El largo pulso entre la ONU y Sadam
Decenas de detectives cient¨ªficos tardaron a?os en demostrar que Irak fabricaba armas biol¨®gicas
Un d¨ªa de enero de 1995, el doctor Rod Barton, un inspector de armas de las Naciones Unidas con instinto de jugador, decidi¨® tirarse un farol ante los iraqu¨ªes. Desde su derrota en la guerra del Golfo, ¨¦stos hab¨ªan negado con firmeza haber fabricado jam¨¢s ning¨²n tipo de armas bacteriol¨®gicas, pese a que todas las pruebas indicaban lo contrario. Barton, bi¨®logo australiano de 46 a?os, no dispon¨ªa de gran cosa: s¨®lo dos pedazos de papel. Los documentos no probaban nada, pero eran indicativos: mostraban que en los a?os ochenta Irak hab¨ªa comprado a una empresa brit¨¢nica alrededor de diez toneladas de nutrientes para cultivar bacterias, mucho m¨¢s de lo habitual para las necesidades civiles. "No ten¨ªa mucho m¨¢s", recuerda Barton. "No ten¨ªa un full, s¨®lo dos comodines. As¨ª que me los jugu¨¦". Sentado enfrente de cuatro generales y cient¨ªficos iraqu¨ªes en una sala sin ventanas, cerca de la Universidad de Bagdad, Barton puso los documentos sobre la mesa y les pregunt¨® si les recordaban algo. "Se quedaron l¨ªvidos", recuerda.Esa reuni¨®n fue un momento decisivo. Durante los siguientes meses, Irak dej¨® de negar las cosas, admiti¨®, a rega?adientes, que hab¨ªa desarrollado un programa muy complejo de producci¨®n de armas bacteriol¨®gicas y acab¨® por confesar que hab¨ªa fabricado suficientes microbios para matar varias veces a toda la poblaci¨®n mundial. ?sta es la historia del pulso entre la ONU e Irak por conocer el programa de armas biol¨®gicas de Irak:
Despu¨¦s de la guerra del Golfo, varios pa¨ªses reunieron a docenas de detectives cient¨ªficos, muchos de ellos con formaci¨®n militar, para descubrir la verdad sobre las armas biol¨®gicas.
Su primera visita, en agosto de 1991, la hicieron a Salman Pak, ciudad y centro militar al sureste de Bagdad, en un recodo aislado del r¨ªo Tigris, bombardeado durante la guerra. Los 30 miembros de Unscom se quedaron horrorizados. Dos semanas antes de que llegara el equipo, los iraqu¨ªes hab¨ªan allanado gran parte del terreno, se hab¨ªan llevado las maquinarias de fabricaci¨®n, hab¨ªan demolido dos edificios y hab¨ªan apisonado los escombros. Monta?as de cenizas y restos de carpetas derretidas indicaban que los iraqu¨ªes hab¨ªan hecho hogueras de documentos.
Los funcionarios iraqu¨ªes insistieron en que las investigaciones que se llevaban a cabo all¨ª eran pac¨ªficas, con el objetivo de elaborar vacunas y otros medios de protecci¨®n contra temibles enfermedades. No obstante, los inspectores sospechaban que el lugar ten¨ªa fines militares y acabaron por encontrar una c¨¢mara para diseminar bacterias sobre sujetos experimentales.
Mientras, los inspectores que investigaban las armas qu¨ªmicas encontraron arsenales llenos de agentes nerviosos como el tab¨²n y el sar¨ªn. Y, horrorizados, los equipos nucleares averiguaron que Irak hab¨ªa avanzado de forma considerable en la construcci¨®n de una bomba at¨®mica.
A principios de 1994, investigadores del Congreso se enteraron de que American Type Culture Collection, una empresa de Rockville (Maryland) que vende microbios a cient¨ªficos, hab¨ªa enviado hasta 36 cepas de 10 pat¨®genos letales a Irak en los ochenta, con la aprobaci¨®n del Gobierno.
En 1994, bajo una presi¨®n cada vez mayor de las Naciones Unidas, la Unscom descubri¨® un reservado grupo iraqu¨ª llamado Divisi¨®n de Importaciones de Material T¨¦cnico y Cient¨ªfico. Formaba parte de la Organizaci¨®n de Industrializaci¨®n Militar y parec¨ªa dedicarse a la guerra bacteriol¨®gica; por ejemplo, abastec¨ªa a Salman Pak. Los inspectores comprendieron que el descubrimiento era importante.
Con ese triunfo en la manga, la comisi¨®n escribi¨® en diciembre de 1994 a un pu?ado de naciones para que les ayudaran a desvelar documentos.
Una de las respuestas se produjo en Israel. Los israel¨ªes aportaron documentos sobre exportaciones de nutrientes para alimentos bacterianos a Irak, durante los a?os ochenta, de Oxoid, una empresa brit¨¢nica. Los documentos fueron fundamentales para respaldar la acusaci¨®n de que Irak hab¨ªa fabricado armas biol¨®gicas. Y Barton los utiliz¨® para tirarse el farol en enero de 1995, y sali¨® bien. Casi enseguida, Bagdad reconoci¨® las compras.
El 7 de agosto de 1995, Husein Kamal, yerno de Sadam y segundo hombre m¨¢s poderoso de Irak, desert¨® y pas¨® a Jordania. Los inspectores de la ONU aseguraron que la huida estaba provocada, en parte, por el hecho de que hubieran descubierto su programa de armas biol¨®gicas.
Con la intenci¨®n de impedir cualquier revelaci¨®n, Bagdad present¨® un mont¨®n de documentos que "el traidor general Kamal" hab¨ªa ocultado presuntamente al Gobierno iraqu¨ª. Los papeles mostraban que Irak hab¨ªa hecho pr¨¢cticamente todo lo que hab¨ªa podido para elaborar y utilizar armas biol¨®gicas.
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