El '¨¦xtasis' no tiene los mismos efectos en laboratorio que en una discoteca
Estudio del Instituto Municipal de Investigaci¨®n de Barcelona sobre el efecto de la droga
El ¨¦xtasis consumido en la asepsia de un laboratorio no produce las mismas sensaciones que si se toma en el ambiente de una discoteca. Hasta ahora, los efectos del MDMA (metilendioximetaanfetamina) eran conocidos principalmente por la descripci¨®n de sus consumidores, siempre subjetiva, y esta descripci¨®n incluye muchas veces alucinaciones, sudores y trastornos visuales. Nada de eso se observ¨® en un estudio experimental realizado por un equipo de m¨¦dicos del Instituto Municipal de Investigaci¨®n M¨¦dica (IMIM) del hospital del Mar de Barcelona.Un grupo de ocho voluntarios -todos ellos hombres de entre 18 y 30 a?os de edad y con antecedentes de consumo de alg¨²n tipo de drogas- se ha puesto durante un a?o y medio en manos del equipo investigador dirigido por Jordi Cam¨ª y Mag¨ª Farr¨¦. Los resultados de la investigaci¨®n permiten describir por primera vez los efectos del ¨¦xtasis en condiciones de laboratorio y, por tanto, "muy diferentes de los que se dan en las fiestas multitudinarias, con m¨²sicas repetitivas de fondo y potentes focos multicolores intermitentes, en las que habitualmente se consume", explica Mag¨ª Farr¨¦.
El suministro controlado de ¨¦xtasis a los voluntarios empez¨® a mediados de 1996. Una vez obtenida la aprobaci¨®n de un comit¨¦ ¨¦tico y la autorizaci¨®n judicial correspondiente, los investigadores prepararon comprimidos con dosis de 75 y de 125 miligramos de MDMA, c¨¢psulas con 40 miligramos de anfetamina y otras que no conten¨ªan ning¨²n tipo de droga, que actuaban como placebo.
Est¨ªmulos externos
La administraci¨®n de las p¨ªldoras se hizo de forma controlada y bajo la f¨®rmula conocida como doble ciego, que evita que tanto el voluntario como el m¨¦dico conozcan el contenido del comprimido.A lo largo de la investigaci¨®n no se observaron reacciones adversas cl¨ªnicamente relevantes. Los primeros efectos del ¨¦xtasis fueron taquicardia, incremento de la presi¨®n arterial, dilataci¨®n pupilar o contracci¨®n de la mand¨ªbula. Estos efectos comenzaron media hora despu¨¦s de haberse suministrado la droga, alcanzaron la m¨¢xima intensidad al cabo de una hora de la ingesta y despu¨¦s fueron disminuyendo progresivamente hasta desaparecer al cabo de cuatro o seis horas. En ning¨²n momento de la investigaci¨®n se observaron alucinaciones, pese a que a menudo los consumidores de ¨¦xtasis aseguran haberlas sufrido. Ello es debido, seg¨²n Mag¨ª Farr¨¦, a que en el laboratorio no se dan los est¨ªmulos externos (luces potentes e intermitentes) propios del contexto habitual en el que se produce el consumo de ¨¦xtasis. En las pruebas experimentales tampoco se observaron incrementos de temperatura corporal considerables, un efecto muy asociado al ambiente en el que se suele ingerir esta droga.
Y, por supuesto, suministrados en el austero ambiente del laboratorio, no se pudo comprobar tampoco que el ¨¦xtasis produjera en los sujetos que lo tomaron ninguna de las propiedades que se le atribuyen y por las que es consumido por muchos j¨®venes. Ni buen rollo, ni desinhibici¨®n, ni mayor facilidad para la comunicaci¨®n.
En cambio, los investigadores s¨ª comprobaron que, a diferencia de lo que ocurre con las anfetaminas, el MDMA, a dosis elevadas, genera confusi¨®n, mareo, dificultad de concentraci¨®n y reducci¨®n del rendimiento psicomotor. Farr¨¦ y Cam¨ª iniciar¨¢n pr¨®ximamente una investigaci¨®n para determinar si estos efectos aumentan cuando el consumo de ¨¦xtasis va asociado al del alcohol. Las encuestas se?alan que cerca de un 40% de los j¨®venes que ingieren pastillas de ¨¦xtasis combina esta droga con el alcohol.
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