a la grada y le dio un cuarto de hora a Camarasa, que apenas cuenta para el t¨¦cnico, que entiende que el defensa no ha superado una grav¨ªsima lesi¨®n en el tal¨®n de Aquiles. El p¨²blico ovacion¨® con ganas a Camarasa. Aunque sea por los servicios prestados.
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