El rostro de la venganza
Por no aportar al matrimonio la dote apalabrada a Josna Begun, de 18 a?os, le tiraron en la cara un cazo de ¨¢cido sulf¨²rico. Nurun Nahar, de 17 a?os, Namita Halder, de 29, y Roma Akter, de 16, tuvieron la osad¨ªa de rechazar a sus pretendientes en un pa¨ªs en donde la mujer no puede elegir marido. Y a Masammat Monira y Kadhiza Akter (de 12 y 14 a?os) les desfiguraron el rostro como resultado de dos disputas familiares sobre la propiedad de unas tierras.Agredir a mujeres con ¨¢cido sulf¨²rico parece de moda en Bangladesh, un pa¨ªs de 130 millones de habitantes en el que se contabilizan unos 250 casos cada a?o. Utilizado como arma de venganza por sus agresores, que lo consiguen en cualquier gasolinera o incluso con las bater¨ªas de los coches, este tremendo sistema de maltrato f¨ªsico deja estigmatizadas para siempre a ni?as y j¨®venes, a las que se condena a vivir escondidas bajo un velo o a pensar que mejor habr¨ªa sido morir en el ataque.
As¨ª lo cree la doctora Luna Ahmend, que ha venido a Espa?a como acompa?ante de estas seis "desafortunadas supervivientes", que ser¨¢n intervenidas quir¨²rgicamente en el hospital Aguas Vivas de Carcaixent (Valencia) por una decena de cirujanos espa?oles. Su colega Samanta Sen, cirujano pl¨¢stico del Dhaka Medical College Hospital -el ¨²nico centro sanitario de Bangladesh que dispone de unidad de quemados, con ocho ¨²nicas camas para atender a toda la poblaci¨®n-, explic¨® ayer que la elecci¨®n de este primer grupo de j¨®venes se efectu¨® teniendo en cuenta los recursos econ¨®micos de sus familias y el grado de gravedad de las lesiones.
Varias de ellas ser¨¢n sometidas a un trasplante de c¨®rnea para que puedan recuperar la vista, aunque alguna quedar¨¢ ciega para siempre. El mero hecho de salir de su pa¨ªs, en donde son se?aladas por la calle, les ha devuelto parte de la libertad que perdieron tras la agresi¨®n. Son, en palabras de Ahmend, "v¨ªctimas inocentes de un crimen sin perd¨®n", a las que, gracias a un grupo de cirujanos espa?oles, se intentar¨¢ devolver "un poco de esperanza", para que puedan integrarse de nuevo en la sociedad.
El doctor Vicente Mirabet, responsable durante 35 a?os del servicio de Quemados del hospital La Fe de Valencia y miembro del equipo de Corporaci¨®n Dermoest¨¦tica (la empresa espa?ola que sufragar¨¢ los gastos de traslado, estancia y tratamiento de las j¨®venes), se?al¨® ayer que el "desastre" es evidente y que la cirug¨ªa reconstructiva "no hace milagros".
Hoy mismo comenzar¨¢n los an¨¢lisis y las pruebas de alergia para intentar devolver la movilidad a los m¨²sculos da?ados y lograr la mayor reparaci¨®n posible. "Pero no est¨¢ en nuestras manos acabar con este desastre", reiter¨® Mirabet, en alusi¨®n a este tipo de ataques, que se multiplican cada semana sin que los agresores reciban castigo.
"Algunos son detenidos, pero las fechas de los juicios se aplazan sucesivamente y muchos salen impunes tras pagar alg¨²n soborno", se?al¨® Ahmend, quien matiz¨® que este atroz comportamiento no est¨¢ aceptado socialmente en su pa¨ªs, y a menudo son los familiares del agresor quienes ayudan a su detenci¨®n. Lo cierto es que las lagunas legales les dejan escapar y que la multa no suele llegar a las 500 pesetas.
Desfiguradas de por vida por la c¨®lera del ofendido, las sucesivas operaciones a las que ser¨¢n sometidas no conseguir¨¢n jam¨¢s devolverles su imagen anterior, pero s¨ª les ayudar¨¢ a recobrar la confianza en s¨ª mismas. El viernes, entusiasmadas tras el viaje en avi¨®n v¨ªa Londres, las seis coqueteaban con los zapatos que iban a lucir en el hospital.
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