En busca del mayor bot¨ªn
Comienzan las excavaciones para localizar un tesoro valorado en m¨¢s de 10.000 millones de d¨®lares
En el Chile sacudido desde hace un mes por el caso Pinochet ha saltado estos d¨ªas una noticia que, de ser cierta, har¨¢ las delicias de los amantes de las historias de corsarios y bucaneros y confirmar¨¢ que la isla del tesoro no s¨®lo existe en la ficci¨®n. Desde el s¨¢bado pasado, un equipo de cient¨ªficos estadounidenses trabaja en la b¨²squeda del que se considera el mayor tesoro de la historia de la humanidad. Todos los ingredientes para una pel¨ªcula de aventuras est¨¢n reunidos en esta historia, empezando por algunos de los nombres legendarios envueltos en ella.El tesoro en cuesti¨®n estar¨ªa enterrado en una peque?a isla de nombre Robinson Crusoe, en el archipi¨¦lago Juan Fern¨¢ndez, a tres horas de vuelo en avioneta desde la capital chilena, Santiago. Bernard Keiser, historiador y cazatesoros norteamericano de origen holand¨¦s, tuvo conocimiento hace cinco a?os de la presunta existencia de un importante tesoro -en monedas de oro guardadas en barriles- a trav¨¦s de una entrevista difundida por Travel Channel. Mar¨ªa Eugenia Beeche, ex concejal y propietaria de la hoster¨ªa que lleva el nombre de Daniel Defoe, el autor de la novela Robinson Crusoe (1719), habl¨® ante la c¨¢mara de la existencia del tesoro, del que su suegro, Luis Cousi?o, reuni¨® informaci¨®n y mapas. El cazatesoros Keiser ha investigado durante m¨¢s de cuatro a?os, ha recopilado informaci¨®n en Espa?a, el Reino Unido y Estados Unidos y ha viajado cinco veces a la isla, donde capt¨® fotograf¨ªas y realiz¨® mediciones.
La investigaci¨®n lleg¨® hasta la casa Lloyd"s de Londres, que registraba la salida y llegada de las embarcaciones desde Inglaterra hasta Am¨¦rica, el naufragio de la Flota de Plata de 1715 y las exploraciones en el Pac¨ªfico efectuadas por Rogers, Dhelvock, Anson, Coox y otros navegantes ingleses. Las versiones que han circulado estos d¨ªas en Chile sobre el origen del tesoro son de lo m¨¢s variado. El alcalde de la isla, Leopoldo Gonz¨¢lez Charpentier, dice que perteneci¨® a los incas y que fue robado por colonizadores espa?oles y saqueado en alta mar por corsarios ingleses. Por el contrario, otras fuentes sostienen que, seg¨²n la documentaci¨®n de la misi¨®n cient¨ªfica norteamericana, se trata de un tesoro que fue arrebatado por espa?oles a ind¨ªgenas que vivieron en lo que hoy es Veracruz (M¨¦xico).
No ser¨ªa, pues, de origen incaico, sino maya o azteca. El bot¨ªn habr¨ªa seguido un trayecto mar¨ªtimo a trav¨¦s del oc¨¦ano Atl¨¢ntico, cruzando el cabo de Hornos hasta llegar al archipi¨¦lago de Juan Fern¨¢ndez. El protagonista de la historia ser¨ªa lord Anson, que a mediados del siglo XVIII mandaba una escuadra de corsarios que surcaba los mares del sur y amedrentaba a los espa?oles. Este navegante ingl¨¦s habr¨ªa transportado el tesoro en el mercante Unicornio y lo habr¨ªa desembarcado y ocultado en Juan Fern¨¢ndez en 1716.
Seg¨²n ha explicado el alcalde Gonz¨¢lez Charpentier, el bot¨ªn puede estar enterrado a unos siete metros de profundidad, a 200 metros de la cueva de Crusoe y a 70 metros de la playa. La Corporaci¨®n Nacional Forestal (Conaf) impuso una serie de condiciones antes de autorizar los trabajos de prospecci¨®n, en los que no se utilizar¨¢ maquinaria pesada. Un equipo de cuatro habitantes de la isla excava con la ayuda de palas, chuzos y picotas, capa a capa, ya que "se trata de un lugar protegido y porque el procedimiento arqueol¨®gico as¨ª lo exige", ha declarado Rodrigo Brown, del municipio de Juan Fern¨¢ndez.
Primero hay que ver para creer, dice Adriana Delpiano, ministra de Bienes Nacionales, cuando se le mencionan las especulaciones del valor del tesoro, que hablan de cifras de 10.000 millones de d¨®lares. "Aqu¨ª, todo tiene un valor b¨¢sicamente hist¨®rico, arqueol¨®gico y patrimonial. El valor del lingote es precisamente porque es del a?o 1700 o de antes". De acuerdo con la ley chilena, se le puede otorgar hasta un 25% del tesoro a quien lo encontr¨®, una vez que el Estado haya revisado y escogido lo que m¨¢s le interesa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.