"Pujol no tendr¨¢ sucesor"
El principal impulsor de la declaraci¨®n suscrita en Barcelona por los nacionalistas catalanes, vascos y gallegos en demanda de un Estado plurinacional, Pere Esteve, ha anunciado que encabezar¨¢ la candidatura de CiU en las elecciones europeas de 1999. ?Premio o castigo? ?Ascenso o destierro? Esteve asegura que se trata de una decisi¨®n propia. Algunos compa?eros suyos, sin embargo, creen que el secretario general de Converg¨¨ncia, el partido de Jordi Pujol, est¨¢ siendo apartado del meollo.Pregunta. As¨ª que Jordi Pujol lo env¨ªa a usted al Parlamento de Estrasburgo, ?no?
Respuesta. Nadie me env¨ªa a ninguna parte. La decisi¨®n de encabezar la candidatura europea es m¨ªa, ¨²nica e inequ¨ªvocamente m¨ªa. Admito que puede sorprender por inesperada e inusual.
P. ?Podr¨¢ gobernar el partido con un pie en Barcelona y otro en Estrasburgo?
R. Nadie deber¨ªa extra?arse de que el secretario general de un partido que proclama la gran importancia de Europa encabece la candidatura europea.
P. Pero usted no ignora que Europa no se cuece en Estrasburgo, sino en la Comisi¨®n Europea, donde los Estados est¨¢n representados directamente.
R. Si apostamos por Europa y por la democracia, lo que importa es la consulta a los ciudadanos europeos. Adem¨¢s, 1999 ser¨¢ un a?o electoral muy importante. Yo tengo una visi¨®n global, no compartimentada, de la pol¨ªtica. Nosotros estamos haciendo pol¨ªtica, pol¨ªtica catalana, la hagamos en Barcelona, en Madrid o en Estrasburgo.
P. Muchos compa?eros suyos creen que su entrada en la Euroc¨¢mara le incapacitar¨¢ para controlar el partido.
R. Pensar que la tarea principal del secretario general es controlar el partido es retr¨®grado. Mi tarea es hacer pol¨ªtica, vitalizar el partido, no controlarlo. Adem¨¢s, ?qu¨¦ es eso de que me env¨ªan a Europa, como dice Maragall? ?Acaso no estamos ya en Europa? Maragall demuestra un provincianismo y un desprecio por Europa incre¨ªbles.
P. Esos compa?eros suyos consideran que Pujol es consciente de que la candidatura europea comportar¨¢ el relevo de Esteve en la secretar¨ªa general. Y aseguran que Felip Puig, su secretario de organizaci¨®n, ambiciona su cargo.
R. Yo le hice una propuesta a Pujol, y ¨¦l la aprob¨® sin ponerme obst¨¢culos. Eso es recibir apoyo, no lo contrario. Quien piense que hacer pol¨ªtica europea debilitar¨¢ al secretario general se equivoca y adem¨¢s no es europe¨ªsta. En cuanto a Puig, a lo que ¨¦l aspira es a hacer su trabajo muy bien, y lo hace muy bien.
P. Usted dijo que cuando sea eurodiputado su tarea principal seguir¨¢ siendo la de secretario general. ?Eso no es decepcionante para sus electores?
R. Hacer de eurodiputado tambi¨¦n es hacer de secretario general.
P. Pero ambos cargos son tan importantes como para requerir dedicaci¨®n exclusiva. ?Simultanearlos no es devaluarlos?
R. Muchos secretarios o vicesecretarios generales, como Gonz¨¢lez, Roca, Guerra o ?lvarez Cascos, han compaginado ese cargo con otras responsabilidades sin que nadie lo cuestionara. Adem¨¢s, creo que alg¨²n otro secretario general puede ir a las pr¨®ximas europeas.
P. ?Se refiere a Ignasi Farreres, de Uni¨®?
R. No s¨®lo a ¨¦l. Vaya usted a saber si Almunia no acaba present¨¢ndose tambi¨¦n a las europeas. Yo intento superar ciertas visiones anacr¨®nicas de la pol¨ªtica. Si yo fuera candidato al Parlament o al Congreso, nadie habr¨ªa dicho nada. ?Por qu¨¦ la pol¨ªtica europea no se puede medir con la misma vara que la catalana o la espa?ola?
P. La tradici¨®n ense?a que Estrasburgo es destino frecuente de destierros pol¨ªticos.
R. Pues muy bien: yo quiero superar esa tradici¨®n.
P. ?Su decisi¨®n lo excluye como eventual sucesor de Joaquim Molins en el Congreso?
R. A¨²n no hemos hablado de eso; es prematuro.
P. Pero si su apuesta por Europa es tan firme, ser¨ªa incoherente que abandonase Estrasburgo a los diez meses de haber llegado para marchar a Madrid.
R. Insisto: a¨²n no me he planteado ese asunto.
P. ?No tiene la sensaci¨®n de estar andando por la misma senda que emprendieron en su d¨ªa todos los convergentes que brillaban con luz propia en torno a Pujol; es decir, la senda de la extinci¨®n pol¨ªtica?
R. No. Yo estoy empezando una singladura en positivo. De todos modos, detr¨¢s de esa consideraci¨®n que usted y algunas otras personas hacen, parece que hay un reconocimiento de mi trabajo.
P. ?Es peligroso tener ideas en su partido?
R. Converg¨¨ncia, no Esteve, tiene ideas, y gracias a ello est¨¢ intensificando su centralidad en el debate pol¨ªtico.
P. ?Cree que Artur Mas ser¨¢ un buen sucesor de Pujol?
R. Pujol, en cierto modo, no tendr¨¢ sucesor. Es una figura pol¨ªtica excepcional, y buscar sucesi¨®n a la excepci¨®n es una tonter¨ªa. Artur Mas es un peso pesado del Gobierno catal¨¢n y cada vez lo ser¨¢ m¨¢s.
P. Esa excepcionalidad podr¨ªa provocar, tras la desaparici¨®n pol¨ªtica de Pujol, la quiebra de la coalici¨®n CiU e incluso la atomizaci¨®n de Converg¨¨ncia, al no haber ning¨²n sucesor con carisma suficiente para mantener unidas las filas del nacionalismo catal¨¢n.
R. Ese argumento es tan defendible como el contrario. En el futuro, la cohesi¨®n puede ser a¨²n mayor. Yo creo que s¨ª tenemos l¨ªderes con carisma para mantenerla.
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