?El ¨²ltimo 20-N?
La extrema derecha celebra su fecha emblem¨¢tica, la muerte de Franco, dividida y debilitada
20-N de 1998. Una vez m¨¢s la ultraderecha no se pone de acuerdo. Esta vez para celebrar el culto a sus pr¨®ceres. Su fecha emblem¨¢tica es un p¨¢ramo de divisi¨®n y debilidad. Un repaso: Ricardo S¨¢enz de Ynestrillas, l¨ªder de la Alianza por la Unidad Nacional (AUN), se manifiesta hoy con su grupo en la madrile?a plaza de San Juan de la Cruz, "no para rendir culto a Franco ni a Jos¨¦ Antonio, porque para nosotros es una jornada de lucha para recuperar Espa?a y no tenemos nada que ver con las momias que resucitan una vez al a?o".Los miembros de la Confederaci¨®n de Ex Combatientes, las momias a las que se refiere Ynestrillas, s¨ª acudir¨¢n este mediod¨ªa a la plaza de Oriente a homenajear a Franco y a Jos¨¦ Antonio, pero han prohibido hablar en el acto a Fuerza Nueva y al Movimiento Cat¨®lico Espa?ol, que aunque apoyan la convocatoria deber¨¢n asumir el papel de franquistas mudos. El presidente de la Confederaci¨®n, el industrial Eduardo Toledano, aclara: "No me da la gana que hable Blas ni nadie de todos esos grupitos. Ya est¨¢ bien; ya estoy harto de escucharles a?o tras a?o. Este a?o leer¨¦ yo un comunicado y se acab¨®".
Falange Espa?ola de las JONS conmemor¨® la fecha el viernes con una marcha nocturna a pie al Valle de los Ca¨ªdos, pero Franco se qued¨® sin corona mortuoria, porque "no queremos saber nada de ¨¦l; fue nuestro enemigo".
Falange Espa?ola Independiente (FEI), la falange integrista, celebrar¨¢ su 20-N el 27-N con una misa solemne en honor de Jos¨¦ Antonio. Patria Libre, una suerte de activa guerrilla ultra, no asistir¨¢ por primera vez a la plaza de Oriente en virtud de su reciente acuerdo con Falange Espa?ola de las JONS, "pero tendremos un recuerdo emocionado hacia ese acto que recuerda al caudillo". Y Democracia Nacional, los ¨²ltimos en llegar al club, no quieren saber nada ni de Franco ni de Jos¨¦ Antonio. Ni de nada que suene a facha. Su estrategia se lo impide.
"La extrema derecha no tiene aspecto de levantar cabeza en nuestro pa¨ªs", explica Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Jim¨¦nez, profesor de Historia en la Universidad Rey Juan CarlosI, de Madrid, y autor, entre otros, del ensayo ?Nuevos fascismos? "Est¨¢ estigmatizada. Su problema no es tanto que se la identifique con la dictadura de Franco, sino con la violencia. Y su mensaje ultranacionalista ya no vende".
Pocos y mal avenidos. Sin financiaci¨®n, aunque todos miran en direcci¨®n de los pa¨ªses ¨¢rabes. Sin ninguna conexi¨®n con el Ej¨¦rcito, excepto un peque?o grupo de jubilados irreductibles (los generales Armando Marchante y Rafael Casas de la Vega o los coroneles Carlos de Meer y Luis Tapia) atrincherados en el semanario La Naci¨®n, el ¨²ltimo basti¨®n period¨ªstico. Inc¨®modos para la Iglesia oficial. Sin representaci¨®n parlamentaria. Pero permanecen en estado latente. "Las ideas no mueren, somos la llama, el fermento", afirma Luis Fern¨¢ndez Villamea, director de la revista quincenal Fuerza Nueva (4.000 ejemplares).
"En estos momentos conviven dos corrientes en la ultraderecha espa?ola", explica Xavier Casals, doctor en Historia y autor de La tentaci¨®n neofascista en Espa?a. "La tradicional, cuyos rasgos son la religi¨®n exaltada, los presupuestos ideol¨®gicos de los a?os treinta y el mito de la hispanidad. Y otra que intenta copiar el estilo pol¨ªtico y est¨¦tico del Frente Nacional franc¨¦s (FN). Su idea es entrar en el sistema democr¨¢tico, moderar el discurso, renunciar al pasado y a la violencia y buscar un mensaje que conecte con el electorado, como ha sido la apelaci¨®n al peligro de la inmigraci¨®n en Francia". Casals explica la historia de la extrema derecha en Espa?a desde la muerte de Franco en tres fechas: "De 1975 a 1982, el ¨¦xito; de 1982 a 1993, la derrota; y, a partir de 1995, la puesta al d¨ªa".
1979 fue su a?o: 425.000 votos, un acta de diputado para Blas Pi?ar, hilo directo con los cuarteles. Una partida de ajedrez simult¨¢nea con el Estado: por un lado aceptando el juego parlamentario; por otro, provocando al Ej¨¦rcito. Y mucho poder en la calle.
En s¨®lo tres a?os el entramado se derrumba. Con el eco de los disparos del 23-F en la mente de los votantes, la extrema derecha pierde 300.000 votos en las elecciones de octubre de 1982 que recalan en las urnas de Alianza Popular. Fuerza Nueva, el gran acorazado ultra, se autodisuelve como partido en contra de la opini¨®n de sus cuadros. El anuncio del abandono se hizo (c¨®mo no) el 20-N. Una persona cercana al caudillo poscaudillo afirma: "Blas Pi?ar tuvo miedo del triunfante PSOE y cerr¨® el chiringuito. Pens¨® que le iban a fusilar". La explicaci¨®n (oficial) de Fern¨¢ndez Villamea es que Fuerza Nueva ten¨ªa una deuda de 228 millones de pesetas. "Sin un acta de diputado era imposible mantener el partido. Tuvimos que vender nuestra sede de Mej¨ªa Lequerica a una compa?¨ªa de seguros". La desaparici¨®n de Fuerza Nueva cortocircuitaba la conexi¨®n militar y desmovilizaba a sus 50.000 afiliados. Comenzaba el ocaso. En las elecciones siguientes, la ultraderecha no conseguir¨ªa en conjunto ni un 1% de los votos. Hoy los militantes de todas las organizaciones no llegan a 10.000.
Tras 13 a?os de desavenencias y enfrentamientos, 1995 fue el a?o del renacimiento. Ynestrillas y otros cinco peque?os partidos constituyen AUN. Su liderazgo es apoyado econ¨®micamente por Eduardo Toledano. Ser¨¢ un idilio ef¨ªmero entre la vieja y la nueva ultraderecha. Un pacto que acaba a bofetadas ese 20-N cuando Toledano le cedi¨® la palabra a Ynestrillas y ¨¦ste se descolg¨® con un discurso heterodoxo inaceptable para la vieja guardia. Seg¨²n un asistente, "en mitad del estrado Toledano le amenaz¨® con pegarle dos hostias a Ricardo. Blas estuvo a punto de desmayarse". Tambi¨¦n ese 1995 la Falange Aut¨¦ntica (una suerte de Falange de izquierdas) desembarcaba en la vetusta y fraccionada FE de las JONS. Y la conquistaba. Su proyecto: "Aceptar la Constituci¨®n. Transigir, pero para cambiarla". Y servir de im¨¢n para todo "el universo azul". Su primer ¨¦xito ha sido su fusi¨®n, el pasado mes de octubre, con dos peque?os grupos de extrema derecha: Patria Libre (m¨¢s activa y violenta) y FENS (m¨¢s arcaica).
Tambi¨¦n en aquel verano de 1995 se puso de largo Democracia Nacional como resultado de la uni¨®n de miembros de Juntas Espa?olas y de la organizaci¨®n neonazi Cedade (disuelta en 1993), con el prop¨®sito de ser un calco del FN franc¨¦s. Hoy es el proyecto m¨¢s innovador. Una imagen sin pasado ni s¨ªmbolos. Sin caudillos. Su mensaje, de corte populista, promete el pleno empleo, un salario para las amas de casa, un rechazo visceral a Maastricht, a las autonom¨ªas y a la OTAN. Sin olvidar la expulsi¨®n de los inmigrantes ilegales. Pero "no somos extrema derecha", afirma su secretario general, Francisco P¨¦rez Corrales.
El debate actual entre los ultras espa?oles es hasta qu¨¦ punto pueden renunciar a los s¨ªmbolos, a los yugos, flechas y ¨¢guilas imperiales para obtener votos. Hasta qu¨¦ punto pueden aceptar una democracia que les repugna y renunciar a tomar el poder por la fuerza. Este 20-N puede ser el ¨²ltimo.
M¨¢s dif¨ªcil a¨²n es adoptar un bander¨ªn de enganche que atraiga militancia y votos. La apelaci¨®n al peligro de la inmigraci¨®n no ha funcionado. En lo que va de a?o, la ultraderecha espa?ola ha tenido dos buenos motivos para la movilizaci¨®n: el debate parlamentario sobre el cuarto supuesto del aborto y la tregua con ETA y una posible reformulaci¨®n territorial del Estado. "Las fuerzas nacionales somos los que m¨¢s nos hemos movido en las manifestaciones contra el aborto", explica Jos¨¦ Luis Corral, presidente del integrista Movimiento Cat¨®lico Espa?ol. Domingo Gonz¨¢lez, consejero nacional de FEI, a?ade que "la violencia es leg¨ªtima si la justifica un ideal, como ocurre hoy en Espa?a con el aborto o el separatismo". Dos filones que podr¨ªan explotar los ultras junto a su visceral y populista rechazo a la Europa del euro. Son posiblemente sus ¨²ltimos cartuchos.
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