La trastienda de la ciudad
Los pol¨ªgonos y zonas industriales ocupan en Andaluc¨ªa 80 millones de metros cuadrados, lo que supone alrededor de 12 metros cuadrados de suelo industrial por cada mil habitantes. Huelva se sit¨²a muy por encima de este valor medio, ya que dispone de m¨¢s de 30 metros cuadrados por cada 1.000 habitantes, valor comparable, por ejemplo, al de una provincia relativamente industrializada como Girona. La provincia que m¨¢s se aleja del valor de referencia es Granada, que no alcanza los 6 metros cuadrados. Las actividades industriales se concentran en m¨¢s de 200 puntos de la regi¨®n, aunque la mayor¨ªa se ubican en las comarcas cercanas a las grandes ciudades. Muchos de los problemas que genera este sector vienen determinados por una localizaci¨®n incorrecta. El ¨²nico estudio detallado sobre esta cuesti¨®n lo llev¨® a cabo el Instituto de Fomento de Andaluc¨ªa (IFA) a comienzos de los a?os 90. Desde entonces se han introducido algunas medidas correctoras, como el establecimiento de ayudas p¨²blicas para el traslado de industrias situadas en ¨¢reas habitadas o la necesidad de someter determinadas actividades a evaluaci¨®n de impacto ambiental, pero algunos de los problemas que entonces se detectaron siguen sin resolverse. Sin red de saneamiento Seg¨²n el estudio del IFA, existen 19 pol¨ªgonos que carecen de red de saneamiento, con lo que las aguas residuales se eliminan en el mismo emplazamiento y de forma inadecuada. Aunque s¨®lo son 400 hect¨¢reas de suelo industrial las afectadas por este d¨¦ficit, el vertido de residuos l¨ªquidos industriales al subsuelo puede ser especialmente grave all¨ª donde puedan verse afectados recursos h¨ªdricos. La mayor parte de las industrias conectan directamente con la red de saneamiento de los municipios del entorno, lo que supone mezclar vertidos industriales y urbanos, para lo que la mayor¨ªa de las depuradoras no est¨¢n preparadas. En lo que se refiere a residuos s¨®lidos, s¨®lo un 9% de los pol¨ªgonos analizados dispon¨ªan de un vertedero controlado y en un 34 % no exist¨ªa servicio de recogida de basuras. El vertido incontrolado de residuos l¨ªquidos o s¨®lidos es especialmente grave en los pol¨ªgonos situados sobre acu¨ªferos sensibles, una situaci¨®n relativamente frecuente. El 47% de las ¨¢reas industriales analizadas por el IFA se levantan sobre dep¨®sitos subterr¨¢neos de agua catalogados como muy vulnerables a la contaminaci¨®n, algo que ocurre sobre todo en Sevilla y, en menor medida, en M¨¢laga, C¨¢diz y C¨®rdoba. El desarrollo industrial de algunas comarcas se ha llevado a cabo despreciando el valor agr¨ªcola o ecol¨®gico de los terrenos sobre los que se iban situando las diferentes actividades. Las ¨¢reas m¨¢s afectadas han sido los entornos de las grandes ciudades, y en especial las situadas en la franja litoral. La localizaci¨®n de macropol¨ªgonos, con industrias altamente contaminantes, como los de Nuevo Puerto en Huelva o Guadarranque en la Bah¨ªa de Algeciras, han supuesto un fuerte deterioro de las marismas contiguas. Un caso similar, aunque de menor incidencia ambiental, es el de la Bah¨ªa de C¨¢diz, parte de cuyas zonas h¨²medas han sido destruidas para ganar suelo para las industrias. Otros espacios afectados han sido las vegas fluviales con paisajes agr¨ªcolas sobresalientes, como las de Granada y Adra (Almer¨ªa). Algo m¨¢s del 75% de las ¨¢reas industriales de la regi¨®n se localizan en valles y campi?as, sobre suelos cuya capacidad de uso agr¨ªcola se considera excelente o buena. En ocasiones, este fen¨®meno ha sido inevitable, al escasear el suelo poco f¨¦rtil en el entorno de ciudades como Sevilla o Jerez (C¨¢diz). La excesiva proximidad a n¨²cleos habitados es otro problema frecuente. De entre todos los casos estudiados destaca el impacto ambiental que sufren las poblaciones pr¨®ximas a los pol¨ªgonos industriales de Huelva, C¨¢diz y Algeciras, ya que en ellos abundan las industrias energ¨¦ticas, qu¨ªmicas y petroqu¨ªmicas, altamente contaminantes. En algunas aglomeraciones urbanas, como ocurre en Sevilla y M¨¢laga, las molestias ocasionadas a la poblaci¨®n se generan, adem¨¢s, por la congesti¨®n que sufren sus ¨¢reas metropolitanas, a la que la industria contribuye en buena medida por el deficiente dise?o de muchas zonas industriales.
Parques de fin de siglo
En los ¨²ltimos a?os, numerosas actividades terciarias han comenzado a ubicarse en la periferia de las ciudades: equipamientos p¨²blicos de todo tipo, desde hospitales hasta centros universitarios, pasando por complejos deportivos o palacios de congresos; modernos centros de transporte y comunicaciones; grandes instalaciones de ocio y diversi¨®n, como recintos feriales o parques acu¨¢ticos, y, sobre todo, centros comerciales de gran tama?o. A escala regional, los hipermercados y otras grandes superficies, dedicadas a la venta de todo tipo de art¨ªculos, han triplicado su n¨²mero en los ¨²ltimos cinco a?os. Al margen de la aparici¨®n de nuevos h¨¢bitos de consumo, los soci¨®logos consideran que, de alguna forma, estos recintos han venido a ocupar el papel que desempe?aban los parques y jardines. Al igual que ocurre con los pol¨ªgonos industriales, estos equipamientos comerciales y de ocio han causado el deterioro de amplias zonas de suelo r¨²stico pr¨®ximo a los n¨²cleos urbanos, alterando el paisaje o la imagen t¨ªpica de cada localidad. En algunos casos, no se han integrado correctamente en las redes y servicios de transporte, de forma que en sus inmediaciones se suelen generar problemas de congesti¨®n del tr¨¢fico. Finalmente, el dise?o de estos complejos, fiel a la moda de los pa¨ªses de donde proceden, sigue el esquema de grandes edificios herm¨¦ticos, cerrados al exterior, de manera que se origina un elevado gasto energ¨¦tico en iluminaci¨®n y climatizaci¨®n artificial. En contadas ocasiones se adaptan a las posibilidades del clima andaluz, aprovechando de forma eficiente las ventajas que ofrece en cuanto a luz y temperatura natural.
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