El ex golpista Ch¨¢vez logra un amplio respaldo en las elecciones de Venezuela
Las elecciones legislativas y regionales de ayer en Venezuela, precedidas por un intenso ruido de sables y el ascenso de un ex golpista y de un independiente en las preferencias de los votantes que sufragar¨¢n en las presidenciales de diciembre, han modificado la correlaci¨®n de fuerzas en el Congreso, controlado por Acci¨®n Democr¨¢tica (AD), de centro-izquierda, y el socialcristiano Copei. Aunque anoche no se dispon¨ªa de datos oficiales, las primeras prospecciones apuntaban a que el ex golpista Hugo Ch¨¢vez hab¨ªa logrado un amplio respaldo.
Seg¨²n fuentes de AD, esta fuerza mantiene pr¨¢cticamente todos sus gobernadores y su presencia en el Congreso, aunque el partido de Ch¨¢vez se coloca segundo, desplazando al tradicional Copei.Venezuela puede pasar as¨ª del gastado bipartidismo a los liderazgos individuales. Liderazgos encarnados por el ex teniente coronel que en 1992 encabez¨® un cruento cuartelazo, Hugo Ch¨¢vez; por el independiente de centro-derecha Enrique Salas, favoritos ambos a la presidencia que se disputar¨¢ dentro de un mes, y por candidatos que desaf¨ªan en sus distritos a los partidos, desprestigiados como nunca. AD y Copei permanecer¨¢n en el escenario pol¨ªtico, e incluso el primero puede sumar el mayor n¨²mero de esca?os y gobernadores, pero deber¨¢n trabajar con compa?eros de hemiciclo aparentemente m¨¢s comprometidos con el cambio y la decencia en la gesti¨®n p¨²blica.
Aunque la variedad de cargos que se decid¨ªan ayer (48 senadores, 189 diputados al Congreso, 391 diputados a las asambleas regionales y 23 gobernadores) imped¨ªan adelantar resultados, los partidarios de Ch¨¢vez aseguraban haber obtenido un contundente triunfo poco despu¨¦s del cierre de los colegios electorales. El resto de los partidos mostraban mayor cautela.
Voto electr¨®nico
Por primera vez, y para tratar de despejar los habituales miedos al fraude, la consulta a la que estaban llamados 11 millones de venezolanos fue automatizada. El voto inform¨¢tico, posible gracias a la tecnolog¨ªa de la empresa espa?ola Indra, funcion¨® bien en un 90% de las urnas electr¨®nicas, seg¨²n inform¨® anoche, al t¨¦rmino del escrutinio, el presidente del Consejo Nacional Electoral, Rafael Parra. En algunos colegios, las colas de votantes obligaron a extender una hora m¨¢s la votaci¨®n que estuvo observada por el ex presidente estadounidense Jimmy Carter y el boliviano Gonzalo S¨¢nchez de Lozada, m¨¢s 21 delegados de la UE.El nuevo presidente de Venezuela deber¨¢ contar con el Congreso y 23 gobernadores cuya misi¨®n es acelerar la descentralizaci¨®n nacional e impulsar proyectos de car¨¢cter regional. Las principales expectativas residen en conocer el grado de apoyo conservado por los partidos tradicionales, cuyas poderosas maquinarias y arraigado clientelismo son importantes, as¨ª como observar cu¨¢ntos votos consigue el Polo Patri¨®tico de Ch¨¢vez, a quien acompa?an el Movimiento al Socialismo (MAS), con cinco ministros en el Gobierno de Rafael Caldera, y el Proyecto Venezuela, de Enrique Salas.
El Congreso venezolano probablemente ser¨¢ diverso y, por tanto, la ausencia de mayor¨ªa absoluta obligar¨¢ al nuevo Ejecutivo a pactar. Salas tiene m¨¢s posibilidades de hacerlo, pero, si alcanza el Gobierno Ch¨¢vez e insiste en cambios dr¨¢sticos, entre ellos enmiendas constitucionales a fondo, no le ser¨¢ f¨¢cil lograr los apoyos parlamentarios necesarios para introducirlas. Podr¨¢ optar por el refer¨¦ndum, y entonces la discrepancia y la incertidumbre estar¨¢n servidas.
Venezuela es un gran pa¨ªs, pero no acaba de enderezarse, y los inversionistas observan a distancia. Desde que el ex presidente Carlos Andr¨¦s P¨¦rez ensayase en 1989, a la brava, el liberalismo, encajando de paso una rebeli¨®n, Venezuela no ha tenido paz social. Los bandazos en su pol¨ªtica econ¨®mica y monetaria han sido constantes, y los avances m¨ªnimos.
M¨¢s claros son los retrocesos acumulados por las sucesivas administraciones. El sostenido abaratamiento del petr¨®leo agrav¨® el horizonte de una naci¨®n excesivamente dependiente de los pozos, maltrecha financieramente.
El pa¨ªs pretende un cambio profundo, liquidar las modalidades de corrupci¨®n, no s¨®lo perpetradas por los funcionarios, sino por quienes pueden hacerlo en la sociedad civil. El cambio supuestamente en ciernes llega a la fuerza, determinado por los padecimientos y la insostenibilidad. En 20 a?os, entre 1978 y 1998, la poblaci¨®n se ha empobrecido m¨¢s de un 70%.
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