El Rayo sobrevive al caos
Pese a acumular desgracias, el cuadro vallecano pas¨® por encima del Logro?¨¦s
Aunque coleccion¨® desgracias a velocidad de v¨¦rtigo, el Rayo atrap¨® ayer una victoria ¨¦pica, incontestable, de ¨¦sas que devuelven a casa al aficionado con un rictus heroico, como sinti¨¦ndose part¨ªcipe de la gesta. Vivi¨® una lesi¨®n, una expulsi¨®n, otra lesi¨®n, un gol en propia meta... Vivi¨® un sin vivir continuo, como corresponde a un club que vino a este mundo para sufrir.Pero el Rayo sobervivi¨® al caos. Hubo m¨¢s m¨²sculo que f¨²tbol en su trabajado discurso, independientemente del golazo que Tiago se invent¨® a los cinco minutos. Llegaba el Logro?¨¦s a Vallecas con el freno echado, dispuesto a aguantar las acometidas de un rival que est¨¢ iluminado. Pero el Logro?¨¦s se encontr¨® con aquel gol repentino y se vio obligado a olvidarse de un gui¨®n tan gris como bien aprendido.
RAYO VALLECANO, 2
LOGRO??S, 1Rayo Vallecano: Lopetegui (Yubero, m.56); Est¨ªbariz, Cota, Mu?iz, Llorens; Pablo Lago, Pablo Sanz, Tiago, Van den Bergh (Hern¨¢ndez, m.46); Vergara (Pineda, m.28) y Michel II. Logro?¨¦s: Valero; Jordi (Luis Gil, m.76), Dulce (Jorge, m.56), Clotet, Ricardo; Redondo, Jubera, Nayim, Cabeza (Noudjeu, m.54); Ino y Manel. Goles: 1-0. M.5. Tiago lanza desde fuera del ¨¢rea en vaselina, el bal¨®n golpea levemente en Dulce y se va a la red. 2-0. M.67. Falta que lanza Pinea y cabecea picado desde cerca Michel II, sin apenas oposici¨®n. 2-1. M.69. Noudjeu se interna en el ¨¢rea por la izquierda y su centro rebota en Mu?iz, sorprendiendo a Yubero. ?rbitro: Mu?iz Fern¨¢ndez. Expuls¨® a LLorens (m.33) por doble amonestaci¨®n. Amonest¨® a Cota, Pablo Sanz, Tiago, Dulce y Noudjeu. Unos 6.000 espectadores en Vallecas.
Con el patad¨®n como argumento, y la nada como resultado, naveg¨® al pairo el Logro?¨¦s durante la primera mitad. La presencia de Nayim en su eje result¨®, hasta bien entrada la segunda mitad, un hecho accidental. Pero a Llorens se le fue la mano en su vehemencia y al vestuario le mand¨® el ¨¢rbitro. All¨ª le esperaba, por motivos bien distintos, Vergara, lesionado poco antes. Pero este hecho result¨®, a la postre, providencial para el cuadro rayista. Porque sobre la hierba apareci¨® Pineda, un futbolista ideal para frenar ¨ªmpetus, para dormir el juego. ?l recuper¨® el bal¨®n para el Rayo y lo at¨® a su bota. Aqu¨ª un regate, all¨¢ un ca?o; ahora en corto, ahora en largo. Un imposible, un adorno y ol¨¦.
Se manej¨® bien el Rayo con diez hasta que murieron sus fuerzas. Apel¨® entonces a su arma favorita: el bal¨®n parado. Ah¨ª es capit¨¢n general. Dos avisos dio por arriba y al tercero lleg¨® el cabezazo limpio de Michel II.
Antes se hab¨ªa retirado, herido, Lopetegui. Respondi¨® bien Yubero, que sin embargo se vio vendido en aquel centro sobre el ¨¢rea que rebot¨® en Mu?iz y se fue dentro. Era el 2-1, la alarma que anuncia el sufrimiento de todos los d¨ªas. Boronat movi¨® con habilidad el banco y el Logro?¨¦s abandon¨® su torpe perorata. Enterr¨® el patad¨®n para que Nayim se hiciera el amo del cotarro. A la cueva se fue el Rayo, que dej¨® su f¨²tbol en manos de un inmenso Pablo Lago. Yubero evit¨® en el ¨²ltimo suspiro el empate y, con ello, la debacle de un Rayo que se manej¨® con cierta soltura en un choque repleto de tempestades y vac¨ªo de f¨²tbol. Y lo hizo sufriendo, claro, que el sufrimiento es ley en Vallecas.
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