Condena a un nazi
EL PROPIETARIO de una librer¨ªa de Barcelona especializada en libros neonazis ha sido condenado a cinco a?os de prisi¨®n por los delitos de genocidio y xenofobia. Es la primera condena de este tipo en aplicaci¨®n de los art¨ªculos 607 y 510 del nuevo C¨®digo Penal. En los principales pa¨ªses europeos existe desde los a?os posteriores a la Segunda Guerra Mundial una legislaci¨®n espec¨ªfica que considera delitos la apolog¨ªa del nazismo, la negaci¨®n del holocausto y conductas similares. La ausencia de una normativa equivalente convirti¨® a Espa?a en una especie de para¨ªso editorial de los movimientos de ideolog¨ªa nazi. Aqu¨ª se editaban libros y folletos que esos grupos distribu¨ªan luego en sus pa¨ªses.La sentencia advierte que para que exista delito no basta con la difusi¨®n de ciertas ideas, sino que es preciso un elemento de incitaci¨®n a la vulneraci¨®n de derechos fundamentales. El art¨ªculo 510 del C¨®digo Penal castiga a los que "provocaren a la discriminaci¨®n, al odio o a la violencia" por motivos racistas y similares. No se trata, por tanto, de una condena por pr¨¢cticas de discriminaci¨®n, que tienen otro tratamiento penal, sino de la provocaci¨®n de la misma. En cuanto al genocidio, el art¨ªculo 607 considera delito no s¨®lo los actos destinados a "destruir total o parcialmente a un grupo nacional, ¨¦tnico, racial o religioso", sino tambi¨¦n la difusi¨®n de "ideas o doctrinas que nieguen o justifiquen" dichos actos o pretendan "la rehabilitaci¨®n de reg¨ªmenes o instituciones" que las amparen.
Como todo lo que tiene que ver con la libertad de expresi¨®n, no siempre es f¨¢cil trazar la frontera entre la libre opini¨®n y el delito. Ya antes de la aprobaci¨®n del nuevo c¨®digo, el Constitucional concedi¨® amparo a la ciudadana jud¨ªa residente en Espa?a Violeta Friedman, ex prisionera de Auschwitz, frente a declaraciones del antiguo dirigente nazi L¨¦on Degrelle que negaban la existencia de c¨¢maras de gas e ironizaban sobre el holocausto. El tribunal estableci¨® que la libertad de expresi¨®n no autoriza a difundir "un determinado entendimiento de la historia con el deliberado ¨¢nimo de menospreciar y discriminar a personas o grupos".
Pocas dudas puede haber de que ¨¦sa es una funci¨®n esencial de la literatura neonazi incautada hace dos a?os en la librer¨ªa cuyo propietario ha sido ahora condenado. Y tampoco es posible ignorar que los cr¨ªmenes nazis fueron antes teor¨ªas, adelantadas en libros y panfletos por autores como cierto pintor de origen austriaco obsesionado por no poder distinguir a simple vista a los jud¨ªos del resto de los ciudadanos de Viena.
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